Ella es una princesa de
cristal,
una joya de luces y
tornasoles,
una caricia entre las manos:
frágil, delicada, casi una
carantoña;
una niña de esas que abrigan
los sueños
de una mujer embarazada
cuando se palma su embrión
en la vigilia nocturna.
Ella es un frasco de
perfume, una divinidad terrena
que aspira a no derramarse
en la niñez,
a esparcir su fragancia
dentro y fuera del seno
familiar.
De momento sólo la he
abrigado en mi alma
y he dejado la puerta
abierta
por si un día tengo la
suerte de sentarla
en mis rodillas y acariciar
su pelo,
de hablarle de aventuras
y dejar de lado su realidad
de cada día.
Ella pasa más tiempo en una
sala de colorines del hospital
que en su humilde habitación
de un barrio de Sevilla,
por eso me gustaría
provocarle ensoñaciones
como ella me ha ayudado a
este insomnio
al que le correspondía con
plegarias y caricias figuradas.
Ella es Sara, una princesa
de cristal
que enciende los sueños y
apaga las lágrimas.
Un poema excelente y muy emotivo. No hay cosa que más me entristezca que la falta de salud de los niños. Pienso que los niños deberían nacer todos sanos, jugar y crecer a gusto. Luego ya se encargaría la vida de darnos golpes.
ResponderEliminarY esos padres veinteañeros destrozados por esa criatura tan frágil... Un drama, Mirentxu, un verdadero drama. Gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Pobres niñas. Todas son princesas atrapadas en otras realidades que no se merecen.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
La vida en el hospital es menos vida, pero la sesión infantil es la tristeza suma, a pesar de los colorines y las ayudas de payasos voluntarios que van a divertirles.
EliminarUn abrazo.
El dolor y la enfermedad en esas edades, es más dolor en el entorno y en aquellos que se les aproximan.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda alguna, Emilio. Cuando despunta la vida no es razonable que aparezca la enfermedad, pero también es más frecuente de lo que imaginamos.
EliminarUn abrazo.
Una pena. Tal vez su destino sea despertar la ternura más profunda en los corazones que la rodean. Aún así, que este año la ayude a mejorar en su salud y nos sorprenda a todos.
EliminarEn todo caso, como bien dices, Angalu, un despertar a la ternura muy doloroso. He sabido que esta princesita ahora está psicológicamente mejor, pero lo ha pasado muy mal. Gracias a ti por tu ternura hacia ella.
EliminarUn abrazo.
Tierno, entrañable y doloroso. Sobre todo para sus padres, porque los niños tal vez no son tan conscientes del drama y dolor que les rodea. Le deseo lo mejor y ánimo a esos padres que ve que los días, los juegos, las risas, se les escapan de las mano.Bss
ResponderEliminarMil gracias, Katy, por esos tres adjetivos que son suficientes y definidores de la situación. Gracias por tus buenos deseos hacia esta criatura.
EliminarBesos
Desde mi pobre e insuficiente mente humana no alcanzo a ver la justificación del dolor. Una vez, en la Iglesia y ante mi desánimo por la "imperfecta creación", alguien me dijo: "no intentes meterte en la mente de Dios".
ResponderEliminarA pesar de pesares, aparto de mi esos pensamientos terrenales y en Él y a Él confío(me).
Un abrazito y un cuento para la princesa
El mismo Jesús nos dejó dicho: "Vuestros caminos no son mis caminos". Evidentemente no es posible entender los recovecos de la vida, pero sí comprender el dolor de unos padres que sufren lo indecible por la mala salud su pequeña. Ojalá podamos entender la voluntad de Dios.
EliminarUn fuerte abrazo.
Décimo primera Teoría Elucubrativa en la Duda Razonable:
EliminarPerdida la noción de lo que es real, quién soy, de dónde vengo, adónde voy, de todo lo percibido, sólo cabe especular con los atisbos.¿Y si pululamos en algún programa con mucho tirón, algo así como un Final Fantasy Evolution Human World ? interactuando con seres de similar apariencia...y cuando dejamos el soporte biológico en la partida, nos dicen: ¡tontita-o!, si todo era mentira.(¡claaro!, el creador era todo a(hu)mor).¡Qué descanso, ¿no?. Eso sí, una bromita pesaita; y es que aún, ¿pienso?, desde dentro, me mantienen On.
Un abrazo con humor autosocarrón, última generación.
una bella entrega de palabras
ResponderEliminaruna maravilla de blog
Muchísimas gracias por esas palabras tuyas a modo de evaluación.
EliminarUn abrazo.
El dolor de los niños es el más injusto y por lo tanto es el que más duele; a veces los caminos de Dios no los entiendo, pero pobre de mi ¿quien soy yo para juzgar al Creador?
ResponderEliminarBesos
Sin duda alguna que es el sufrimiento de los niños en que más nos hiere, Julia. Ni tú, ni yo, ni nadie entiende los caminos de Dios, pero resulta que él mismo, por medio del Profeta Isaías nos lo hizo saber: "Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos." (Is 55, 8)
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Qué belleza de òema Francisco, desborda luz en cada verso, y la ternura y el cariño inmenso se escapan de él. No sé tampoco y es un enigma de Dios, porque los niños, no, todos tenemos que sufrir, el sufrimiento gratuito no aporta nada a nuestras vidas, quizá haya un fin oculto, pero me gustan más las palabras que dijo Jesús : "DEJAD QUE LOS NIÑOS SE ACERQUEN A MÍ, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS"
ResponderEliminarUn abrazo con esperanzas de luz.
Ángeles
Muchas gracias, Ángeles, por tus palabras. hay muchas cosas en los misterios de la vida que no podemos intelectualizar, pero esos son los efectos de nuestra limitaciones. Que esa esperanza que pones en la luz de materialicen en tu vida.
EliminarUn abrazo.
Hermoso y emotivo poema dedicado a esa hermosa princesa de cristal que colma la vos de usted con versos y oraciones.
ResponderEliminarEs muy triste y doloroso vivir el día a día dentro de un hospital y mas aún cuando se trata de un hijo, yo he pasado por eso durante diez años pero desgraciadamente hemos tenido un triste desenlace.
Mis mejores deseos para su princesa y para usted.
Abrazos.
Mis condolencias por ese triste desenlace al que se refiere de soslayo, pero que sin dudas ha dejado una herida abierta en el alma. No me une ningún vínculo a esta princesita de la que hablo, tan sólo el dolor de saber de su sufrimiento y el de su familia. Nunca la tuve frente a mis ojos, sino en el corazón al saber de su infortunio. Gracias por su comentario y mi deseo sincero de que encuentre consuelo al saber que ahora está en los brazos de Dios.
EliminarUn abrazo.