17 agosto 2019

PASEANDO LAS CALLES




Paseando las calles,
me he topado con el exceso de la dama de noche,
también con la sutileza del jazmín
y su frágil elegancia.

Así, muy diferentes, son las personas que pasean
esta ciudad de Marbella, tan saturada de belleza,
de oferta turística
y de contrastado encanto.

Me gustan las personas que no comenten excesos,
las que no vociferan,
aquellas que no alardean ni de incontinencia física
embutida en una talla pequeña,
ni de cartera ostentosa;
me gustan las silenciosas y fragantes
que como el jazmín cautivan
en su exquisita sencillez;
esas que te ceden el paso sin humillarte
y hablan en cualquier idioma con voz queda.

Me gusta ser parte de la masa anónima
y no me quejo de colas y aglomeraciones,
también viví del turismo
que ahora molesta a algunos.

Tu y yo, de la mano o muy próximos,
gozando del perfume de estos días
y perdidos en la masa
de la que no nos sentimos privilegio
sino afortunados de poderlo compartir.

En la calle, noche y día,
una invasión de excesos
y la mayoritaria sutileza de aromas
que enamoran.

2 comentarios:

  1. Excesos, en efecto. Y el empalagoso dulzor de algunos aromas de las flores.
    Un abrazo, Paco.

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    Respuestas
    1. Ciertamente hay aromas empalagosos, pero a mí se me hacen más molestos otros comportamientos. ¡Y qué decir de los que llegan al blog a dejar su publicidad.
      Un abrazo.

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