05 diciembre 2009

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

Esa es la pregunta que me hago cada vez que subo algo a esta página: ¿Hay alguien ahí? “En el trabajo literario -dice García Márquez-, uno siempre está solo, como un naufrago en medio del mar”; pero el creador de Macondo se refiere a este silencio del instante presente en el que uno se enfrenta con la página en blanco, como yo ahora, mas mi cuestión es otra: ¿Hay alguien ahí? ¿Alguien lee lo que escribo?

Aunque un número considerable de personas que escriben dicen hacerlo para sí mismo, por un impulso irrefrenable o por criterios de autoafirmación y terapia, en el fondo, todo escrito tiene en sí el fin último de comunicar. Tanto Saussure como más tarde Roman Jacokson saben muy bien cómo la finalidad de un mensaje, expresado por un emisor, a través de un canal, va dirigido a un receptor. Cuestión distinta es si el receptor del mensaje aprobará o disentirá de lo expresado en el mismo.

El escritor, al publicar su obra, conoce a través de su editor los índices de ventas, aunque tampoco pueda tener certeza de cuántas personas le han leído, ya que hay libros que pasan directamente a los estantes de las librerías sin haber sido ni siquiera hojeados, mientras otros son varias veces prestados y finalmente perdidos en las manos de otros lectores, sin entrar en analizar lo que sucede con los fondos de las bibliotecas públicas. Por otro lado, el autor dramático conoce de primera mano el éxito o el fracaso por el número de representaciones, y esas sí que son inequívocas. Finalmente, unos y otros, por el número de citas a su obra o por el número de estudios sobre ella.

Por las respuestas obtenidas, no tengo más remedio que refugiarme en la terapia y entrenamiento cognitivo que este ejercicio me reporta, si bien mi objetivo es claramente interpelarte, lector, si es que existes, para que te formules las mismas preguntas que yo me hago, o para que me sugieras aquellas con las que te gustaría confrontarte. ¿Hay alguien ahí?

4 comentarios:

  1. Sí, aquí estoy, soy alguien, una sola pero te leo,y escasamente te comento, pues temo hacerlo sin propiedad.

    Debo confesarte que tus textos son altamente enriquecedores, y cuando vengo, lo hago con un diccionario en la mano, pues no todas, pero sí varias palabras son desconocidas.

    Hoy recorrí tu página para deleitarme y aprender de tus letras y experiencia, me voy alegre y sabiendo un poco más, muchas gracias.

    Aprovecho decirte que tu publicación de hoy es una perfecta polifonía en la que tu voz se ha dejado escuchar.

    Seguiré leyéndote espero me tengas paciencia, pero me encanta aprender...

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  2. y qué curioso es... te cambio curioso, por injusto. Que en las primeras entradas de un blog, dejamos el alma, las más de las veces y allí se queda, porque pocos acuden. Después, como en todo, a base de tesón mucha paciencia, van llegando como aves de los sitios más insospechados muchos seguidores, que se hacen admiradores y ¡hasta amigos! qué maravilla ¿no?
    Como ves, aquí ando, conociendo tu blog desde el inicio, porque es fascinante... y lo leeré todo, no sé cuanto me tome, pero ya empecé esta travesía dentro de tu creación.
    Te lo comento, por si escuchas pasos durante unas jornadas, no te asustes. Ni soy acosadora, ni estoy loca... bueno eso es lo que yo creo, hasta este momento jejeje! (respecto a la locura la risa, el acoso no se me da)
    Abrazo.

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    1. No imaginas, Sara, la mucha felicidad que me regalas esta noche cuando veo que te has remontado a los comienzos de este blog para leer de forma ordenada como si quisieras ver la evolución de mis días.

      Te he oído trastear por los oscuros cuartos del pasado y te confieso que has logrado sorprenderme. Es media noche, la hora a la que como Cenicienta suelo estar descansando, pero no puedo hacerte esperar y responder al menos a este comentario tuyo tan placentero.

      Has emprendido un ejercicio que espero te resulte dichoso, que lo disfrutes y que lo que encuentres no te decepcione. Cuando hayas dado la vuelta, seguro que me conoces mucho mejor, porque ficción o no, uno se deja jirones de vida en lo que escribe, pues en los escritos se transparente cuanto uno es y está.

      Seguiré contestando cada uno de tus comentarios, como espero que sigas con el camino emprendido de andar de puntillas en mi blog del ayer al hoy. No te limites a destacar lo que te gusta, pues se aprende más de las críticas, cuando son razonadas, que de los elogios.

      Hoy, todo lo que tengo son elogios para ti, además de este beso agradecido con el que me despido. Un fuerte abrazo.

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