Transcurre irrefrenable y
libre por
las atarjeas moras.
INMACULADA NOGUERAS MONTIEL
Como
destilada de las ubres de Sierra Nevada,
por
Gomérez serpentean acequias de agua
con
la musicalidad
de
una salmodia que se despereza
desde
el jardín del alarife
invitando
a oración.
Por
entre el follaje, filtro de hojas y ramas,
es
el canalizador de los dorados rayos del amanecer,
al
tiempo que se yergue el camino
se
hacen más sonoros los gorjeos
que
saludan al caminante.
A
los pies de tanta belleza, serena aguarda
una
ciudad despierta
que
sueña en cármenes y se arrebuja
por
un intrincado de callejas junto al Darro.
Silva
el viento en los álamos
con
el rigor rítmico del metal de una orquesta;
el
fagot subraya y el requinto acentúa
al
aproximarnos al ascua de luz, al final del camino.
El embrujo de Granada. A nadie deja indiferente.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Lo hago en pago a mi amiga Inmaculada Nogueras que se ha molestado en enviarme esta antología de ocho autores andaluces, de cada una de las provincias, donde ella participa en representación de Granada.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Ah, Granada, su embrujo y acompañándolos Inmaculada. Un abrazo a los dos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Chelo. Sin dudas te reconoces en el paisaje granadino.
EliminarUn abrazo.