Quiero ser hebilla de tu cinturón,
el broche con el que asirme por siempre
para llevarte abrazada al infinito;
ser las zapatillas que arropen tus pies,
las huellas de tus pasos perfumados
desnudos por la arena de la playa.
Quiero ser el paisaje de tus ojos,
diana obsesiva, luz de tu mirada;
la brisa que acaricie tus cabellos,
la flor de tu cabeza perfumada,
sombra que volatiliza tu cuerpo
como extracto de tu geografía.
Quiero ser la nada frente a tu todo:
tu sombrilla para los días claros,
tu paraguas, en los días de lluvia,
la alfombra sobre la que te descalces
e impregnes sobre mí tu huella pura,
señal sobre mi cuerpo, pertenencia.
¡Preciosa Francisco!
ResponderEliminarSaludos.
Gracias, Marinela, me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarUn beso.
¡Una preciosura ! ¡una joyita !! Hay derroche de ternura . ¡Me ha fascinado ! los dos últimos versos son directamente la plenitud.por supuesto , me lo voy a copiar , para que quede constancia pero en realidad se va derechito a mi corazón , allí se ovilla y queda PARA SIEMPRE. ¡APAPACHOS !!
ResponderEliminarCuando me dices que te lo vas a copiar sé que realmente te ha gustado y eso es para mí una gran satisfacción.
EliminarApapachos.
Un poema así debe hacer sentirse a la destinataria como la mujer más afortunada del mundo. Es precioso, Francisco. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un intencionado requiebro, Isabel, a la mujer de mi vida.
EliminarUn beso.
Tu poema es un grito a la vida, un sentimiento enamorado que escapa en el aire...y asciende al universo...para ser bendecido y volver a ti, devolviéndote el doble de todo lo que nos dás...amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer y tu cercanía, Francisco.
M.Jesús
Gracias por la riqueza de tu comentario, Mª Jesús. No sé si has detectado que está escrito en endecasílabos, pero huyendo de la rima para que resulte más fresco, más actual que recordar a los clásicos.
EliminarUn beso.
Me gustaba el poema hasta que he llegado a la palabra final, "pertenencia" ahí me ha dado un giro todo, no es lo que parecía, la palabra pertenencia trae implícito la idea de propiedad de dueño de posesión y entendiendo que tu poema es de amor y de sentimiento no me encaja lo de propiedad o de pertenencia, en este concepto está basada mucha de la violencia que se ejerce sobre las mujeres.
ResponderEliminarUn abrazo.
PD/ seguro que he tomado el rábano por las hojas.
Jajajaja... no has sido el único Emilio, me ha pasado exactamente igual que a ti y suscribo tu comentario de "pe" a "pa". Estoy segura de que Francisco no se lo toma a mal, de hecho creo que se ha tenido que reír al vernos a los dos con el rábano cogido por las hojas.
EliminarUn abrazo.
Ya que os habéis puesto de acuerdo para el mismo punto de fuga, os comento a ambos a un tiempo, Emelio y Elena. La poesía es un desbordamiento, una hipérbole que no se puede leer literalmente (al menos la que yo intento hacer) sino ver los reflejos de ese juego de espejos que son las metáforas. Si no os ha extrañado que el "yo poético" quiera ser hebilla de su amada, brisa, huella... cómo os puede asombrar que quiera pertenecerle a ella. Lo que he intentado dibujar es un amor desbordado, exagerado, y el amor es siempre posesívo, es entre dos, no se comparte; pero en este caso es el "yo" el que quiere pertenecer a ella, no esclavizar a nadie.
EliminarEn cualquier caso, la poesía no es para traducirla, sino para sugerir y que cada uno interprete aquello que crea conveniente.
Un fuerte abrazo y un beso a Elena.
Pero por qué intentas explicarnos lo que no tiene explicación; sé, y seguro que Emilio también, "de que va la metáfora". Por cierto ¿no te parece de lo más poético una pareja como Emilio y yo juntos con un rábano cada uno asido por las hojas?
EliminarOtro beso para ti.
Y no te lo pierdas, Elena, que José ha cogido otro par de rábanos para hacer el juego con vosotros. Jajaja.
EliminarUn beso.
Es el problema de las palabras, que las carga el diablo.
EliminarSaludos
La diferencia entre un poeta y el que no lo es la marcan ejemplos como el que acabamos de leer. Mientras un poeta dice hermosas palabras como quiero ser "la brisa que acaricie tus cabellos", otros que conocemos dicen cosas como "quiero ser tu támpax", o mejor todavía: "¡Oh, bulto que estás a mi lado en la cama!" De sus "autores" prefiero no comentar nada. Ellos mismos lo dicen ya todo.
ResponderEliminarUn saludo.
Te agradezco, Cayetano, la sutil distancia que pones entre mi y otros que se denominan poetas.
EliminarUn abrazo.
Me has hecho volar...
ResponderEliminarGracias.
De eso se trata, si el poema fuera dirigido a una única persona, se lo habría puesto dobladito bajo la almohada o bajo la taza del desayuno; pero cada lector puede sentirlo como propio, tanto desde el punto de vista de quien lo dice como de la persona que lo recibe o simplemente disfrutar el juego vocálico.
EliminarUn beso
Se parece mucho al amor este poema. No sé si pertenencia casa con amor, pero sé que cuando una está enamorada, siente que el mundo le pertenece.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Sabers que es así, Carmen, el amor es posesivo, excluyente. Para dos enamorados, el mundo se ha parado en ese instante y no existe otra cosa que el ser amado, el resto es paisaje, comparsa o figurantes que no cuentan. Y tiene ese sentido pertenencia un tu-yo donde acaba el mundo. No hablo de sometimiento, sino de sumisión en este caso del amado a la amada, algo que socialmente puede ser incorrecto, pero que en la intimidad es la moneda de cambio, la entrega total, como dice en otro verso anterior que nadie ha comentado: "Quiero ser la nada frente a tu todo".
EliminarUn beso.
Caray Francisco, que preciosidad de querer ser todo para ella y en ella.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos, poeta.
Ese es, Marinel, el tema desarrollado en el poema, querer ser la nada para quien es el todo.
EliminarUn beso.
Precioso poema Francisco, querer ser y serlo por derecho propio, pues nadie se podría negar a tu requerimiento expresado con tal sentimiento y tan bellas palabras.
ResponderEliminarPD. Lo cortés no quita lo valiente. Tomo el hilo de esta divertida polémica sobre la palabra “pertenencia” quizás en este caso se podría decir que, es cuando se tiene la sensación de que hay algo que es tuyo e implica protegerlo o conservarlo. Sin que sea estrictamente tuyo. Jajaajaa Otro rábano cogido por las hojas.
Un abrazo.
Gracias, José, por tu comentario. Repito que lo primero que tenemos que apreciar en este y en cualquier poema amoroso, por lo general, es un desbordamiento; si no es así se dice llanamente en prosa y punto. Como también he comentado la pertenencia no es del "yo" poético, sino al revés, es ese "yo" el que se siente poseído por la amada. Por otra parte, no hay rábano por las hojas en ningún caso, pues cada uno es libre de interpretar aquello que crea oportuno.
EliminarUn abrazo
Francisco eres extraordinariamente amable, gracias por tu aclaración. Mi intención era distender en una simpática polémica sin más consecuencias que por ejemplo la conclusión de Elena, “formando pareja con Emilio con un rábano cada uno”, y yo como añadido con uno en cada mano. La verdad Francisco, que con la ocurrencia de Elena me reído de buena gana.
EliminarUn fuerte abrazo, tolerante amigo.
Gracias, José. Yo también me he reído de lo lindo con su ocurrencia.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, como siempre muy bonito el poema. Quieres tanto, amas tanto que quieres que esa persona se unifique en ti y tú en ella. La quieres feliz que incluso quieres ser la alfombra que pisa porque sus pies te hacen feliz. El amor es así, es fundirse uno en el otro, el orden da igual. Muy bonito que uno quiera tanto que solo piense en hacer feliz a la persona que ama.
ResponderEliminarSaludos y besos
Gracias, Isa. He creído que mientras leías, imaginabas estas palabras en la voz de Antonio.
EliminarUn beso.
Muy inspirada, Francisco. Llena de ternura. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Emma, me alegro que te haya llegado.
EliminarUn abrazo
Una bella dedicatoria a la mujer amada. Se nota. se siente que la quieres a raudales y que ella está feliz y acepta con alegría estos versos que salen primero del corazón y luego de tu pluma.
ResponderEliminarBss
No te falta razón, Katy, pero tampoco te olvides que el poeta no siempre habla de sí mismo, de sus sentimientos, sino que crea.
EliminarUn beso.
«Quiero ser la nada frente a tu todo:» ¿Qué más se puede añadir a estas bellas palabras? Es el amor auténtico.
ResponderEliminarFelicidades por tan bonitos versos. Abrazos de mar
Gracias Ángeles. El amor es así de impulsivo, de absoluto hasta el abajamiento.
Eliminar¡Qué dulces, qué ricos abrazos de mar a los que correspondo con un beso salado!
Quieres ser todo y eso es mucho, tienes alma de enamorado, has volcado en esta poesía todo lo que llevas en ella, felicidades por tan magnifica poesía.
ResponderEliminarBesos, te deseo lo mejor.
Gracias, Demófila, me alegro que te haya gustado.
EliminarUn beso.
Toda una declaración de amor. ¡Qué más se puede pedir?!!
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir disfrutando esa complicidad.
Poema precioso y muy sentido me encanta.
EliminarGracias, María, es eso, una declaración de amor radical.
EliminarUn beso.
Yo yo estoy encantado de que te haya encantado, Marisa.
EliminarUn beso.
No sé si me gustaría ser las zapatillas o los zapatos de mi amado porque seguro que le huelen los pies en verano y el roce de sus uñas magullaría la tela de la que me conformo. Prefiero ser la hebilla de su cinturón o el anillo de su dedo, pegado siempre a él sin comprometerme demasiado.
ResponderEliminarUn beso
Pero estoy seguro que él usaría el tuyo para tomar un poco de cava, Carmen.
EliminarUn beso.
Ternura, amor, pasión, una declaración total de... pertenencia. Bellísima. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Rosa María.
EliminarUn abrazo
Precioso.
ResponderEliminarUn beso
¡Te lo agradezco tanto...!
EliminarUn beso