A Isabel Martínez
Barquero
Acabo de recibir esta novela, con dedicatoria incluida, que me ha sugerido este poema en su primera página, es de justicia que se lo dedique a su autora. |
Nací una madrugada;
los bebés son de horarios inoportunos
y no quise ser una excepción.
Era, como hoy,
un remoto mes de abril
de un tiempo donde la escasez era lo abundante,
de modo que cualquier presencia
se hacía persistente no sólo por el estar
sino por la estela aromática,
esa que persiste en los sentidos
de forma imperecedera.
Ya no están más;
ya se hicieron inquilinos de las estrellas
o de algún otro lugar soñado como el Edén,
ese idílico jardín que mis padres merecen
y que con certeza habrán ocupado;
pero perdura en mi olfato
la vainilla y canela de mi madre
y la hierbabuena y jazmín de mi padre.
Con la herencia genética
me han dejado el penetrante aroma
de sus exquisiteces:
mi madre flaneaba vainilla
y compoteaba membrillos a la canela;
mi padre era una vara de mimbre,
un acicalado ramillete de jazmines
y un perifollo de hierbabuena
cada anochecer, a la vuelta de su labor labriega .
Cuando la pátina del tiempo emborrona las imágenes,
cuando el oído se empeña en ecos imposibles,
cuando los besos son muecas hueras y desvaídas,
cuando el regazo es cuna vacía,
cuando el tacto se hace insensible por el callo de la ausencia,
cuando la presencia es un farol apedreado,
en algún lugar recóndito de la memoria
el olfato es presencia viva que atesora
lo que para el resto de sentidos es un sinsentido.
Excelente escritora Isabel.
ResponderEliminarsaludos
carlos
Me alegro que ya la conozcas.
EliminarSaludos.
Está claro que tendré que escribir un libro.
ResponderEliminarEscribe tú un libro, yo que soy más vago te responderé con un poema.
EliminarBesos.
AROMA DE VAINILLA qué hermoso título ! Me encanta tu poema . pura ternura y malancolía. Es verdad, por lo menos en mi caso, el sentido del olfato acompaña los recuerdos.
ResponderEliminarTe dejo besos de miel , canela y clavo.
¡APAPACHOS !!
¡Ummmm! Has sido muy generosa impartiendo aromas y sabores. Como ves el título es el del libro de Isabel.
EliminarApapachos.
ResponderEliminarCultivemos el optimismo sobre todas las cosas.
Al mal tiempo, buena cara. Usando el positivismo en todo y por todo,
buen humor en las palabras,
la alegría siempre presente en el espejo del pensamiento,
con una sonrisa de felicidad en las pupilas de los ojos…
¡Recordando que el corazón siempre permanece joven!
Un feliz y luminoso día te deseo desde la distancia,
pero muy cercano desde el corazón.
Atte.
María Del Carmen
Muchas gracias, María Del Carmen.
EliminarBesos.
Menudo sorpresón me has dado, querido Francisco.
ResponderEliminarMientras encendía los motores que inician el día, me encuentro con la portada de "Aroma de vainilla" y con este precioso poema tuyo donde recreas la importancia del olfato, ese sentido con pocas ganas de ser protagonista y que, sin embargo, mueve simpatías y antipatías en nuestro interior con una fuerza imparable. ¡Me ha encantado!
Te quedo tremendamente agradecida, mucho. Ahora paso a compartirlo en las redes sociales, llena de orgullo.
Un beso.
Me ha parecido el mejor gesto para ese intercambio previo de correos que hemos mantenido y toda la publicidad que está a mi alcance para tu obra. Tengo otra deuda, pero ya la pagaré.
EliminarBesos.
Bello poema sobre madrugadas y recuerdos el de este homenaje a modo introductor. Saludos desde Valladolid.
ResponderEliminarMuchas gracias, Cayetano. Te mueves tanto que no vas a salir en la foto. Buen viaje.
EliminarUn abrazo.
En unos días me voy otra vez. Jejeje.
Eliminar¡Feliz regreso!
EliminarQué bonito!
ResponderEliminarYo también voy a escribir algo... aunque solo sea por que me dediquen un poema así... jejejejeje!
No conozco a Isabel, ahora mismito me acerco a su casita, gracias por presentármela de esta forma tan olorosa...
Besos, mi querido amigo!
;)
Por aquí seguimos, como buenamente se puede. Y aprovecho para agradecerte de nuevo tus atenciones y recuerdos diarios.
Si gano a un solo lector para Isabel, habrá merecido la pena mi poema. Por cierto, como ya es notorio que nos queremos y no tenemos de qué ocultarnos, un día vocalizaré un te quiero con palabras selectas y tendrás tu poema.
EliminarBesos.
Qué preciosidad Francisco.
ResponderEliminar"en algún lugar recóndito de la memoria
el olfato es presencia viva que atesora
lo que para el resto de sentidos es un sinsentido."
Genial.
Un abrazo.
No lo niegues, Elena, te has hecho incondicional mía. Gracias por tu persistencia.
EliminarBesos.
Hola Francisco, muy bonito el poema.
ResponderEliminarNo conozco a esta escritora, pero por el poema que has escrito en honor a ella, se ve, o puedo intuir, tal vez esté equivocada, que es hija de campesino y ama de casa.
Un poema muy seductor con la delicia de los olores a flores naturales, y a alimentos preparados con mucha dulzura.
Saludos y besos
No conozco sus circunstancias personales y las que sé debo callarlas. Soy yo el hijo y nieto de campesino, quizás por eso la naturaleza la tengo siempre muy a flor de piel.
EliminarBesos.
Francisco, tu poema es una reseña preciosa del libro de Isabel, donde nos muestras el alma y la profundidad de la autora de forma admirable...Imagino, cuánto le ha gustado, porque es la mejor propaganda que podías hacerle...Una preciosidad en forma y fondo, amigo.
ResponderEliminarTe dejo mi felicitación a ti, por tu generosa respuesta y a ella por su generoso regalo, que dice mucho de su personalidad y buen hacer.
Mi abrazo inmenso para los dos.
M.Jesús
Gracias, Marúa Jesús por tu mucha ternura y lo atinado de tus comentarios. Efectivamente, ha querido ser una reseña, un tanto atípica, y a ella le ha gustado mucho, así que me siento feliz.
EliminarBesos.
Es exquisito, de sugo a la par de esa novela de Isabel. Qué orgullo! Aplausos de pie para ambos.
ResponderEliminarAbrazo estrellanisado.
Gracias, Sara, en nombre de ambos.
EliminarBesos
Qué delicadeza, querido Francisco, emerge de este bellísimo poema.
ResponderEliminarYo estoy a punto de recibir el Aroma de Vainilla de Isabel y estoy loca por empezar a leerle.
Feliz descanso.
Besos.
Pues disfrutemos de ella con toda intensidad, Belén.
EliminarBesos.
Y además del aroma que queda grabado, no sé cómo en el cerebro, está también guardado en un cajón, con esa llave que sólo usamos cuando queremos que nos asalten los recuerdos, las voces. Las palabras de mi padre, su voz, no se me olvida. Incluso su forma de decir las cosas, las frases que usaba, los chistes. A veces me asombro de pronunciarlas sin darme cuenta.
ResponderEliminarUn saludo
Pienso que debemos tener en algún lugar dos archivos muy entrañable que funcionan fuera del control de nuestra voluntad: uno es el de los aromas asociado a las cosas y otro es el de la voz y el todo, además del contenido, de los seres queridos. Gracias por la aportación, Carmen.
EliminarBesos.
Profundo como los recuerdos inspirados por los olores! Qué bien lo pones. Me encantaría leer el libro, aunque más no sea, visitaré a la autora que sin duda merece tan tierno poema. Besos.
ResponderEliminarNo quedarás defraudada, Rosa María. Visítala al menos, pues pone el alma en todo cuanto hace.
EliminarBesos.
En primer lugar felicito a la autora del libro cuya narración ha inspirado tan hermoso poema, e intuyo que a su vez has querido resumir y resaltar en él su contenido. Por otra parte el tema de los olores, sobre todo los experimentados en la infancia, como en otros momentos de la vida, fortalecen los recuerdos cuando volvemos a experimentarlos. Incluso el olor de la piel de las personas amadas.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
A tí no tengo más remedio que decirte toda mi verdad, querida Chela: el poema ha nacido con tan solo la lectura de la introducción, me falta leer la novela; así que no aspira a ser una reseña, pero intuyo, por lo leído, que el poema está muy atinado con su contenido.
EliminarBesos.
Precioso poema, y preciosos recuerdos de tus padres.Los olores siempre traen recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Katiuska, por como te expresas, se que tienes esas mismas vivencias.
EliminarUn beso.
Una entrada y un poema guiados por el olfato. Una percepción original. Saludos desde mi mejana
ResponderEliminarGracias, Felipe. No es original, pero sí muy poco usado ese sentido.
EliminarUn fuerte abrazo.
Que delicioso momento de aromas....de verdad, sin quitar el aire nostálgico que le impregnas a la lectura con esos maravillosos recuerdos, el aroma me ceda y convierte esta noche en un paseo por el jardín a la luz de las estrellas....me acompañas?
ResponderEliminarPor supuesto que sí, Mirella. Vivimos a mucha distancia, pero sabes que paseo de la mano de tu voz con mucha frecuencia.
EliminarBesos.