Nadie me esperaba;
llegué solo para estar solo
y sólo estuve solo,
como el murmullo de un
extravío.
Lo hice con pasos mullidos
sobre la alfombra otoñal;
tras de mí, un eco, una
música crujiente
que silabeaba cada uno de
mis pasos
con la inquietud de estar disipado
como silueta en mañana de
niebla,
como lo están tantos descartados
que han o hemos sacado
por la puerta falsa de la
sociedad
hacia su propio invierno infernal.
Ellos viven instalados en un
otoño
de marginalidad periférica
con musicalidad de epílogo
vital,
un camino, una vereda sin
retorno
que desgarra los entorchados
de las hombreras de la
dignidad.
Nadie me esperaba;
llegué solo para estar solo
y no estuve solo: me
acompañaba
un ejército de
hombres-escombros
molturados, maltratados y maltrechos.
Si no es porque dices que querías estar solo, me hubiera acercado para charlar contigo un rato de lo divino y de lo humano.
ResponderEliminarBesos
Estamos todos faltos de compañía, pero muy especialmente los apestados de la sociedad, los que van quedando a la orilla del camino.
EliminarUn beso
Muy hermoso poema!
ResponderEliminarGracias, Noris, por tu valoración; pero no quiero quedarme en la belleza, sino ahondar en la conciencia de que son muchos los que están fuera de las lindes de la sociedad.
EliminarUn beso.
Porque siempre estamos solos y porque a la vez nunca lo estamos. Y cuando estamos invisibles, somos vistos por los invisibles.
ResponderEliminarUn abrazo muy grande.
Hay un matiz muy serio entre estar solo y ser solo. Los marginados están solos porque lo son, porque han sido expulsados de la sociedad. Cuando me aislo, estoy solo, pero sé bien que no lo soy, sino voluntariamente por un trecho.
EliminarUn beso.
Es lo que hay, hombres rotos y maltrechos y sin ánimo de revelarse.
ResponderEliminarSaludos
Muchos piensan que estamos remontando la crisis, la única crisis, pero crisis son la continuidad de la economía en sus procesos cíclicos. En esta se han extraviado muchas personas, pero las estadísticas confirman que de cada tres excluidos sociales, dos ya lo eran antes de esta última crisis. En cada una de ellas, de ese movimiento ciclico de la economía, son muchos los que pierden todo y se quedan al margen del camino, mientras algunos se enriquecen de ese mismo movimiento.
EliminarUn abrazo.
Tiempo de escombros y de restos de naufragio que anuncia el invierno que llegará irremediablemente.
ResponderEliminarHablando de llegar, yo acabo de venir de una escapada de esas. Un pequeño viaje de tres días hecho antes de que llegue el frío con sus rigores.
Un saludo.
Das en la diana. Este tema del otoño conecta con ese símil de proximidad con el fin.
EliminarFelices escapadas y un abrazo.
La realidad que pintas en tus versos es muy cruda y dolorosa. pero es lo que hay. Quiero entender eso de estar solo no estándolo. No necesito ahondar mucho. La verdad, muchos estamos solos. Y si hilamos un poquito más fino , los dos momentos más importante se transitan en absoluta soledad: nacer y morir.
ResponderEliminarApapachos.
En los momentos que escribo esta respuesta llueve intensamente en Sevilla. Yo estoy despierto desde muy de madrugada, pero gozo de todo el confor y mi mujer, por suerte, duerme a mi lado. No estoy solo, no soy solo. A unos metros de mi casa, un puñado cada vez mayor de personas con nombres y apellidos están a la intemperie. No puedo dejar de pensar en los expulsados del sistema.
EliminarApapachos.
Francisco, tu poema me ha emocionado...Es todo un grito, un homenaje a la soledad y el abandono de tantos hombres y mujeres, que recorren nuestras calles, como seres anónimos, tristes y casi invisibles...Tu grito se alza como una llama, donde tu mismo "te ofreces" a esa soledad y abandono, que te unifica a ellos, tratando, de alguna manera, de acompañarles y de compensarles...Te haces uno de ellos y tus letras tiritan de "invierno infernal"...Y mientras caminas sabiéndote sólo y frustrado...te das cuenta de que "ellos también están contigo..."te acompañan en la misma lucha de justicia social y dignidad humana...Mi felicitación y mi abrazo grande por la profundidad y el sentimiento, que nos dejas...y que ascenderá al cielo, no te quepa duda, Francisco.
ResponderEliminarM.Jesús
Me admira la profundidad de tu lectura, María Jesús. Sacas el zumo a cada verso, a cada palabra. No puedo añadir nada que no sea mi admiración recíproca y mi infinito agradecimiento.
EliminarBesos.
Querido Francisco: Tus poemas siempre invitan a la reflexión. Gracias por tu compañia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Josefa, unir palabras debe tener una finalidad un poco más allá de lo estético.
EliminarBesos.
La soledad es nuestra eterna compañera. Un abrazo
ResponderEliminarCierto, pero hay muy diversas calidades: no es lo mismo la soledad buscada, la de quien se queda solo o quien es expulsado de la sociedad.
EliminarUn abrazo.
Discúlpame Francisco. No te entendí. Estaba muy angustiada , no tenía la claridad mental necesaria para comentarte. Besos.
ResponderEliminarNo hay nada que disculpar, María del Carmen. Un poema es algo abierto, interpretativo; por tanto, también depende de nuestro estado de ánimo en el momento de leerlo. Para el autor, todas las lecturas e interpretaciones son válidas.
EliminarApapachos.
Muchas gracias. Hay veces que estamos junto a un cálido fuego y sin embargo podemos sentir el intenso frío de la calle. Besicos.
ResponderEliminarEs importante que nos acordemos que, mientras nos calentamos junto a un cálido fuego, hay gente que padece el intenso frío de la calle.
EliminarUn beso.
Soy de la opinión de que la soledad, crea adicción y al final quien la trata, o quien a su lado camina, terminan sin quererlo de manera obsesiva siendo solitarias, y compañeras de la soledad. Que es: como la penumbra del Sol, siendo su luminosidad el reflejo de la ira en un rejón de Eros. Osea, que terminamos siendo amigas y amigos del Sol , estando en soledad. Así que cuanto menos miente y ande con la Sole, el Tánatos encubierto de la muerte en vida, peor, o, terminará moreno y quemado.
ResponderEliminarDos saludos para no dejarlo en solitario.
Una amistad con el sol que está en vecindad con Tánatos, pues la calle como destino acaba con la dignidad de la persona. Me ha gustado el juego mitológico, pero estas personas necesitas algún que otro abrazo y un gran apoyo psiquiátrico.
EliminarBesos.
Debe ser el otoño el que nos induce en torno al tema de la soledad. Acabo de venir de otra página y de otro blog, que trata lo mismo, aunque con diferentes matices y enfoques.
ResponderEliminarLa foto y tus versos son hermosos, como siempre, aunque el contenido deja un poso de tristeza por la dura verdad que encierran.
Quizás tengamos que mirar más en nuestro entorno para sembrar sonrisas, miradas y palabras, que acaricien el rostro, y sobre todo el alma, de los maltrechos y maltratados que se sientan en los bancos de los jardines, ante la indiferencia de los pasan.sin mirarlos.
Un afectuoso abrazo.
Esa ha sido mi intención al escribir de este tema, que en lugar de mirarnos en ombligo nos percatemos de los sufrimientos ajenos que nos rodean.
EliminarUn abrazo muy cariñoso.
Los parados, los desahuciados, los timados por las preferentes, los jubilados por presiones, las víctimas de los recortes son legión en estos tiempos oscuros, más que otoñales, invernales. Y aunque sean muchos no por ello son menos infelices. Porque mal de muchos...
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Carmen. Muchas de las personas que mencionas, pero con nombres y apellidos, acaban en la exclusión social. Es tremendo lo que está pasando.
EliminarUn beso.
Poema de lectura profunda, sincera y sobre todo reivindicativa social... Son tiempos duros, demasiados... un otoño donde todo tiene un halo demasiado a HASTÍO.
ResponderEliminarAbrazos compañero de letras.
Gracias, Ángeles, por el tino de tus palabras. Tenemos que denunciar todo lo canallesco que hay a nuestro alrededor, personal que han perdido la condición de personas y se sienten piltrafas humanas.
EliminarUn fuerte abrazo, poeta.
Besos.
Hola Francisco, un poema triste para quien no habiendo querido esa soledad, se ve cargando con ella porque la sociedad así lo ha decidido. No es lo mismo estar sólo momentáneamente mientras estamos confortables, que estar solo y desposeídos de lo esencial para vivir dignamente. Un poema muy duro que se recrudece con estos días de frío.
ResponderEliminarSaludos y abrazos
Hay personas que no se sienten solas, sino abandonadas por el sistema, y el dolor que eso causa es impresionante.
EliminarBesos.
Perdón se me olvido decir que la imagen a pesar de la desolación, se ve hermosa por el colorido que tiene.
ResponderEliminarLa imagen es sólo un complemento al sufrimiento de esas personas, su lugar de refugio.
EliminarBesos.
Este poemadenunciasocial, te ha quedado redondo, amigo Paco!
ResponderEliminarPara qué añadir más, ya tú lo has dicho bien claro.
Vivimos en una vergüenza de mundo.
Me prodigo poco por estos lares, no por mi propia voluntad, ya lo sabes, y ahora encima he sucumbido a los virus otoñales...!
Espero que tus cosas vayan caminando, aunque sea despacito, con buen pie, o sea, que como se dice: "Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy..."
Besos y abrazos a tutiplé!
;)
Gracias, Edurne, tu opinión me importa mucho y me agrada más. Estoy, Edurne, estoy y eso es suficiente.
EliminarBesos.
Bueno al leerte compartimos un trozito de tu alma.
ResponderEliminarEn el compartir está el enriquecimiento.
EliminarBesos.