El
que tenga dos túnicas, que
se
la reparta con el que no tiene.
(Lc 3, 11)
Por
la tarde fría escapa,
como
en carroza sin ruedas,
los
tibios rayos del sol
de
encarnaduras bermejas.
Tras
densa masa negruzca,
nubes
de gélido invierno,
se
ha atrincherado la noche,
rila
un viento que es de acero.
De
acero como fusiles
o como
los bombardeos;
los
refugiados caminan
hacia
destinos inciertos.
Nadie
les abre las puertas:
no
hay para ellos reposo,
ni
posada, ni defensa,
ni
tan siquiera un, “lo siento”.
Caminan
a cualquier parte
que
no le estén persiguiendo;
todo
lo llevan consigo,
sólo
les queda lo puesto.
Como
José y María,
de
Herodes vienen huyendo;
quieren
parir otra vida
tal
como han visto en ensueños.
Desarrapados
y hambrientos,
van
por inciertos caminos;
todos
ponen cortapisas
y
les propinan desprecios.
Si
acaso tienes dos túnicas,
si
tienes panes y quesos;
si
deletreas hambre y frío
comparte
algo con ellos.
Por
la tarde fría escapa
camino
al nuevo Belén,
una
pena esperanzada
que
no se deja vencer.
Esperemos que la navidad obre el milagro de la solidaridad en los duros corazones que les cierran todas las puertas.
ResponderEliminarUn abrazo, paco.
Para quien está dispuesto a hacerlo, Cayetano, siempre es Navidad.
EliminarUn abrazo.
Cualquier éxodo es una gran pena. Como también lo será si se envían soldados de Europa a luchar por el país que ellos abandonan. Aquí nos llegarán además de mujeres y niños, hombres de la misma edad de los que se envíen allí. El mundo está tan loco que ya no hay quien lo entienda.
ResponderEliminarEs verdad que cuesta entenderlo, pero detrás de todo ello hay intereses económicos que todo lo pervierten.
EliminarUn abrazo.
Aquellos peregrinos, que caminaron a Belén...Hoy, se han duplicado y su silencio asciende por encima de todos nosotros, dejándonos en el alma una tristeza y una frustración infinita, Francisco...Esos refugiados-peregrinos sienten cerca la Navidad y todos esperan un pequeño milagro que los salve y los acoja...
ResponderEliminarUn bello poema para enmarcar por su belleza rítmica y su profundidad.
Mi abrazo de luz y mi ánimo.
M.Jesús
Gracias, María Jesús. No sé si por mi estado físico, por la vocinglera electoral, la nostalgia del otoño y la propia de un puente cuando uno en lugar de salir está encerrado en casa... A veces me quedo con la esperanza en la reserva y no me gusta: cuando estoy desesperanzado me siento hundido.
EliminarUn luminoso abrazo.
Una metáfora que dura de principio a fin del poema y que pone el vello de punta.
ResponderEliminarA lo largo de la historia se han ido sucediendo éxodos, cada vez más injustos, esperemos que esto acabe, porque nos está minando l-a esperanza
Todo éxodo es injusto, ya que nadie sale de su tierra si en ella puede vivir con cierto decoro. La metáfora es una herramienta del poeta, pero también un salvavidas.
EliminarBesos.
La Navidad ya no es lo que era, de nada vale sentar un pobre en tu mesa en Noche Buena y durante todo el año cerrar puertas a la esperanza de unos peregrinos en busca de paz.
ResponderEliminarEn esta época del año se producen gestos que desvelan el gran vacío espiritual y humano por el que nos movemos la mayoría. No se trata de sentar a alguien en tu mesa una vez al año, sino de luchar por la dignidad de todas las personas todos los días del año. Mil gracias, Musa.
EliminarBesos.
Un poema bellamente desgarrador Francisco.
ResponderEliminarDesde que ví las primeras imágenes de los refugiados tengo un nudo en el corazón.Me dan mucha pena estas personas que se quedaron en la intemperie, con su familia, la mayoría de las veces con niños, sufriendo maltratos, hacinados , seguramente añorando todo lo que perdieron. Creo que es uno de los dolores más crueles.Y encima sin esperanzas de solución. Es terrible . tengo la desgracia de sufrir con el otro y no poder hacer nada. Salvo rezar.No sé. Hay cosas que no puedo entender.
Un abrazo, españolito.
Apapachos.
Conozco los latidos de tu corazón como si fuera tu propio cardiólogo, María del Carmen. Sufrir con el otro es amar, y sin amar estamos todavía más cerca del animal que nos vive dentro. Que María te lleve el consuelo.
EliminarApapachos.
Esperamos que esta triste situación tenga un pronto final
ResponderEliminarNo sé sabes, marbellero, que soy ojeneto. Tampoco sé de qué nos vamos a enterar de este genocidio. Para la prensa, los temas novedosos caducan a los pocos día y ahora están interesados en otros asuntos. Pero para esta gente, cada anochecer es un nuevo velo negro sobre sus hombros, sin saber si amanecerán o no por esos caminos. Ojalá, como dices, tenga un pronto final.
EliminarUn abrazo
Aquellos Josés y Marías, siguen esperando poder entrar en un vulgar pesebre, no se les deja, no solo están perseguidos por su Herodes particular, ahora existen muchos Herodes que los inmovilizan en campos de refugiados, los comunicadores muy vocingleros en su día, hoy están callados, no interesa, dicen que con ellos entran los malos, todos los Herodes del mundo están contra los Josés y las Marias pero la hipocresía del mundo trata de engañar a la gente de buen corazón y así matar la mala conciencia.
ResponderEliminarSaludos
Este Herodes actual es mucho más poderoso y letal que todo el Imperio Romano. Tienes toda la razón en tu argumento, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Todos los años nacen miles y miles de niño, que por el sólo hecho de nacer en un lugar determinado de la tierra e ven privado de las atenciones más elementales que debe tener un ser humano...que estas fechas de Navidad nos haga caer en la cuenta que la aportación que podamos hacer podríamos salvar muchas vidas...una persona sóla no puede hacer nada peri si todos nos unimos frente a esta causa podemos aliviar mucho sufrimiento.
ResponderEliminarTu poema puede remover muchas consiencias.
Besos
Rubrico lo que dices. No sólo es importante las pequeñas aportaciones de cada uno, sino la suma de conciencias rechazando un estilo de vida para el otro. Aunque no es el momento adecuado, creo que el futuro del mundo está en compartir; pero no el gesto puntual navideño, sino una solución dimanada desde los Estados, de forma que nadie se sienta en la necesidad de emigrar, ni de vivir subvencionado.
EliminarBesos.
Más de dos mil años, Francisco, y todavía seguimos huyendo... tal perece que aquel Herodes ha dejado regada la semilla de la maldad, y algunos la cuidan, la riegan y la siguen cultivando.
ResponderEliminarAbrazos.
La bondad y la maldad están en el hombre y gozamos de libertad para hacer uso de la una o la otra a nuestro criterio; eso es lo que explica el curso de la historia, donde grandes ejemplos se entremezclan con grandes maldades.
EliminarUn abrazo.
Mucho me temo que este Belén no lo hallen fácilmente ni tengan pastorcillos entonando villancicos ni reyes trayendo ofrendas...a no ser la indiferencia.
ResponderEliminarEs duro el poema, pero más dura es la realidad de esa pobre gente.
Besos
Este es el Belén de la vida misma, el que deja al descubierto la poca compasión que tenemos unos seres humanos con otros. Gracias Marinel por leer y comentar.
EliminarBesos.
Hola Francisco. Un poema desgarrador. Todos vamos cerrando puertas y no nos damos cuenta que esto nos puede suceder a nosotros si la historia da vuelta y a quien nos persigue Herodes es a nosotros. Ojalá tenga una pronta solución y la paz llegue a cada corazón que ahora busca refugio huyendo de de los criminales que quieren someter a todo el mundo a su religión fanática.
ResponderEliminarDuele cada verso que has escrito.
Saludos y abrazos
Por supuesto que nos puede suceder y de hecho ya hemos pasado por situaciones similares, pero somos de memoria frágil. Gracias, Isa, por tu amistad, por pasarte a leer y dejar tu huella.
EliminarBesos.
El leerlo ya me hace sentir frío en el alma; que diferencia tan grande y horrible entre unos y otros en esta Navidad.En esta parte muchos se quejan porque quieren comprar más y mejor,y nos olvidamos de los que se conformarían con simplemente tener un sencillo hogar para cobijarse. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es, Katiuska, nos cuesta mucho pensar en el otro y muy poco lamentarnos de no estar nosotros mucho mejor.
EliminarUn abrazo.