Nadie
está graduado en el arte de la vida mientras no haya sido tentado.
George Eliot
Avergonzaos corruptos
que salid por la escalera de
incendios
cuando las llamas flamean el
pendón
y todo apesta sin remedio
a artimañas de tenedor de
libros.
Un hatillo de ropa bajo el
brazo,
los zapatos en las manos,
los pelos al socaire de la
agitación
y la mirada recelosa
escudriñando
la huida, siendo notorias
las astas del consentido.
Avergonzaos de retener lo
ajeno,
de morder la pulpa
y gozar el néctar de lo
ilícito.
Gacha la cabeza, la mirada
perdida,
responde al fiscal con voz
átona:
nadie se conoce a sí mismo
si no es tentado.
La tentación vive en todas partes, solo que algunos están tan abajo que se dejan tentar por casi nada.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Cada persona tiene un precio, Emilio. Y como decía aquel, "que no nos pongan donde hay". No justifico lo que está sucediendo, todo lo contrario.
EliminarUn abrazo.
Besos.
ResponderEliminarBesos de Amapola Azzul, deliciosos y sutiles como crisálidas al viento.
EliminarDejarse tentar cuando el sueldo es pequeño y no llega... es hasta humano. Caer en la tentación, cuando no se carece de nada, para tener siete coches y cinco casas, a costa de las penurias de los demás, es delito de los gordos.
ResponderEliminarUn saludo.
El dinero todo lo corrompe, pero hay personas que se resisten a la tentación conscientes de su misión.
EliminarUn abrazo.
¿Y esa foto?
ResponderEliminarEl poema es anterior y la imagen una consecuencia. He preferido seguir con la metáfora del amante sorprendido que no con una cara reconocible metiendo las manos en la caja. Ja, ja, ja, ja...
EliminarBesos.
Tocayo, lo bordas al final, la tentación abre puertas ante nosotros que no sabemos siquiera que existen. Bonito poema-reflexivo. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias, tocayo por tu apreciación.
EliminarUn fuerte abrazo.
La tentación como bien dices está en todas partes pero salir por la escalera de incendios y con... pues no ;) pero es lo que están haciendo muchos políticos.
ResponderEliminarYo centrado en hablar de un asunto de cuernos y nadie traga y se transporta a la actualidad. Lo que pretendía es hablar de algo tan genérico y diario como el poder de la tentación, pero la actualidad manda. Ja, ja, ja, ja...
EliminarBesos.
Hola Francisco. Realmente cuando alguien es tentado, tiene que estar tan necesitado que mete la mano, o pone cuernos. Yo muchas veces pienso, que si por pasar un ratín de placer mandamos toda una vida a la basura, es o porque no estábamos satisfech@s, o porque no calculamos las consecuencias. Lo de robar es otro cantar, porque los políticos que roban es por avaricia, ya que tienen buenos sueldos.Si alguien roba para comer o dar de comer a su prole, esto tiene 100 años de perdón. Pero robar por avaro, y más robar lo que es de todos y pagamos con impuestos y con el sudor de nuestra frente, es un delito deleznable.
ResponderEliminarBuen poema y bella foto.
Saludos y abrazos
Las tentaciones pululan, pero depende de nosotros caer o no caer. Claro que hay algunos que caen en todas, principalmente en las que les llenan los bolsillos.
ResponderEliminarAbrazos.
Divina tentación!
ResponderEliminarMas, Dn. Francisco, a mi ...
(caballero, no lo digáis a nadie)
lo que me pierde es el chocolate.
Mujer soy, al fin y al cabo.
Muchos besos y un abrazo.
Lo pero de todo es que se termina popularizando que es algo común y corriente que cuando uno es tentado termine cayendo. Para cualquiera de los casos, la ética y la moral por encima de todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como dijo aquel presidente del Congreso un día, querido Francisco, "manda huevos". Manda huevos con tu escrito de hoy. Lo bien que retrata la situación de la España actual.
ResponderEliminarDesde Gran Canaria, un saludo para ti, familia, y lectores.
Ángel
Esa es la gran carcoma que tiene el país, es lo que ha provocado el desencanto del pueblo hacia la clase política.
ResponderEliminarBesos