Como aparecen arrugas en el
rostro,
como las canas son lentas pautas
de tiempos pretéritos
asomados al hoy,
así una grieta minúscula en
el asfalto
pasa inadvertida para los
neumáticos
que se alejan dejando tras
de sí
su inconfundible acento de
hidrocarburo
quemado a gran velocidad.
Nadie mide
el paso del tiempo en el
ciclo de un día,
pero todo es cadencia, como
las medias
siguen a las enteras en el
reloj de la vida.
La muerte es el semillero de
la vida,
el eslabón que esparce las
esporas
que en la concavidad
adecuada y fértil
germina y florece para ser de
nuevo,
─en el momento adecuado y
próspero─
génesis de una nueva vida;
vida ínfima
si la fortuna ha querido que
disponga
tan sólo de una grieta, de un
resquicio,
por el que asomarse a este
mundo
tantas veces inhóspito,
tantas veces austero;
pero vida en exclusiva y sin
oportunidad
de duplicidades o de nuevas
repeticiones.
La vida es magna, es breve, es
regia, es ínfima.
Como siempre, das en el clavo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isidoro, por esa diana que aprecias.
EliminarUn abrazo.
A veces resulta un milagro que brote la vida en ciertas condiciones.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Esa vida mínima es la misma que me sorprende.
EliminarUn abrazo.
Una preciosura.
ResponderEliminar"La vida es ínfima"
Ay ! me ha emocionado tu poema, como siempre además.
Se me ha dado en estos últimos tiempos por tenerle miedo a la muerte.
y tú lo dices: las grietas van apareciendo ...
Apapachos.
Cuando escribo sueño con que me digas "preciosura" en tu comentario. Uno se acostumbra a lo dulce y resulta difícil prescindir de él en el futuro.
EliminarApapachos.
Esos seres vivos que crecen en lugares difíciles, son los más fuertes, los que han sobrevivido a otros, es duro decirlo, también es ley de vida, es la supervivencia del más apto o la ley del más fuerte, y eso no es más que la evolución de Darwin.
ResponderEliminarUn abrazo¡¡
La vida es todo eso que, para desgracia nuestra, no sabemos valorar hasta que no van apareciendo las canas, sinónimo sutil de que se va acercando su límite incuestionable...
ResponderEliminarBesos.
"La muerte es el semillero de la vida...", todo un propósito de vivencia. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEntre las canas, resquicios y grietas seguiremos viendo y alumbrando el milagro de la vida...Mientras seamos testigos y protagonistas de ese misterio, seguiremos agradeciendo ese bendito milagro...Lo que venga después quizá sea VIDA con mayúscula, asi que no hay motivo para pensar en un fin, ya lo sabes.
ResponderEliminarMi abrazo grande y feliz domingo.
M.Jesús
La vida sigue su curso, sin contar con nadie y brota allí dónde menos se espera. Y sí, es preciso morir para que ella siga. Bss.
ResponderEliminar....es VIDA, ¿se puede ser algo mejor?
ResponderEliminarSabemos desde que tenemos uso de razón, que estamos aquí de paso, lo que no podemos saber es el día y la hora que tendrá lugar el final de nuestro camino.
ResponderEliminarBesos
Me gustan los adjetivos con los que calificas a la vida.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gema
Muchas veces quedamos sorprendidos al ver en qué lugares más inhóspitos crecen los vegetales. Un abrazo
ResponderEliminarMaravillosa verdad la muerte es el semillero de la vida.Dios todo lo hace bien, aunque nos cueste entenderlo.
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