Lo que está por suceder
es un pensamiento social enquistado,
como el hambre que se da de bruces
entre el fracaso y la ineficacia.
Un cayuco, una cáscara de nuez
a merced de las olas,
echándole el pulso a las fuerzas del viento
y a las olas, pero también
al hambre y a las carencias;
una apuesta poderosa en la ruleta de los sueños
o rendirse a ver salir y ponerse el sol
con las pesadillas de la supervivencia
rolando a capricho como juguetonas nubes
por la rosa de los vientos.
Volver la mirada a los mayores
para tomar una desolada instantánea familiar
y apostar por erradicar flatos y bostezos:
triunfar o morir como única salida,
la aventura del pan de cada día
por un pasaje que lleva a la vida
o quizás al olvido eterno y anónimo
en el lecho de las aguas marinas.

La barca de Caronte.
ResponderEliminarCon demasiada frecuencia ese es el final.
EliminarUn abrazo.