“Su
resplandor era como el de una piedra muy preciosa,
como
jaspe cristalino.”
(Ap 21, 11)
No es la luz;
ciertamente, ella no es la luz,
pero es virtuosismo de la
luz,
es magia, es hechizo,
es éxtasis su mirada
iluminada.
Posiblemente no sepa
que todas las personas somos
criaturas de un mismo origen,
de un germen único
que se llama Amor
y no entiende de etnias,
colores o razas.
Su piel es de chocolate con
leche,
sus guedejas ensortijadas
como cascada de agua pura
que canturrea la mañana
con la jovialidad de la
brisa;
su cara un óvalo perfecto
con un mismo principio y fin
que se enrosca en los
basamentos
que dibujan lo exacto.
Su boca es silencio a punto
de quebrarse,
una jaculatoria inmaculada
de bendición sin proferir;
sus ojos, dos azabaches
sobre el piélago despejado
de su horizonte confiado;
en el labio superior, una mácula
pequeñísima, un acento
diacrítico,
un jaspe desgajado de la
perfección.
Su resplandor es de piedra
preciosa,
como un jaspe cristalino.
¡Vaya tela, lo bonito que te ha quedado!
ResponderEliminarNo cabe duda que estás mejor, se nota en tus palabras. Me alegro.
Y gracias por enseñarme una palabra nueva (guedejas) que tiene mérito a estas horas de la noche.
Un beso y buenas noches.
En una fuente pública, todos apagamos la sed y aprendemos unos de otros. Gracias, generosa Tracy.
EliminarBesos.
Precioso poema con el que dejas que nos ilumine esa belleza de ónice tan especial que debiéramos valorar en toda su inmensidad.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos.
Hace tiempo que guardaba esta imagen, con el fin de iluminarla un día. Vivimos tiempos de rechazo al distinto y creo que hay que oponer alguna resistencia. Gracias, Marinel.
EliminarBesos.
De lujo tu entrada! Un placer haberte leido. Gracias por compartir. Buen dia!
ResponderEliminarOjalá no sea la última, Jackie. La inspiración viene de la necesidad de alimentar a los lectores: somos cómplices.
EliminarBesos.
Antídoto contra el racismo y la xenofobia.
ResponderEliminarUn saludo.
Así es, Cayetano, ¡contra el racismo y la xenofobia!
EliminarUn abrazo.
Mi felicitación por tu preciosa descripción de esa cara humana y divina...En su esencia late el misterio, la magia y el hechizo del Creador, sin duda alguna.
ResponderEliminarMi abrazo de luz y feliz domingo, Francisco.
M.Jesús
Humana y divina, María Jesús, como tú misma, como yo a pesar mío, como todos.
EliminarBesos.
Una divinura ! Le cantas a una niña que es como cualquier otra niña. La luz habita en ella.
ResponderEliminarla inocencia, la alegría, la generosidad ...
Bello poema.Bella niña.
Apapachos.
Me regalas la divinura de tu comentario y tu presencia firme con la generosidad que te caracteriza.
EliminarApapachos.
Aquí decimos que negro es el color que manda...el que tiene el mejor ritmo...el que tiene mas chispa..y es que ese color en la piel donde quiera que va marca pauta...lo has descrito a la perfección....besos
ResponderEliminarNo quiero preponderancias, sino todos uno. Gracias por tu comentario, Mirella.
EliminarBesos.
Resplandor que no ciega, acaricia
ResponderEliminarGracias, Alicia, por la caricia de tus palabras.
EliminarUn beso.
Es preciosa la descripción que haces de la belleza de esta joven. En este hermoso poema.
ResponderEliminarHa sido todo un placer leerte.
Un beso.
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Muchísimas gracias, Josefa. Gustarte significa estar de acuerdo conmigo, no querer que una persona sea inferior a otra.
EliminarBesos.
Cada uno de tus versos concuerdan perfectamente con la imagen que has incertado, ella parece ser la nusa perfecta de esta hermosa composición.
ResponderEliminarBesos
Te cuento en secreto cómo he compuesto los versos: he partido de la cita bíblica y me he apoyado en la imagen para ir deshilachando las no diferencias entre una persona y otra.
EliminarBesos.
Hermoso poema, digno de tan bella joven. siempre encuentras palabras para cada momento.Besos
ResponderEliminarEsa es la tarea del que juega a poeta. la comparo con el maestro albañil que, adoquinando la calle va seleccionando en cada momento la piedra adecuada a cada espacio. Muchas gracias, Katiuska.
EliminarBesos.
Un único germen llamado Amor... bel
ResponderEliminarEl Amor es el envoltorio de las relaciones humanas.
EliminarBesos.
Un retrato casi perfecto, la belleza y el amor no tienen color.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael, por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Unos versos que van acorde con el retrato. Primordial que "Posiblemente no sepa que todas las personas somos criaturas de un mismo origen". Cierto, todos somos iguales aunque el color sea distinto. todos sufrimos, lloramos, reímos, amamos, besamos. Corre sangre del mismo color por nuestras venas. Muy hermoso el poema, claro que la joven también lo es.
ResponderEliminarSaludos y besos
Muchas gracias, Isa, por tu comentario y tu amistad.
EliminarBesos.