05 junio 2010
MOTETE
Se ha instalado en mi mañana un suave viento del este como escribiendo páginas de un Mediterráneo arcaico. En mis oídos, la música dulzona destila olas plateadas de perfil escuálido y melodía monocorde. El ritmo cadencioso y monótono, aromatiza los sones de una oración remota y ancestral. Una parejita, asidos de la mano, camina deshilachando la vida, concatenando proyectos como propósitos que el amor firma o rescinde. Sobre la arena, una joven hace funambulismo sorteando la arena ardiente. Las gaviotas, como nubes fluidas en vuelo rasante, siguen, en formación pretoriana, rutas no escritas en las cartas náuticas del viejo Eolo. La brisa, un punto ácida, es diapasón para la música de la memoria. El sol juega al escondite entre las aguas celestes de los radiantes cúmulos, y el Príncipe de Camas, como una foto fija, enquistado perennemente en mi presente.
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He tenido que buscar la palabra "concatenar" en el diccionario, pues no recordaba su significado exacto. Ya ves, mañana de sábado y ya me he refrescado la memoria.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este escrito y me quedo con la frase "rutas no escritas en las cartas náuticas del viejo Eolo", precioso.
Un beso
Saber que cuento con una lectora sagaz es un acicate, un reto a satisfacer. Gracias por estar siempre presente.
ResponderEliminarLas palabras hacen sentir... la tarde...la brisa...el momento.
ResponderEliminarSaludos y buena semana