El mar siempre tuvo envidia
del cielo
y, aunque de un color
semejante,
transmuta a verdoso de celos
y hasta se enfurece.
En las amargas aguas
salobres,
una agitación constante
que denota el malestar de
tener
que mirar siempre hacia lo
alto
y salir derrotado en la
comparanza.
¿Dónde las estrellas?
¿Devorando corales?
¿Tal vez ese endoesqueleto, casi
paralítico,
es luz ciega de los fondos
marinos?
El alumbrado celestial es la
envidia
e inspiración de los
luminotécnicos que se precien;
para colmo, la mar es tan
lunática
que se siente manejada a
distancia
por los influjos de la luna
y, como loca que lleva el
diablo,
levanta muros de agua
con los que hacerse una
atalaya imposible
y así hasta que se le pasa
el enfado.
Todos tratan de nadar como
pez en el agua;
quien más quien menos
trata de mantenerse entre
dos aguas,
pero lo que verdaderamente
sueñan todos
es en ser pájaro y volar.
Cuanta razón llevas, a mi me ha gustado siempre ser un ave y volar y así poder ver el mundo desde arriba.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una vieja ambición humana, Emilio, que te engarza con la tradición.
EliminarUn abrazo.
Si esas fueran las razones por las que la mar así se muestra, entonces habría que apiadarse, compadecerse de ella.
ResponderEliminarLa mar siempre tuvo al Cielo por confidente y referencia.
¿Qué tendrá la mar entonces que, a veces, refleja oceánicas tristezas? Mar de amores,¿quizás?
He tenido confidencias que no puedo revelar, pero si no me crees es mejor que te deje con tus ideas en vez de violentarlas.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Te creo, te creo!
ResponderEliminarJa, ja, ja... No me creas completamente: lo he incluído en el género de los sueños.
EliminarBesos.
Me has hecho sonreír y reír con esa relación cielo mar. Aunque no debería, ante algo tan serio como una mala relación entre ellos. Y pajaritos a volar todos quisiéramos ser, pero es tan difícil ser ave, ni dormir a gusto pueden, siempre cuídándose de peligros y soportando inclemencias del clima. Pero es muy romántico soñarlo.
ResponderEliminarEs un poema demasiado hermoso!!
Besos anisados.
Más que mala relación yo diría que competencia, Sara, y ambos hacen lo posible por ser lo que son, mientras nosotros nos frustramos sin poder volar.
EliminarBesos anisados.
Qué sería de nosotros, pobres mortales, sin el mar. Vengo lleno de él. Ahora me queda la tarea de ir poniéndome al día poco a poco.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
El proceloso mundo de las letras no tiene secretos para ti, Cayetano.
EliminarFeliz retorno y un abrazo.