A Raquel, quien conoce mis dolencias y sus remedios.
Ella es una cascada,
una catarata que asoma
al brocal de la sonrisa
y se desgaja
hasta inundarlo todo de jovialidad.
Ella es cielo claro,
principio activo
que modula y contagia alegría
en un mundo abonado a la tristeza,
floración primaveral
y fragancia que trasmina;
ella es fiesta para los corazones planchados
por el peso de la cotidianidad,
por la cerviz humillada
por el dolor y la enfermedad.
Ella es una fiesta en días laborables,
el acento jocoso y dulzón
con el que acariciar el alma,
la vitalidad que se parte y reparte
donando felicidad.
Ella es Raquel, mi Raquel.
¡Como se agradece el buen hacer de esas samaritanas que nos vamos encontrando por los caminos de la vida!
ResponderEliminarAlgunos no lo saben y quedan en el anonimato, otras, como tu Raquel ha tenido la recompensa de tu agradecimiento y de tus bellos versos. La felicito a ella y a ti.
Cuesta tan poco trabajo ser amable y agradecido, por eso os felicito a ambos y os mando un abrazo.
Ciertamente una gran sonrisa por la mañana temprano es el mejor medicamento para soportar los dolores propios de la edad, si esa sonrisa tiene una cara y un cuerpo que está cerca de uno, miel sobre hojuelas.
ResponderEliminarUn abrazo¡¡
Es una suerte contar con personas cuya relación contigo es escucharte y hacerte bien.
ResponderEliminarComo se dice coloquialmente: hay que tener amigos hasta en el infierno.
Un saludo, Paco.
Hola Francisco. Me alegro que Raquel llegue a tu alma y la acune con sus palabras de aliento y su sonrisa. Los medicamentos ayudan a paliar el dolor, pero una sonrisa y las palabras llenas de buenas intenciones, ayudan a calmar el dolor del alma.
ResponderEliminarBello homenaje a tu farmacéutica llamada Raquel.
Saludos y abrazos
Como Raquel hacen faltamuchas , son esa clase de personas que con su buen hacer, su sonrisa, el saber escuchar hacen que te encuentres mejor y hasta incluso calme tus dolores de cuerpo y alma...
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Un abrazo grande para Raquel!!!
ResponderEliminarDe esas fiestas poco se ven.
Bello reconocimiento.
Contar con una persona cómo la que nos describes a tu lado es tan beneficioso como el mejor medicamente, ella aporta esa energía positiva que siempre necesitamos para abastecer el motor de nuestro cuerpo y de nuestra alma.
ResponderEliminarBesos
Qué maravilloso agradecimiento a Raquel , que debe ser un trocito de cielo .Decile que desde Corrientes Argentina va un montonazo de besos para ella.
ResponderEliminar¡me encantó !
Apapachos.
Mi felicitación para ese ángel, que no sólo sabe cuidar el cuerpo, también el alma...Afortunadamente siempre tenemos cerca esas personas, que nos recorfortan e impulsan,Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo de luz y feliz día.
M.Jesús
Enhorabuena , Francisco, por haber encontrado esa Raquel. Un abrazo
ResponderEliminarEn esta ocasión no voy a responder uno por uno a cada comentario. Al tratarse de algo tan personal, caería en la redundancia diciendo una y otra vez lo mismo. Raquel no es la farmaceútica, sino una dependienta maravillosa. Es verdad que Marta, la dueña de la oficina de farmacia, también lo es. Ambas me acogen maravillosamente y suelo visitarlas con frecuencia, aunque no necesite ningún medicamento. El otro día entré, cuando iba a consulta médica y me dijo Raquel: "escríbeme un poema" y le escribí este poema por whatsapp desde la sala de espera del médico.
ResponderEliminarLa vida es mucho más fácil de lo que la hacemos. Si todos pusiéramos nuestras mejores habilidades para hacer la vida agradable al otro, habitaríamos un paraíso. Eso es precisamente la farmacia que está cerca de casa, un paraíso. Ambas, Marta y Raquel, se conocen a la clientela por su nombre de pila y así saludan a cada persona que entra, con una sonrisa y una cordialidad fuera de lo común, a la que uno no tiene más remedio que corresponder. La vida puede ser un valle de lágrimas, pero también puede ser un paraíso si uno trata de imitar el vuelo de los ángeles como lo hacen ellas.
Felicidades a RAquel, y a vos por tener la dicha de estar a su lado.
ResponderEliminarAbrazos
FELICIDADES A TI Y A RAQUEL TU MUSA. AS HECHO CON TU POEMA UN HOMENAGE A SU PERSONA
ResponderEliminaruN BESO.
Que bueno es tener gente así en los lugares que solemos visitar para proveernos, vaya que sí. Dan alegría y buenos sentimientos, cosas éstas gratis y de las que más llenan.
ResponderEliminarYo fui encargada de en una tienda y he de decir, jajajaja, que tenía un selecto grupo de clientela que preferían que les atendiera yo y nadie más. Lo pasábamos bomba charlando de todo mientras eran atendid@s.
Aunque me sabía mal por el resto de dependientes, claro, peeeero...
En fin, me has hecho recordar esa etapa de mi vida.
Besos.