La lluvia te resbala
sin empaparte,
como si levemente te acariciara
con el tacto perfumado
de mis ojos
escudriñando tu cuerpo.
En mis oídos,
el repiqueteo insistente
del agua
es sordina al eco de tu recuerdo,
es silencio sordo
evaporado de tu adiós
que se sobrepone silente
a la monocorde insistencia
de la lluvia en los cristales.
Es persistente,
terca la idea en mí
de recogerte en la vasija de mis brazos
y atesorarte.
Y, seguramente esa vasija, quedará colmada de agua fresca y perfumada.
ResponderEliminarAbrazos.
Esa es la recompensa que espera el yo poético, Rafael.
EliminarUn abrazo.
Re re re lindo. Adoré tu poema. Se va conmigo a mi cuaderno de los tesoros. Los versos finales son un gozo absoluto. ¡Bravo poeta !! ¡Qué bien lo haces ! no tienes contra.
ResponderEliminarlo dibujaste con gotas de lluvia. Felicitarte ya es redundancia.
¡APAPACHOS !! :)
Gracias, María del Carmen. Cuando me dices que va al cuaderno de tus tesoros, me dejas colmado, en plenitud, porque sé lo que ese cuaderno representa para ti.
EliminarApapachos.
No conocía esta arista del poeta.
ResponderEliminarFelicitaciones y abrazos.
La poesía es un poliedro con muchas aristas y muchas caras, Alicia. Gracias por tu comentario.
EliminarUn beso.
Muy bello, Paco. Veo que a ti también te entusiasma la primavera. Es vida.
ResponderEliminarAbrazo.
Me entusiasma la vida. Por el poema de ayer, el de Las estaciones, puedes comprobar que para mí no hay diferencias entre una etapa y otra, siempre es ocasión para escribir al amor, Sara.
EliminarUn beso.
Francisco, la lluvia resuena en tu poema como una melodía acompasada y sensual, que va marcando tu pensamiento y el paso del tiempo poco a poco...Y al final ese verso, que nos habla del miedo a la separación, al final de la vida:"...recogerte en la vasija de mis brazos y atesorarte" Magnífica metáfora, que resume tu amor y protección a la amada.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande por tu profundidad sencilla y consciente.
M.Jesús
Supuse que valorarías esa metáfora y no me he equivocado. Ya nos vamos conociendo en nuestras facetas. Gracias por tu felicitación.
EliminarUn beso.
Semejante terquedad merece el premio de poder hacerlo, de poder sentirla en la vasija de tus brazos al compás de aquella otra lluvia tras los cristales.
ResponderEliminarQue preciosidad, Francisco, me dejas muda con tus poemas.
Bueno...ejemmmm, muda tampoco, visto lo visto. Digamos impresionada, va.
:)
Besos, poeta.
Algunas cosas se logran a base de insistencia. No es fácil escribir un poema digno la primera vez que lo intentas, pero a base de insistente terquedad, aprende uno a limar palabras y podar oraciones.
EliminarUn beso.
Celoso debemos estar del agua de la lluvia que es capaz de acariciar el cuerpo de la persona amada.
ResponderEliminarEl agua de los ríos va a parar al mar. El de la lluvia que sinuosamente se desliza por la piel del ser querido... ¿a dónde irá?
Muy acertado el verso corto, como corresponde al dinamismo del agua al caer y su repiqueteo.
Un saludo.
Del agua de la lluvia y de la brisa, del viento, del aroma del azahar, de la corriente cantarina del río... de todo lo que la distraiga de uno; así de exclusivo es el amor.
EliminarUn abrazo.
La primavera te inspira profunda y bellamente, amigo Francisco, y sus gotas de lluvia beben de tus letras, has escrito un bello poema lluvioso que se escucha gotear desde los cristales.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, María. Estoy convencido de que mis lectores ponéis mucho de vuestra parte en el resultado final.
EliminarUn beso.
Deshacerse en lluvia y evaporarme es lo que me apetece de vez en cuando, sobre todo cuando el ánimo flaquea y el mundo se ve tan gris como el día de hoy. Pero siempre, siempre, hay una vasija en la que resguardase, unos abrazos sólidos que te impiden transformarte en agua purificadora y te hacen regresar a este mundo que, aunque cruel, es el suyo y el mío.
ResponderEliminarUn saludo
Seguro que tú también cuentas con unos brazos que quieren ser cesto o malla donde recogerte y no dejarte escapar, Carmen.
EliminarUn beso.
Lluvia, brisa…Primavera en tus versos que tintinean acompasados junto al recuerdo…
ResponderEliminarPara recogerla en la vasija de tus brazos llenos de amor…
Un cálido abrazo
Muchas gracias, Sneyder, por tu comentario.
EliminarUn cálido abrazo.
esa vasija ha causado furor, Paco!
ResponderEliminarYa me pareció un poema muy preciso, a mas de precioso, cuando lo leí ayer.
Ahora, recogiendo las opiniones de quienes me preceden, veo que sí, que el verso corto, como dice Cayetano, es el más apropiado para este tipo de "inquietudes" poéticas.
la primavera, la lluvia, el cuerpo del ser amado, el miedo a perderlo o perderla, el paso del tiempo, en fin... queda muy bien acotado por tus palabras.
Mi aplauso callado, mi cariño y mi respeto por vos, caballero!
Besitos para usted y su dama!
;)
Te agradezco mucho tu comentario, Edurne. Ya sé y comprendo tu situación, así que todavía es más meritorio que le dediques tanto afecto a este poeta menor de mucha edad.
EliminarUn beso.
Después de leer el poema lo primero que me ha venido a la mente ha sido "quién fuera lluvia de primavera..." Preciosos versos Francisco. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso tu comentario Johnny. Te quedo muy agradecido.
EliminarUn abrazo.
Me gustaría saber decir las cosas así, como tú, pero no encuentro ese lirismo, no lo encuentro. Saludos desde mi mejana
ResponderEliminarEsto es más fácil que hacer la Javierada, Felipe; es cuestión de juntar palabras. Ahora bien, también necesita entrenamiento, como tú has hecho antes de la caminata final.
EliminarUn abrazo.
Mi querido amigo Francisco, al ir repasando, soy yo, quien se empapa con las letras de tus versos, requeteprecioso todo el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar
Requeteprecioso me resulta tu fiel seguimiento, amiga. Muy agradecido.
EliminarUn beso.
Hay tantos recuerdos persistentes que a veces son como las gotas de un grifo descompuesto que hacen plim...plim..plim..y no salen de tu cabeza..
ResponderEliminarEn este caso, para el yo poético hay algo más persistente que la lluvia y es el amor.
EliminarBesos.
Hola Francisco, llego tarde pero no podía quedarme sin leer este bello poema a la primavera y al amor. Me gusta mucho los últimos versos. A veces tenemos tanto miedo de perder lo que amamos, que lo abrazaríamos para que no se fuera nunca.
ResponderEliminarLa primavera te da alas y con ellos nos regalas belleza.
Saludos y besos
Tú nunca llegas tarde, Isa, sino que llegas en el momento justo. Gracias por llegar siempre.
EliminarBesos.