Deja que me mire en el
brillo de tus ojos,
en la llama ardiente en la
que deseo abrasarme
mientras me abrazas,
me consuelas y me animas.
Deja que entorne los ojos y
me inunde de tu luz,
del horizonte infinito
en el que sueño en perderme
para siempre
emborronando mis pesadillas.
Ya sé, han pasado los años
y todo es más tibio, de combustión
más lenta,
pero me sigo sintiendo
grumete a la deriva
en el brumoso horizonte de
tus sueños.
Arrópame,
abrázame hasta arder
en el rescoldo de tu pecho,
e indícame por gestos la
carta náutica de tu apetencia,
para que yo pose mi
astrolabio
sobre tu boca
y no acabe nunca este sueño
que me desvela desde niño.
El mejor espejo son los ojos de la persona amada.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Pues sí. Ya que el amor es un autoengaño, una verdad acotada a la exclusividad, ¿para qué otras panorámicas?
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Francisco, ese interior sigue atento a tus sueños...Sabe que la vida es toda una aventura y de vez en cuando debe acunarte en sus brazos para darte la fuerza y la imaginación en el camino. En una vida hay muchas vidas y ese brumete a la deriva sigue ahí, descubriendo mundos y perspectivas.
ResponderEliminarMi felicitación por el lirismo y la entrega de tus versos.
Mi abrazo y mi ánimo siempre.
Muchísimas gracias, María Jesús, por envolverme en la caricia de tus palabras.
EliminarMi abrazo y mi cariño.
En la primera frase me faltó: ese niño interior...(disculpa)
ResponderEliminarA pesar de ello se te entendía perfectamente, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Hay muy pocas cosas en la que el paso del tiempo es inocuo, una de ellas es precisamente el amor. Además, gana en intensidad.
ResponderEliminarSaludos ¡¡¡¡¡
tienes toda la razón, Manuela, no se consume, no mengua... Pero como todo fuego, hay que alimentarlo constantemente.
EliminarUn abrazo.
Bellísimo tu escrito y con esa delicada ternura que sólo la da la edad y el tiempo trascurrido con la persona amada.Saludos cordiales
ResponderEliminarMil gracias, Charo, te quedo muy agradecido por tu comentario.
EliminarUn abrazo.