Donde
está tu tesoro, allí está tu corazón.
(Mt 6, 21)
En
el crepúsculo de la vida,
era
un recipiente de sangre,
grasa
y huesos;
un
desajuste orgánico y decrépito,
un
nudo correoso
de
ambición insatisfecha
que
se perdió el estallido silencioso
de
la flores al amanecer,
la
música constante del mar
o
el aroma de la dama de noche
─como
ráfaga ciega─
cuando
las sombras pesan más que la luz
y
los sentidos se vuelven perezosos
buscando
el descanso.
Nunca
apreció la danza
de
la amapola en el trigal,
sin
evaluar la cosecha;
amasó
panes con sémola de dinero:
a unos
les creció el moho de la devaluación
y
otros los colocó de forma preferente
─con
artes de ilusionista─
y
se fueron por el desagüe de la codicia.
Alcanzó
cierto poder, mas no prestigio;
le
molestaban los juegos, el ocio,
el
griterío jubiloso de mis nietos,
la
asechanza de sus hijos
y
el gesto de victoria de yernos y nueras.
Parecía
oler a catafalco;
ya
no había tiempo para corregir,
le
faltaban las fuerzas
y su
corazón sonaba a calderilla.
Era tan pobre que sólo tenía dinero.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Sigo dando gracias por recibir tus pensamietos.
ResponderEliminarNo hay riqueza mejor que la felicidad de la menta en la madrugada, aroma celestial, los ricos no saben de ello, no pueden alcanzarla por sí mismos, esperan que se la corten.
ResponderEliminarAbrazos, Francisco
Cuando las personas entenderán que nada material nos podemos llevar al morir?...cuando aprenderán a disfrutar de las cosas sencillas de la vida...de las sonrisas que los niños nos regalan por regalar...sin dobles intenciones...La verdad, no hay nada mas placentero que llegar al ocaso sabiendo que nada debes..que nada dejas...que has amado...que has pedido perdón..que has germinado semillas que seguirán tu labor...esa es la mejor fortuna que podemos dejar y mucho mas valiosa que cualquier oro...
ResponderEliminarAsomadita sigo a tu balcón a leerte...besosss feliz fin de semana
Imagino que según desmenuzabas la vida de este personaje, habrás sentido mucha tristeza y vacío, Francisco...Es una pena que el corazón suene a calderilla...caduca y fría...Su espíritu estará limitado y mustio...Se ha perdido el sentimiento y la belleza de la vida y eso no tiene justificación...Duele escribir algo así...¿verdad?
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo de luz, Francisco.
M.Jesús
Me dan mucha pena aquellos que solo piensan en amarrocar cosas materiales.¿Para qué sirven finalmente ? "la mortaja no tiene bolsillos"
ResponderEliminarYo. personalmente pienso que cuando nos ponemos grandes la única preocupación es alimentar el espíritu. Debiera ser, por lo menos.así.
Apapachos.
Es lo que tiene la avaricia...deja fuera de juego los sentimientos, los aniquila en el exilio mientras el ansia devora hasta el raciocinio...
ResponderEliminarQué triste,¿no?
Pues hay mucha más gente así de lo que pudiera parecernos.
Besos, Francisco.
¡Qué triste vida!, eso no es vivir.
ResponderEliminarQué gracias tenemos que dar de no ser así, porque así se nace.
Un besito.
Has pintado una vida desperdiciada, como la de muchos, ciegos a lo más maravilloso de la existencia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Francisco.
HD
Un gran abrazo Francisco y gracias por pasarte por mi blog en estos momentos de tristeza por la pérdida de mi amiga Raquel.
ResponderEliminarEl dinero, un poderoso caballero. Buena semana, Francisco.
ResponderEliminarUn poema muy duro y crítico para con el tener. Vivir solo para "Tener" es olvidarse del sentido de la vida, de disfrutar en ser. Bss
ResponderEliminarEl tesoro más valioso es el que huye de los valores materiales. Cada uno debemos buscar el nuestro y disfrutarlo.
ResponderEliminarUn saludo