— …pues a mí me ha dicho el traumatólogo que debo ir a nadar dos o tres días por semana.
— ¡Claro! A mí me lo aconsejó también y estoy yendo.
— ¡Pero yo sólo puedo nadar de espaldas!
— Sin dudas es buenísimo para la columna.
— ¡Lo peor son los pelos!
— Es obligatorio usar gorro de baño.
— ¡Ya, pero igualmente se mojan!
— No se preocupe tanto por la estética, señora, vale más pensar en la salud y en la belleza interior, eso es lo que verdaderamente cuenta.
Me miró con cara de desprecio y sin respuesta me dio la espalda. Apuró su café y se echó una píldora a la boca con un trago de agua; sin despedirse, cruzó de acera y entró en la Bouquite del Cabello.
Abundando con lo que se deja entrever en tu simpático artículo, no puedo por menos que recordar dos obras de arte que creo lo "dicen todo":
ResponderEliminar"Mujer desnuda con espejo" dibujo de Francisco de Goya.
"La mujer con espejo" escultura de Botero que está en la Plaza de Colón, Madrid.
Of course, ambas se pueden buscar y ver en Internet.
P.S. Para que veas, este comentario es bien cortito