07 diciembre 2009

UNIFORMADOS

¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué encontramos los mismos macetones en Málaga que en Madrid, unos más frondosos y otros con menos gracia? ¿Por qué los bolardos de Valencia son idénticos a los de Sevilla, además de igualmente odiados por los conductores? Hasta hace poco sólo los buzones de correos –esa institución que algunos quieren hacer desaparecer- eran las únicas uniformidades urbanísticas de nuestras ciudades, junto a las cabinas de teléfonos y posiblemente algo más que ahora se me escapa. Pero últimamente es igual caminar por el paseo marítimo de Chipiona que por el de Benidorm: las mismas duchas y lavapiés de acero inoxidable, los mismos ceniceros, las mismas papeleras…

Antes los autobuses como los taxis eran bien distintos de una ciudad a otra, pero ahora ni siquiera las marquesinas son distintas en Badajoz que en Zaragoza y no digamos de la publicidad. Los bancos en los paseos solían ser muy variados de una metrópoli a otra y los artesanos de cada pueblo trataban de marcar en ellos el acento diferenciador de cada lugar, pero en el tiempo de la uniformidad, bancos y barandillas, jardineras, fuentes, quioscos y hasta los aparcamientos para bicicletas son idéntico en el sur que en el norte, en el levante que en el noroeste, sin olvidarnos de los contenedores de basura.

La esperanza estaba en las tapas de los registros de la televisión por cable, la luz y el gas, pero la concentración de los poderes económicos en las mismas manos hace que también el suelo se uniforme con las mismas tapas de hierro fundido. Por si faltaba algo, también el pavimento, además de la mímesis tan falta de creatividad de los edificios, una y mil veces copiados y repetidos, nos hacen dudar en qué lugar nos encontramos, a lo que contribuyen los monopolios de las entidades bancarias con su tipología gráfica y sus colores establecidos, y en menor cuantía las ambiciosas franquicias que ofrecen las mismas tapas y los mismos cafés en Soria que en Cádiz.

Y como si de una pandemia se tratase, pueblos y ciudades usan el mismo mobiliario; así podemos comprobar que son idénticos los parques infantiles donde juegan los niños de Toledo que los de Monforte de Lemos, o los parques geriátricos donde se ejercitan las personas mayores de Archidona o Salamanca. En este tiempo de la igualdad de derechos, de la tan en boga paridad, tanto da que te pasees por La Coruña como por Murcia.

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