En la espesura de una calle
peatonal,
entre cientos de rostros,
la singular mirada
de una diosa desde su aurea;
camina a pasos firmes,
deslizándose con la altivez
de la estrella polar.
De repente se frena
en un tenderete callejero
y se prueba un sombrero
que al mismo sol nubla;
busca un espejo en el que
mirarse
y aprueba sacando del bolso
el billetero.
Para entonces, ya he perdido
el rumbo
de mi destino
y me limito a seguir la
secuencia
de un largo traveling
que a mí me ha sacado del
plano.
Afortunadamente ibas solo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Ja, ja, ja... A veces los acontecimientos vienen en favor de uno sin saber explicar cómo y cuándo.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Cuidado, con esas cosas ocurre como cuando vas pendiente del móvil, un escalón que no ves y te caes, una farola que se planta en medio y chocas, una caca de perro que pisas, etc, y lo peor que algún cachondo con su móvil te filma y luego se ríen en YouTube, todo esto puede traer mirar a una diosa aurea.
ResponderEliminarUn abrazo.
La tentación fue grande, Emilio, y bien comprendo las razones que expones y el riesgo que conllevan.
EliminarUn abrazo.
Camino; camino y pienso en lo baldío de mi caminar; pasos en apariencia firmes, andar por andar. Un señor de gesto entrañable, bastón y mascota de fieltro, en la distancia parece observarme. Desearía me dijera "sé quién eres, no temas, sé todo de tu viaje.."
ResponderEliminarDe repente, una voz desde un tenderete me hace frenar; suena a ruego la invitación a comprar; "ese sombrero mismo" le señalo; coloca un espejo delante, asiento, saco unas monedas, pago.
Prosigo y me limito a seguir la secuencia de un largo traveling que a mi me ha sacado del plano.
Figúra(n)te.
Un cinéfilo abrazo
¡Genial, Merche! Ahora es cuando no me arrepiento de haber callado que eras tú esa diosa que yo admiraba a media distancia y que me había sacado de mi realidad. Gracias por este divertido juego.
EliminarUn fuerte y cinéfilo abrazo.
Un texto muy glamuroso.
ResponderEliminarSAludos.
Quizás ese fue el principio de una hermosa historia de amor...probablemente hubo más encuentros y la historia finalizó con el banquete de bodas.
ResponderEliminarBesos
Las sorpresas que pueden dar las calles peatonales.Saludos cordiales
ResponderEliminarMuy bueno tu poema, real como la vida misma... en cada momento, la vida puede darnos una sorpresa que nos hace brotar alas en el alma y de pronto...zas, nos salimos de la escena. Felicitaciones por tu poema.
ResponderEliminarUn abrazo
La belleza nunca pasa desapercibida para el poeta, es normal que siguieras la escena con atención y se grabó en tu mente para la posteridad...Aquí está el poema.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo, Francisco.