Si la música tuviera nombre
de mujer
se llamaría María Márquez
Torres,
hablaría todas las lenguas,
todos los giros y todos los
dialectos
y pondría los vellos de
punta en todos los idioma
y con cada una de las notas
musicales.
Cuartearía los silencios en
rayos luminosos
como dinámicas escalas
de refracción imposible.
La música, como vaharada helicoidal
elevándose por la estancia
con cada arpegio
y haciéndose humo
transparente por las cornisas.
Entre las teclas del piano, nexos
de escalas imposibles
que dan vida a Chopin o
Granados,
como púas dúctiles que
acarician al percutir,
llenando las oquedades del
silencio
con secuencias sonoras y
aromáticas caricias.
Si la música tuviera nombre
de mujer
se llamaría María Márquez
Torres.
Como la mujer ideal, la música es evanescente.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano, por tan bello comentario.
EliminarUn abrazo.
Hacía días que no te leía, me alegro de volver a verte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, Emilio, me he pasado varios días sin publicar nada y bastante atareado, aunque no lo justifico.
EliminarUn abrazo.
Gracias Primo!! Me ha emocionado mucho y alegrado. Ahora mismo estoy en un pudblecito aleman Heppenheim y desde aqui te mando muchos abrazos.
ResponderEliminarMil gracias.
Cuando puedas, mándame por privado el calendario de conciertos que ya tienes firmados, así podré saber en cada momento por qué ciudad andas.
EliminarBesos.
Es una gran pianista. Hoy la poesía de las palabras se une a la poesía de la música.
ResponderEliminarMe alegro de que apafezcas de nuevo.
Besos
Sin dudas es una gran concertista. Muchas gracias, querida amiga. Me he tomado unos días de barbecho, pero espero estar por estos pagos mucho tiempo.
EliminarBesos.