07 octubre 2024

MAÑANITA DE OTOÑO

 




Mañanita de otoño,

despejada y clara;

el sol no hiere,

cruza apaisado el paisaje

en tanto se levanta.

También se cruza una rama leñosa

de hojas ocres

por mi ventana.

El verde de la hierba

es caricia en el camino,

y es cántico y renovación,

es vida a la vida.

El arroyo, enmudecido durante meses,

baja entonando una cancioncilla

y el pastor ensaya una sonrisa

tan grande como su boina.

Cuando la vida se renueva,

se emplaza y ratifica,

se alarga generosamente la esperanza:

otoño, tiempo de recogida

tiempo de frutos.

06 octubre 2024

ROTUNDO SILENCIO

 




Ningún gesto,

ni tan siquiera una palabra

de asentimiento ni de rechazo.

El deseo es una pregunta no formulada

que se manifiesta en el otro

por voluntad ajena,

tanto si la acaricia como si la ahuyenta.

Surte la carne como surte un manantial,

de forma plenamente natural,

a borbotones, con impulso irrefrenable.

Como surge la primavera

tras la efervescencia de la savia dormida

y remonta las cavidades internas

hasta sonrosar la piel

y revestirla de galanura.

En una mirada fugaz

puede habitar la confirmación,

en el roce de las manos

el calambrazo que ratifica el abastecimiento,

y en la mirada la avidez que despierta

de un largo sueño.

Aunque tenga que seguir

trabajando largamente la espera,

indícame que voy por buen camino.

05 octubre 2024

REINA DE LA NOCHE

 




Luna llena,

reina de la noche

con su vestidura talar

de oro, largos flecos lumínicos y alamares,

un espejismo al que mañana

le faltará un mordisco

por encima de su hombro desnudo,

y así, día a día

hasta la decrepitud

de una ilusión que se desvanece

sin llegar a cuajar.

Es tanta la soledad,

tanta la añoranza que deja,

tan creíble y certera la ilusión de la noche,

tan esperado el milagro

de los caminos que surcan el firmamento,

que conviertes lo soñado

en tangible…

Tengo memorizada tus huellas

y cada uno de tus destellos;

no me digas que es fiebre

de mi mente enferma:

morir es más suave

que perderte para siempre.

04 octubre 2024

BALADA

 




Ya era hora de acostarnos,

sonaba en la radio una balada

y nos miramos buscándonos

como medio siglo atrás.

La casa estaba a oscuras

y era más perceptible el brillo en tus ojos.

Por la ventana,

un fanal de la farola de la calle

atravesaba la escena.

Te rodeé con mis brazos

queriendo no dejar escapar el momento.

Titubeante tú, torpe yo,

lo aplazamos todo con una sonrisa;

abrazados, sentíamos que bailábamos

con muy escasos movimientos.

La balada, como casi todas, hablaba de ti y de mí,

de nosotros…

De aquellos jóvenes que ahora ancianos

miraban para atrás

y veían sus sueños cumplidos.


03 octubre 2024

SERVICIO DE GUARDIA

 




En el silencio

de mi cuarto a oscuras,

mis ojos siguen los pasos de mis hijos

por esos caminos

del pan nuestro de cada día.


En mi despertar,

reconozco el sonido amortiguador

del tren de aterrizaje,

el rodar metálico del trolley

y la fila con pasaporte en mano,

el hotel siendo recepcionados

y en mi lugar era a la inversa.


A oscuras, la vida se parece

a un celo de imaginaria,

como recuerda una fotocopia

a su desubicado original.


Quizás me he impacientado

esperando buenas nuevas,

pero no es fácil desenganchar

y dejar de ser padre.

02 octubre 2024

HALLEY

 




Un cometa es una estrella

muy tímida, se azora con prontitud

y hasta llega a angustiarse

por cualquier nimiedad.

Esa noche estaba el cielo

cuajado de fulgores, despejado y rotundo;

entre lo recóndito y lo oscuro

surgían a lo lejos ejércitos de puntos luminosos

que se multiplicaban en cascada

y lo llenaban todo de misterio.

Desde su recogimiento interior,

notó cómo se avergonzaba

y el pavo le subía a su rostro

sin poder disimular su acaloramiento:

se le encendió el rostro,

se soltó el cabello

y salió de su escondrijo a toda velocidad

como no lo había hecho

por más de setenta años.

Su cola de fuego y luz

será recordada, al menos,

por otros quince largos lustros.

01 octubre 2024

EN BÚSQUEDA

 




No la encontraba,

pero vivía conmigo, entrelazada

como los cordones de los zapatos.

Lo necesario, cuando se dispone de ello,

es tan sordo como el murmullo de las hojas

en la arboleda,

que tienes que prestarle atención

para oír su música.

Mi monedero no suena mucho,

pero siempre tiene lo suficiente

para consentirme

ese café que me espabila y entona

y me ayuda a mirar la luz del día con plenitud.

No supe que era feliz

hasta que pasé verdaderas dificultades

y allí estaban los mío para arroparme.

No se ve el horizonte desde dentro del agua,

ni siquiera la mar es visible cuando buceo,

ni se aprecia el cielo desde lo pedestre;

no padece hambre quien hace tres comidas al día

ni sabe conjugar la palabra libertad

quien no está o ha estado privado de ella,

o de salud.

El roce diario no me ayuda a valorar mis riquezas,

son las carencias las que nos ponen en búsqueda.