Ya apuntaba el sol
cuando llegué a la calle,
pero la luz era un cendal,
una mantilla de borra
que pretendía retrasar
las manecillas del reloj
como con gafas ahumadas
sin lograr otro efecto que
un aire viscoso y húmedo
con densidad gelatinosa.
Ya al borde del lago,
por entre las ramas
encendidas
de un bermejo robellón,
un destello solar, un haz
como el resplandor de un
flash
que quisiera perpetuar el
instante.
Una vez más, el otoño,
con su trémulo caminar
templaba el diapasón de la
mañana
con desperezos bosquejados
remoloneando sobre la
almohada
de un nuevo amanecer
sobre el espejo ciego del
agua.
"...templaba el diapasón de la mañana..." qué metáfora más bonita, me gusta. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Felipe, por destacar los aciertos del burro flautista.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué precioso poema ! colmado de metáforas.
ResponderEliminar" Una vez más el otoño
con su trémulo caminar
templaba el diapasón de la mañana " un gozo leerte.
Apapachos.
Gracias, María del Carmen, gracias por ese gozo del que hablas y que tú me haces sentir con tus palabras.
EliminarApapachos.
...Y mientras el otoño "templa el diapason de la mañana"...Ese destello solar perpetua el instante en que la luz toca el agua de la vida y ésta le devuelve su reflejo...Y mientras leemos tu poema nos damos cuenta, que somos cuerpo otoñal, que remolonea sobre la almohada...Pero, también alma, que capta con precisión asombrosa ese milagro de la luz, que nos enciende cada día...Mi felicitación y mi abrazo grande, Francisco.
ResponderEliminarM.Jesús
Has hacho una preciosa postal, María Jesus. Gracias por subrayar siempre mis palabras.
EliminarUn beso.
Bonito es el otoño, con esas tonalidades... Hasta que llega el viento y el frío y lo joroba todo. Habría que pasar directamente a la primavera.
ResponderEliminarUn saludo.
No tengo más remedio que estar de acuerdo contigo, Cayetano, así me sale del tuétano de mis huesos que tanto recelan del frío.
EliminarUn abrazo
La última frase , en el último verso me ha encantado, bella imagen poética llena de luz.
ResponderEliminarGracias, Amapola Azzul, colmas mi vanidad con tus palabras.
EliminarBesos.
Versos que se leen en sonidos, sonidos de la mañana donde el diapasón despierta al Otoño para eclipsar el sol. Gracias por tus poemas Francisco. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por leer y comentar, Pepe.
EliminarUn abrazo.
Eso es lo que tiene el otoño, esa magia capaz de modificar un instante nebuloso y hacerlo puro vértigo que querer atrapar para siempre.
ResponderEliminarMás besos.
Gracias, Marinel por el tino de tus palabras.
EliminarUn beso.