Río Guadalquivir por Coria, fotografía de Isidoro Jara |
Voy caminando hacia la desembocadura,
donde el cuerpo
—olvidado de fragilidad quebradiza—
se licuará en las aguas
del océano infinito.
Camino con mis pasos más torpes,
con más lentos reflejos
y la piel seca de quebrantos
y sueños incumplidos. También
algunos medianamente satisfechos.
Mi voz ya no es un surtidor claro
y mi mirada es más turbia cada día;
el cabello, el que no he perdido
en el peine, azotado por los vientos,
blanquea hacia el albo absoluto.
En la cara y en mis ásperas manos
echo de menos tus caricias,
como en las cejas tu tijera hábil
recortando las prominencias de los años;
tus manos, menudas frente a mi avaricia,
son las alas de ángel de mis ensueños...
Ya voy de regreso,
caminando hacia la desembocadura,
hacia nuestro encuentro definitivo,
hacia la eternidad de nuevo junto a ti.
Magnífico, Francisco. Triste pero precioso.
ResponderEliminarAbrazo!
Las grandes obras de la literatura son tragedias, Zamarat, no comedias o vodevil. Gracias por tu apreciación y comentario.
EliminarDos besos.
Siempre tus poemas son MAJESTUOSOS y BRILLANTES. Este también lo es.
ResponderEliminarClaro que no eres tú, el poeta de de sonrisa de niño, el españolito lírico. No soy buena comentando , tal vez no sea así. Siempre dices que los poemas no tienen protagonista ni destinataria. Si me equivoco , discúlpame. Si no es así, en estos versos no te reconozcos.
Son tristes. Tú eres todo lo demás, menos triste. ¡APAPACHOS !! :)
Cuando uno piensa o analiza la vida, María del Carme, no todo es sonrisa. Cuando me puse a escribir este poema no sentía ningún tipo de agobio, simplemente pensé en que la desembocadura está cada día más cercana. Cuando las aguas se remansan es porque el río ha dejado su juventud impetuosa y está próximo a dar sus aguas a la infinitud del mar, metáfora del final de la vida.
EliminarApapachos.
Este es el mismo españolito que siempre me dice que tengo mucho por vivir , que sólo Dios sabe cuándo tendremos que partir ? ,,,,¡APAPACHOS ! :)
EliminarComo el agua del río se funde con el mar, así también nosotros tendremos que llegar... al encuentro final.
ResponderEliminarAbrazos.
Así de simple, Rafael, todo acaba y yo acabaré un día hacia el infinito.
EliminarUn abrazo
Hola Francisco. Te cuento: estaremos mi mujer y yo en Matalascañas, Huelva, en un viaje de Imserso. El 3 de mayo (día del regreso) haremos parada y fonda durante cuatro días en Sevilla; nos alojaremos en el Hotel Catalonia Giralda en el que ya estuvimos una vez en un viaje organizado. Sabrás que es muy céntrico pues queda cerquita de la Basílica de la Macarena, de la catedral y Guiralfda. Una cosa que nos gustaría mucho hacer es una paseo por ese Guadalquivir de tu fotografía y de tu poema. Ya te seguiremos dando pistas de nuestros intentos de aprovechar al máximo la visita de 4 noches. Una pregunta: ¿engalanan el Barrio de Santa Cruz de forma especial el 3 de mayo por ser el día de la Cruz?
ResponderEliminarUn abrazo desde Gran Canaria, Ángel. Nos veremos pronto.
¡Hola, Ángel! No porque tengamos nada que ocultar, pero para no poner los dientes largos a los que nos leen, aquí tienes mi correo donde podemos comunicarnos con mayor discreción: fespadav@gmail.com
EliminarUn abrazo
Hola Francisco, me gusta el poema aunque lleva la tristeza del camino final, bueno tristeza para algunos para otros sera lo contrario, pero lo has descrito muy bonito, espero que sigas peinando esas canas por muchísimos años mas y ese camino tardes mucho mas en recorrerlo:)
ResponderEliminarBesos.
Gracias por tus buenos deseos. Soy de los que cree en que nos espera la eternidad, así que no tengo prisas por desembocar, aunque es el final inevitable, ya que será como una paralización del tiempo,
EliminarBesos
Magnífico poema que muestra unos sueños y un deseo "voy" "junto a ti", primera y últimas palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bien leído, Emilio. Gracias.
EliminarUn abrazo.
Muy machadiano- manriqueño y kavafiano te levantas hoy.
ResponderEliminarLo único que debemos pedir a la vida en es que en nuestro viaje el curso sea largo, que no haya corrientes ni desbordamientos y que, aunque bogemos ligeros de equipaje, no olvidemos llevar con nosotros lo principal.
Un saludo.
Cuando nos hacemos mayores no tenemos más remedio que hacernos un poco machadianos y, con suerte, un poco Juan de Mairena. Gracias, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Nuestro camino en la vida ... ¡yendo de regreso¡, me ha conmovido especialmente Francisco, siendo tranquilo el tránsito por la vereda que me llevas... gracias
ResponderEliminarBesos muy cálidos ♥♥
tRamos
Eso pretendo hacer del mío, un camino tranquilo, sencillo, asumido como natural.
EliminarBesos.
Bonito camino de travesía hacia la desembocadura. Tus versos hoy se alimentan de una cierta tristeza o nostalgia pero siguen siendo esos versos que te identifican como poeta y que como miguitas de pan vas sembrando en tu recorrido. ¡Bravo!
ResponderEliminarun abrazo para ti y para todos los tuyos.
El poeta echa de menos a su amada, quien le precedió camino del infinito, y sueña el encuentro. Gracias por tu comentario.
EliminarUn beso.
Me ha llegado de una manera especial lo que has escrito hoy.
ResponderEliminarTe he leído varias veces y conforme iba repitiendo la lectura , me ha ido gustando más.
Me ha hecho imaginarme hablando con mi madre.
La foto : paz y serenidad en mi río.
Mil besos, ni uno más.
El texto poético se presta a múltiples interpretaciones, salvo que sea demasiado explícito. Me alegro que lo hayas acomodado a tu sentir y te agradezco las repetidas lecturas y tu comentario, también los besos en los que trato de empatarte.
EliminarBesos.
Querido amigo: Hoy mis ojos están llorosos, después de haberte leído.
ResponderEliminarQuizás nos una el recuerdo, quizás el transitar hacia ese mismo camino, pero tus letras me llegan, tan hondo... que hoy suspiro contigo.
Abrazos en el corazón.
Kasioles
Preferiría hacer feliz como a mí me hacen tus palabras. Hay días en los que a uno le sale una sonrisa y otros un suspiro. Gracias de corazón por tu comentario.
EliminarUn beso.
Y es que el tiempo pasa, pero nunca pasan los recuerdos, nunca se olvida el amor ni las ganas de seguir recordando y viviendo lo que fue. Un besazo.
ResponderEliminarGracias, Tamara. Por fortuna, no me sucede lo que ha dicho mi voz poética, pero sí es mi forma de prepararme para cuando se acerque la hora.
EliminarUn beso.
Hay que querer mucho a alguien para tan solo en un paseo rememorar su presencia, sus actos y su amor.
ResponderEliminarQue la eternidad tarde mucho y mientras a disfrutar de ese amar intenso y tan bonito.
Besos.
Muchas gracias, Marinel, tus deseos para conmigo me complacen sobremanera.
EliminarUn beso.
Francisco, tus versos nos dejan una senda de humildad y reflexión, que conducen al vuelo del espíritu, que quiere rozar la eternidad...Aunque ciertamente triste, muy humano y poético, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo inmenso por tu buen hacer.
M.Jesús
Ya me conoces, Mª Jesús por mis escritos, y sabes que siempre intento ser reflexivo. No quiero decir cualquier cosa, sino aquellas que me inquietan o bien esas otras en las que tengo mucha certeza.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, bueno, pero aun quedan algunos años de ese caminar hacia la desembocadura. A disfrutar al máximo mientras estemos aquí.
ResponderEliminarTriste pero bello el poema. La imagen muy bonita también.
Saludos y besos
Uno nunca sabe, pero no es mal ejercicio prepararse para lo que llegará inevitablemente.
EliminarUn beso.
Hola mi buen amigo Francisco.
ResponderEliminarTriste, inevitable y hermoso, tu manera de describirnos que el momento sopla con brisa fresca, y el desenlace va llegando a nuestro tiempo.
Un abrazo.
Ambar
Con un poco de fe, el desenlace es menos traumático y esperanzador.
EliminarUn beso