Nostalgia de un tiempo pausado
no es el deseo de desandar
los caminos transitados hasta hoy
para instalarme en un pretérito imposible,
como quien a contracorriente
llega hasta el denuedo esforzándose
sin poder avanzar río arriba;
es degustar el sabor de lo apacible
de aquel reloj violentado
por los mecanismos de la mecanización
y la virtualidad de estos tiempos
tecnológicos, donde todo es añejo,
antigualla obsoleta desde el momento mismo
del alumbramiento. Me lo pido;
me pido un reloj de espiral,
un mecanismo de cuerda, que falle
y me permita caminar al paso
en lugar de asfixiarme con este tremendo trote,
tras perderle el rastro al dolce far niente.
El sabor apacible de lo añejo solamente se puede degustar con el pasar del tiempo, el que pasó sin prisa... despacito, muy despacito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Rafael, pero no es precisamente ese el tiempo que ahora corre, sí el que me interesa.
EliminarUn abrazo
Hago mías las palabras de Rafael tan llenas de ternura ...Yo también quiero caminar al paso pero no todo lo que uno quiere se vuelve realidad.
ResponderEliminarme encanta tu poema , como siempre. Esta vez hay un dejo de nostalgia, de melancolía ... me parece. puede ser que sea MI estado emocional .
¡APAPACHOS !!
Cuando se lee con atención, como sueles hacerlo, ves que la distancia del Atlántico es pura metáfora.
EliminarApapachos.
El reloj, el tiempo, el sabor de aquello que recordamos, despaciosamente he leído tus letras. Dos veces. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Ester, por tu mimo constante.
EliminarBesos.
A veces dan ganas de hacerle trampas al reloj, para que no nos muestre el presente como algo que al instante siguiente ya es pasado remoto.
ResponderEliminarPero así es la sociedad que nos corresponde vivir, a la que debemos adaptarnos y aceptar, porque ya se nos pasó un pelín la época aquella en que deseábamos ser parte de un proceso de cambio. Ahora es a otros a quienes corresponde dicha misión, mientras la retaguardia mira al borde de la vida, entre el horizonte de un amanecer y el ocaso de otras vidas.
Saludos
Me alegra mucho haberte provocado esta reflexión que a todos nos sirve, Mascab.
EliminarBesos.
Es que amigo Francisco, quizá ahora nos falta el que nos den los apapachos que nos desea nuestra amiga María del Carmen Nazer. No sé, quizá, tal vez.
ResponderEliminarÁngel
Pues sí, Ángel, nosoros ya no estamos para sobresaltos, sino para apapachos y otras delicadezas.
EliminarUn fuerte abrazo.
En tiempo de vacaciones, lo mejor es quitarse el reloj, lo digo por experiencia.
ResponderEliminarYo sólo uso el reloj cuando voy a salir a la calle, y mi tiempo transcurre por otros parámetros más deleitosos.
EliminarBesos.
Es solo deseo de descansar y de reposar, Un abrazo.
ResponderEliminarPues voy a ensayarte una nana; así, ahora que descansas, hasta es posible que te des una cabezadita.
EliminarUn abrazo azul
un mecanismo de cuerda, que falle
ResponderEliminary me permita caminar al paso
en lugar de asfixiarme con este tremendo trote,
que falle, como yo lo hago, de manera humana.
Que se pare y eso te de tiempo a recuperar el aliento, o la calma...
Que me deje oxigenar bien mis pulmones y andar sabiendo donde doy casa paso, y mirando a mi alrededor, pudiendo incluso saludar, y detenerme a mirar una cornisa, o alzar la vista y ver en un centro de madrid, dos personas que hablan en la terraza de su vivienda. mientras miran a los transeuntes, con un reloj como el tuyo que falla..., pero ¿falla?
Besos muchos ♥♥♥
Gracias, Tramos, muchas gracias por dejar tu opinión y por el sentido de la misma.
EliminarBesos.
Francisco, tus letras son ese reloj de espiral, tranquilo y apacible, que se para por momentos, para ir a la par con nosotros...Cada uno llevamos un reloj del tiempo, y sin darnos cuenta, vamos marcando el día y la noche, la tristeza y la alegría, el silencio y la palabra...t
ResponderEliminarTodos lo hacemos sin darnos cuenta...Las letras nos permiten llevar nuestro propio reloj del espíritu, que va marcando vivencias y emociones con un ritmo genuino y personal...Las letras nos han enseñado a dejar de lado el reloj físico, frío y caduco...Por tanto, gracias por recordarnos, que el tiempo es relativo, porque somos nosotros mismos,quienes vamos marcando la vida con la palabra, la actitud y el sentimiento...
Mi gratitud por tu profundidad y mi abrazo inmenso por cercanía y buenos posts.
M.Jesús
Me gusta tu análisis, María Jesús, me gusta y me ayuda a crecer y a volver a publicar de nuevo. Te quedo muy agradecido.
EliminarBesos.
Sabes? me recordaste que en verano me quito el reloj, no se porque, manías, y a que a veces cuando me dicen que día es hoy? pienso, estoy de vacaciones que me importa, es entonces cuando al leerte, creo que es que en verano utilizo ese reloj de espiral del que hablas. Un besazo
ResponderEliminarTenemos la misma manía de desprendernos del reloj: me molesta en la muñeca y no tengo demasiado interés en saber si es y cuarto o menos cuarto.
EliminarBesos.