27 mayo 2022

CAUSA COMÚN


 


En medio del barullo

de quienes desayunan a media mañana,

mientras otros ya le dan

a la cerveza;

en el ajetreo de los veladores

dispuestos a la sombra,

un cruce de conversaciones

insulsas o añejas que nada aportan

a la novedad o notoriedad que agite el ánimo.

 

Alguien, con mano extendida

y cara de ayuno,

va pasando de negativa en negativa

sin tropezar con una sonrisa,

y sin caer al vacío en expresión de desaliento.

 

En la mesa contigua,

un astuto bribón de bello plumaje

recoge con minuciosidad

las migajas,

sin perder de vista lo fortuito

que pueda devenir por cualquiera de los extremos

de la rosa de los vientos.

 

El gorrión cae en gracia,

pero él no se fía;

el famélico de largos ayunos

levanta sospechas,

pero sigue confiando

en que alguien haga causa con él

y dejen de sonarle las tripas.

4 comentarios:

  1. Dicen que el gorrión es un comensal humano que no molesta, será por eso que están desapareciendo.

    Un abrazo..

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    Respuestas
    1. Que abunden en la ciudad es síntoma de que algo no estamos haciendo bien. Tampoco es para sentirnos orgullosos de la acuciante pobreza que zarandea a tantas personas.
      Un abrazo.

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  2. Me encanta la imagen aunque es triste que el gorríón tenga comida y el famélico de largos ayunos no la consiga.Saludos

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  3. Me alegro que vuelvas por aquí, Francisco, ya era hora de que viéramos tus letras, amigo.Espero que todo vaya bien.
    Los pobres quisieran ser gorriones, volar, no sentir verguenza y hacerse con las migas, sin pedirlas.Pero ahí están confiando, con paciencia, en que la suerte y la generosidad bendigan su día a día, amigo.
    Mi abrazo entrañable y espero que sigas más tiempo con nosotros.

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