Dios
no hace acepción de personas, sino que en cualquier
nación
el que practica la justicia le es grato.
(Hch 10, 35)
Tal vez la cercanía nos
conmueva
sin medir el valor de cada
vida;
la sensatez a todos nos
convida
a sufrir cada muerte como
nueva.
Si en París una muerte es
indecente,
¿qué difiere de una matanza iraquí?;
¿acaso no es muerte la de un
iraní,
palestino, o yemení
mismamente?
No hay muertos de segunda o
de primera,
igual vale la vida de un
sudanés,
de un congoleño o de un
nigeriano.
Si matar es segar la
primavera,
igual pesa un afgano que un
francés,
un israelí, un sirio o un
liberiano.
Eso mismo pienso yo, sin disminuir ni un ápice mi trsteza y mi indignación.
ResponderEliminar¡Bravo, MAESTRO!
Cuando pienso en la Paz, no estoy acordándome exclusivamente de los terroristas, sino también de los bombardeos y las declaraciones de guerra. Muchas gracias, Tracy.
EliminarBesos.
Tienes toda la razón. Un abrazo!
ResponderEliminarTe lo agradezco, Zamarat.
EliminarBesos.
Un gran abrazo.
ResponderEliminarIgualmente, Sara, un abrazo abrigadito.
EliminarBesos.
Más claro,el agua.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Cayetano. Creo que era conveniente recordar que el valor de la vida es idéntica para todas las personas.
EliminarUn abrazo.
Es un poema crudo el tuyo, como un bofetón poético, pero necesario para que espavilemos, porque es tannn cierto que no se valoran igual las pérdidas...
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Marinel, por tu comentario y valoración.
EliminarBesos.
He leído en un blog: esta cita que se la colocan a Gandhi, dice " OJO POR OJO Y TODOS CIEGOS".
ResponderEliminarPor el camino que vamos, así vamos a quedar, ciegos o todos muertos.
Un abrazo.
No es fácil acabar con la población mundial, pero si las fábricas de armamentos siguen fabricando, debe ser que tienen clientes que consumen. Nos hemos enquistado en un problema grave.
EliminarUn abrazo.
Espabilemos con b!
ResponderEliminarPerdónnnn
:)
Puedes corregirlo si te apetece: elimina el comentario y vuelve a escribirlo. O sea, lo copias, lo borras y luego lo pegas y corriges. Pero no pasa nada.
EliminarBesos.
Cierto es lo que dices, pero no menos cierto que la percepción que tienen los unos y los otros de la vida y la muerte no es la misma. Y la diferencia se explica bastante bien en el hecho de que mientras Jesucristo murió por todos nosotros, "ellos" están dispuestos a morir por Alá.
ResponderEliminarPor supuesto que para mí una vida, resida donde resida, tiene el mismo valor.
Un abrazo Fco.
Dices bien, Elena. Si para unos la meta es el Paraíso y le prometen que con estos actos de oblación lo alcanzan, ¡qué mayor motivación! Gracias por estar aquí.
EliminarBesos.
Llevas toda la razón, pero sabemos que en la realidad no es así, desgraciadamente.
ResponderEliminarUn abrazo
Comprendo la vecindad como mayor conmoción, pero las vidas todas deberían valer iguales.
EliminarUn abrazo.
Tengo bien claro que las vidas son iguales acá, allá y donde sea.Tienen el mismo valor.
ResponderEliminarLo que sí pienso es que si vamos al "ojo por ojo y diente por diente" este horror no va a terminar nunca .BASTAAAAAA ! Terminen con esta carnicería !con esta crueldad sin límites.
Mi oración para las víctimas sean de la nacionalidad que sean.. Consuelo a sus familiares.
Apapachos.
El ojo por ojo está largamente superado. Algunos aducen a que los terroristas no van a dejar de atentar, pero eso no quiere decir que todos los musulmanes sean iguales y, desde luego, no vamos a serlo nosotros.
EliminarApapachos.
Necesitamos líderes con valores humanos, deseosos de dialogar y entenderse...Así no se soluciona nada, al contrario, vamos camino de la destrucción...Si ellos son la barbarie, nosotros somos la civilización y está en nuestras manos el deber de imponer el respeto y la dignidad con la palabra y la comprensión...Hoy día hay muchos medios para la comunicación y el entendimiento...Lo último deben ser las armas...Está claro que aún domina el egoísmo y el materialismo, ahí está el mal, el verdadero mal...
ResponderEliminarMi abrazo de luz y mi ánimo, Francisco.
M.Jesús
Me satisface mucho tu opinión, María Jesús. Yo también le deseo a los terroristas que sean alumbrados por la Luz y ésta no es vengativa, sino misericordiosa. Comprendo que los gobernantes tendrán que hacer lo que les toque hacer, pero mi misión no es la misma.
EliminarBesos.
Cuando la semilla del mar germina en el corazón del hombre, es capaz de realizar tremendas barbarie.
ResponderEliminarBesos
Los acontecimientos vienen a envalentonar a los bárbaros y a colmarles de razón. Esto que nos pasa hoy no ha nacido por generación espontánea, sino que viendo siendo larvada desde antiguo.
EliminarBesos.
Buenas noches Francisco. Tras ver el telediario de esta noche, he abandonado mis tradicionales quehaceres de los lunes y con tu permiso, he enlazado tu poema para que sea referenciado mañana en mi blog. Gracias por tus palabras, que comparto.
ResponderEliminarTe quedo muy agradecido por tu gesto, Laura, a la par que sorprendido.
EliminarBesos.
Perdona me equivoque:-(
ResponderEliminarEl don de la vida debería ser sagrado en todos los ámbitos, en todas las culturas, razas y colores y mayoritariamente estamos de acuerdo. Cada vez que se golpea a un ser humano, algo muere dentro de nosotros, aunque momentáneamente no nos demos cuenta.
Tenemos un solo hogar que se desangra y se destruye por nuestras acciones y sinrazón.
Un bello poema que recoge el sentir de la mayoría. Bss
Gracias, Katy. Por distantes que nos sintamos unos de otros, no hay dudas de que todas las personas tenemos un mismo origen y un mismo destino: deberíamos compartir muchas más cosas de las que hacemos y tratar de hacernos la vida más agradable en lugar de agredirla.
EliminarBesos.
Hola Francisco. Desgraciadamente, no es lo mismo la vida (y la muerte) de unos y de otros. Ya lo decía la canción: "...tanto tienes, tanto vales; conviene más un marqués que tenga caudales..."
ResponderEliminarUn abrazo desde Gran Canaria. Estos días con mucha 'caló'.
Ángel.
Cuando media el dinero, todo se descompone, amigo Ángel. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Me quito el sombrero ante estos versos que con tanta lucidez muestran el camino de concordia.
ResponderEliminarMuchas gracias, Isabel, ya sabes que el burro flautista hizo sonar la flauta.
EliminarUn fuerte abrazo.