Película estadounidense dirigida por Wes Anderson, con guión
del propio Anderson y Hugo Guinness, música de Alexandre Desplat y fotografía
de Robert D. Yeoman. Una deliciosa cinta ambientada en la vida de lo que fue un
gran hotel, ahora decrépito, y contada con gracia y sutileza por medio del
objetivo de todo un flash back que inicia y acaba en el presente.
Monsieur Gustave H (Ralph Fiennes), un legendario conserje
de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa
(Tony Revolori), un joven lobby boy, un
botones, al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el
robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y
sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa
fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que transformaron Europa
durante la primera mitad del siglo XX.
Para mi gusto personal, lo más delicioso de la historia no
es el contexto histórico ni la hilarante y esquizofrénica situación de esa
familia que ve peligrar su inmensa fortuna y sigue y la persigue a costa de la
propia vida, sino todo aquello que tiene que ver con la vida hotelera, centrada
precisamente en lo que durante tantos años fue mi profesión, el conserje de un
gran hotel. Yo no pasé de ser un conserje de segunda y no de campanillas como
el protagonista de la película, pero sin dudas ese mundo de interconexión de
entre los conserjes de los hoteles, en la película denominado como “llaves
cruzadas”, en la vida real es una organización que se llama Las Llaves de Oro y
que nació en Francia y hoy se extiende por el mundo entero.
Como el coprotagonista, empecé siendo botones, lobby boy o
bell boy, el que acude cuando suena el timbre y se pone al servicio del
conserje para que este pueda cumplir con los caprichos y apetencias de los
clientes. El conserje lo sabe todo de su ciudad. Sabe cómo conseguir las
entradas imposibles para el espectáculo más sobresaliente, la mejor mesa en el
restaurante más selecto o en el cabaret de moda, resolver la agenda del
desmemoriado o improvisar un ramo de flores a no importa qué hora de cualquier
día.
Como Zero Moustafa, llegué al hotel siendo un niño
inexperto, pero nuestros destinos han sido bien distintos: él acaba
convirtiéndose en el propietario de ese clásico y señero establecimiento, en
los momentos de su decadencia, y yo siendo un jubiloso jubilado después de toda
una vida dedicada a mi profesión única: la hostelería.
Me imagino que disfrutarías mucho con la película por lo que cuentas en tu entrada, a mí sin embargo no me hizo mucha gracia, lo que más me gustó, fue la trama policíaca y te diré que este género no me gusta nada,Así es que...
ResponderEliminarNo es que no me gustara la trama y la intriga, Tracy, sino que durante toda la película estuve viéndome y hasta reconociendo a otras muchas personas en los personajes del staff hotelero.
EliminarUn beso
Voy a buscar esa película y sin duda pensaré en ti y en esa vida tan maravillosa que pasaste dentro del ambiente de los hoteles, donde se ven llegar personajes que a veces parecen de ficción..ojalá pueda leer algunas de esas muchas anécdotas que tienes guardadas y seguro que será para disfrutar como todo lo que escribes...bss
ResponderEliminarPara mí, lo más mágico de esa vida profesional es haber conocido a tantas personas de todos los rincones de la tierra que viajaron hasta mí para que yo las conociera. Es el mundo quien se ha paseado ante mí, y por supuesto que hay muchas anécdotas, pero también mucho silencio.
EliminarBesos.
Buenos días Francisco, justo ayer cuando salíamos de ver el Arca de Noe, me pare en el cartel del Hotel. Comenté que me gustaría verla porque me sonó a novela de Agatha C. con un montón de personajes en una escenario muy definido. Pero leyendo lo que tú acabas de comentarnos, ahora no tengo dudas de que será una de mis próximas películas. Me acordaré de tí cuando la vea, dado ese punto en común de tu vida profesional con alguno de los personajes.
ResponderEliminarUn abrazo y supongo que tendrás miles de historias por escribir basadas en tus vivencias. Así que ... ya sabes ¡a escribirlas y que yo pueda leerlas!. Besos.
Creo que la película no decepcione a nadie por la intriga, por esa semejanza que haces con los personajes de Agatha Christie. Pero como ya he dicho, yo pasé la película viéndome y reconociendo en los protagonistas a otros colegas de la profesión que me ayudó a disfrutarla sobremanera.
EliminarEs cierto que son muchas las anécdotas, pero no creo que escriba nunca sobre esas historias. El año pasado, un amigo de Torremolinos publicó un libro de anécdotas de hotel y allí se recogen dos aportaciones mías, pero no va con mi concepto creativo recrear anécdotas ajenas, así que seguiré a lo mío, aunque no tenga ningún futuro editor, como tampoco busco. Gracias, Laura.
Besos.
Buenos días Francisco, no he visto la película, hace más de 20 años que ya no he vuelto al cine, si algo veo es por Internet y poco, pero veo que usted la ha disfrutado al verse reflejado en ella. A mí eso me pasa cuando veo películas de hospitales, bien recuerdo muchas situaciones que he vivido y lo disfruto.
ResponderEliminarUn abrazo
Sor.Cecilia
Como decía los coprotagonistas son el botones y el conserje del hotel. Yo he sido ambas cosas: me inicié como botones y fui aprendiendo...
EliminarUn dulce abrazo.
Yo recuerdo de hace muchísimos años una película francesa que se llamaba El hombre de las llaves de oro y que era muy buena. ¿La conoces? Probablemente se puede ver por Internet como todas estas películas antiguas.
ResponderEliminarEfectivamente, una película francesa de 1956, pero no la he visto o no la recuerdo. Intentaré encontrarla por esa vía que me indicas.
EliminarUn abrazo.
Bueno, pero tú también saborearías los tejemanejes propios de ese trabajo donde tu papel, era el de solucionar cualquier problema, capricho e incluso despro`pósito de los clientes, que ya sabemos cuando vamos de hotel, lo que podemos ser todos...
ResponderEliminarA mí me parece un trabajo estupendo, debe ser, porque tratar con la gente me gusta y también he dedicado muchos años a ello.
Ahora no, ahora soy una parada más mirando como corre la vida dejándome fuera del mundo laboral y sin la esperanza siquiera de poder jubilarme dignamente...
Pero menos tristezas, oye, que la vida son dos días, al menos tengo salud y ganas de vivir!
Creo que me gustará ver esta película.
:)
Besos.
Por supuesto que disfruté mucho de mi trabajo y acabé siendo un experto en conseguir realizarlo con mucha dignidad, aunque sin campanilla. Era un trabajo muy gratificante y ameno.
EliminarLamento esa situación presente tuya como la de tantos españoles; ojalá pronto me digas que todo ha cambiado para ti.
Un beso.
Imaginé que te identificaste con algunos personajes o reconociste a algunos. El género policial, a mí CERO. ClaRO QUE HAY DE TODO Y PARA TODOS EN LA VIÑA DEL sEÑOR. ¡apapachos !!
ResponderEliminarClaro que sí, María del Carmen, que me identifiqué con dos de ellos en distintos momentos y edades de mi profesión. Precisamente eso es a lo que mayor atención, por encima de la trama de la película. Yo era el botones y también el conserje.
EliminarApapachos.
Es decir, que la película te ha removido un poco tu historia personal, lo que redunda positivamente para que te guste todavía más.
ResponderEliminarUn saludo.
No un poco, sino un mucho, Cayetano. Las películas que tratan el tema del trabajo hotelero no siempre se fijan en estos profesionales. Luego fui director de hotel, pero no me identificaba con el personaje de "Pretty Woman"; debió ser porque no le quitaba ojo de encima a Julia Roberts.
EliminarUn abrazo
Francisco, me alegro por esa película, que te ha renovado tantos recuerdos, amigo...Todo tiene un sentido y nada es porque sí...Era el momento de renovar sentimientos y momentos, que fueron muy importantes en tu vida...Quizá la vida te ha traído un aire fresco de esperanza y gratitud...Parece muy interesante y la tendré en cuenta.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo siempre, Francisco.
M.Jesús
Espero que te guste. Seguramente te fijarás en lo que yo he pasado más de puntillas, pero en todo caso es una buena película.
EliminarUn beso.
Huy, pues ahora con más razón para querer verla, ya con el trailer me hizo tilín...
ResponderEliminarImagino que remover la propia historia le deja a uno un poco como acelerado durante un rato largo...
Muchos besos!
;)
Es cierto, Edurne, una cierta aceleración tuve; mientras disfrutaba la película iba pasando por mi mente otras muchas historias vividas.
EliminarBesos.
Monsieur, después de leer su estupendo artículo he decidido ver la película. Tiene suficientes ingredientes para prometer un buen rato de dicha.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Me complace, Madame, haber estimulado sus apetencias.
EliminarBisous.
Jubiloso jubilado dando rienda suelta a tu verdadera vocación -la escritura- según podemos ver a diario tus lectores, que por tu buen hacer te estamos tan agradecidos. Un saludo desde Gran Canaria, Ángel
ResponderEliminarGracias, Ángel. Con frecuencia, la vida nos lleva por caminos insosprechados, lo importante es saber disfrutar en cualquier circunstancia. Seguramente me hubiera gustado ser otra cosa, pero fui muy feliz en mi profesión.
EliminarUn abrazo.
Ya ni me acuerdo de qué película es la última que he visto, de tanto tiempo que hace que no voy al cine. Trataré de recordarla por si cambio de intenciones. Saludos desde mi mejana
ResponderEliminarA mí me gusta mucho el cine, aunque no tanto como el teatro. Ahora tampoco voy con la frecuencia que me gustaría.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, según nos cuentas debe estar muy bien la película y que voy a tener en cuenta para verla en cuanto pueda:), en ella el botones llega a ser con los años el dueño del hotel, tu jubiloso jubilado el dueño de tu vida y pensión:)
ResponderEliminarBesos.
Yo me siento muy satisfecho de mi carrera profesional, pero no llegué a propietario, pero eso sí, soy jubiloso. Gracias, Piruja
EliminarUn beso
Así entiendo ahora tu simpatía, tu inconmensurable saber y tu paciencia. Creo que sin esas tres cosas es imposible que alguien ejerza la profesión de conserje durante más de un mes. Paciencia para atender hasta el cliente más caprichoso y pelmazo; simpatía porque se nota mucho cuándo una persona que está de cara al público está chafado, aburrido, mosqueado, cansado; y saber, saber estar y saber de conocer, de resolver cualquier problema, hasta el más difícil. Te entiendo porque durante un tiempo he estado trabajando en una oficina de turismo que viene a ser un oficio que se puede decir que dominas a la perfección, porque estaba dentro de tus tareas.
ResponderEliminarUn beso
No me ponderes, Carmen, a fin de cuentas soy un ser bastante corriente, nada extraordinario. Pero sí que es cierto que es muy placentero que te llame un cliente y te pida una habitación, que le reserve una mesa en el restaurante que tú decidas, le compres las entradas para el teatro que consideres lo merece y tenga unas flores en la habitación con una tarjeta celebrativa del evento. Sentir sobre uno esa confianza puesta en un cliente, significa que ambos conocen sus gustos y buen hacer.
EliminarUn beso.
Por fin se hizo la conexión:-) A ver lo que dura porque hay cosas que no funcionan el¡en el ordenador.
ResponderEliminarTenemos en mente ver la peli pero aún no he tenido tiempo. Me alegro que disfrutaras de ella.
Bss
Me alegro verte de nuevo, Katy. Tú has estado relacionada con el turismo y también te será más o menos cercano el ambiente.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, me alegro que hayas visto la peli y te haya traído bellos recuerdos de tus comienzos y posterior tiempo en el trabajo.
ResponderEliminarA veces la vida nos va regalando pequeñas cosas que nos hacen sentirnos felices y revivir momentos que nos fueron fueron formando a nosotros y con ello nuestras familias.
Si puedo la veré, pero ahora es momento de salir a caminar para bajar los kilos cogidos en el inviernos :-)
Saludos y besos
Seguramente, Isa, verás otra película distinta a la mía, porque ya digo que tiene que ver más con mis recuerdos que con lo que se cuenta. Yo he sido esos dos personajes, pero mis circunstancias fueron otras.
EliminarUn beso.
Pues no la he visto, pero es que ni había oído hablar de ella. Un besazo.
ResponderEliminarSi tienes ocasión, no te las pierdas, así sabrás que mi perfil pulula por entre los dos protagonistas.
EliminarBesos.
He estado leyendo otros post tuyos de los últimos con poemas pero te dejo comentario en éste porque respecto a tus versos me repetiría con comentarios anteriores diciéndote lo mucho que me entusiasman e instándote, como siempre, a que publiques, a que nos permitas "tenerte" en la letra impresa, "aprisionado" en el papel para leerte una y mil veces sin estar frente al ordenador sino en la comodidad de la butaca y en las horas preferidas de lectura.
ResponderEliminarEn cuanto a la vida de los hoteles siempre me resultó interesante, sobre todo de esos grandes hoteles, símbolos de muchas ciudades, con aire cosmopolita, preciosa decoración y ambientes refinados, que suscitan la imaginación interesándonos por la vida de sus huéspedes. Lugares que representan pequeños mundos y grandes vidas y pasiones capaces de inspirar numerosas novelas y películas...
¿Acaso fueron también los ambientes de hoteles los que despertaron tu fantasía y afición por las letras?
Trataré de ver la película, de la que no tenía referencia. Y te imaginaré entre sus personajes.
Un fuerte abrazo.
Los hoteles me han dado ocasión de conocer a muchos hombres de letras, atesorar algunos libros firmados, disfrutar de conversaciones sobre literatura... Pero mi gusto por la literatura creo que empezó por contagiarme de la afición lectora de mi padre. Me dediqué laboralmente a lo que pude, pero me hubiera gustado ser profesional de la escritura; ahora me basta con lo que hago para matar el gusanillo y aceptar la vida que me tocó vivir, trabajando desde niño a la temprana jubilación por incapacidad física. Por suerte sigo teniendo cierta capacidad mental y en ello me entretengo. Es posible que un día publique algún libro (hace muchos años publiqué poemas y cuentos en ediciones compartidas), pero no me atrae la autoedición y menos aún tener que itinerar de presentación en presentación.
EliminarGracias, Chela, pues tu cariño me llega incólume.
Besos.