Lluvia de hojas,
viento silabeante y racheado,
libros deshojados,
despojados,
despeinados por el viento
como vaporiza la memoria
la repoblación de los días,
los anaqueles de los meses y
los años
y el orden se hermana con el
caos,
olvidando la fragancia
virginal
o lacre desportillado.
Unas yemas fueron tus
inicios,
─unos palotes tímidos─
un balbuceo de letras
y tachaduras correctoras
o algún borrón imprudente.
Verde luminoso, intensidad
paulatina
que dieron paso a un in crescendo
para una caída más
pronunciada.
Desnudez en la arboladura;
voló el sombrero: el ala, la
cinta, la copa…
la memoria de los libros
hizo mudanza
y el suelo es una alfombra
que gime a cada paso.
Así es el otoño:
un despoblado en régimen de
inquilinato.
Bello poema que nos descubre la desnudez del árbol cuando tiembla de frío.
ResponderEliminarBello otoño que finaliza.
Un beso
Cierto, Musa, la desnudez del árbol y la del hombre, que en su otoño va perdiendo la memoria de lo aprendido y vivido.
EliminarUn beso.
Bellísimo poema. Has pintado el otoño con un dejo de crudeza, como si fuera una "tormenta de sentires" como me dicen.a mí.
ResponderEliminar"y el suelo es una alfombra
que gime a cada paso "
Me llevo este poema conmigo , a mi cuaderno de los tesoros.
Yo amo al otoño , a él le debo mi llegada a este valle de inquietudes.
Te dejo un regalo:
"Se abre el otoño
Cada día un trabajo :
¡'dibujar flores "!
Shiki.
Apapachos.
Gracias por la distinción que le haces, por ese cuaderno donde hay un trozo de mí mismo.
EliminarApapachos.
Comienza un balbuceo, el tiempo transcurre, vuelan las hojas,el árbol se dobla, ante su desnudez..
ResponderEliminarPasan las horas
la vida sigue huyendo
llega el ocaso.
M.S.
Me ha encantado..¡Felicitaciones!
Si lees de nuevo, tal vez descubra también ese balbuceo paralelo del hombre desde sus inicios hasta que le flaquean las fuerzas y la retentiva. Muchas gracias por tu felicitación.
EliminarUn abrazo.
abrazos Francisco que sensación de bienestar leyéndote felicidades!
Eliminarabrazos Francisco que sensación de bienestar leyéndote felicidades!
EliminarA veces se instala entre nosotros el otoño como un ocupa y no para de soplar el viento que amenaza con llevárselo todo.
ResponderEliminarUn saludo.
Por mucho que nos resistamos a ello, siempre acaba por instalarse el otoño y se deshoja todo.
EliminarUn abrazo.
Así estamos algunos, en el otoño de nuestras vidas.
ResponderEliminarSaludos
Así es Emilio. Y yo por delante, ya que te precedo en edad.
EliminarUn abrazo.
Asi es, Francisco...Somos "árbol "en manos del viento de los días...Todos recordamos nuestros primeros brotes, letras, números y libros, donde aprendimos la historia del mundo y la vida...Poco a poco ese "desmemoriado viento" va desmantelando la copa, el sombrero y la cinta del árbol, de nuestra mente y de nuestro cuerpo, que se va quedando desnudo de memoria, de fortaleza y de ilusión....Preciosa y entrañable metáfora, que nos acerca a la naturaleza...Pero, ahora comenzamos la primavera, amigo...Asi que vamos a reverdecer de nuevo, vivamos este momento, ya llegará el otoño de nuevo, recordándonos sus vientos y sus caídas de la hoja...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande.
M.Jesús
Me felicito porque, si Dios quiere, el viernes vamos a conocernos exteriormente. No imaginas cómo me gusta y te agradezco lo bien que desmenuzas mis poemas, los desarticulas y los recompones con todo el sentido.
EliminarUn fuerte abrazo.
Mientras ese viento no se lleve nuestras esperanzas, ni nuestros sueños... bienvenido sea el otoño.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las esperanzas y los sueños no, pero el viento otoñal se lleva el sombrero y deja al descubierto las señales de nuestro propio otoño.
EliminarUn abrazo.
Un poema dedicado al otoñpo en este invierno aprimaverado... Pues me parece fenomenal. El viento ha trastocado las temperaturas y las estaciones, al igual que las letras de que se componen los libros deshojados.
ResponderEliminarUn saludo
A veces habla uno de desamor y vive enamorado, otra asume la voz de mujer sin dejar de ser hombre. La poesía es una impostura creativa, imaginativa, no notarial.
EliminarUn beso, Carmen.
Menos mal que de las hojas y las letras, nos queda el pensamiento, las ideas, las emociones suscitadas, sobre todo de aquellas hojas en que plasmaste tus versos.
ResponderEliminarUn cariñoso saludo.
Un saludo muy cariñoso, Chela. Gracias por tu comentario.
EliminarUn beso.
El otoño de la vida en nuestro árbol, hace lo que todos los otoños hacen con los del paisaje...los va desvistiendo de a poquito dejando a la intemperie el alma, ese éter que será quien nos guíe en nuestra última desnudez.
ResponderEliminarIntenso y hermoso poema, Francisco.
Besos.
Gracias, Marinel, por tus delicadas palabras.
ResponderEliminarBesos.
El poema cuadra más con nuestro tiempo que con la estación del año. Un abrazo
ResponderEliminarA ti desde luego no te flaquean las palabras. Precioso.
ResponderEliminarLa imagen que has elegido no puede estar más acorde con las palabras y todo lo que quieres expresar en tu escrito, no dejo de admirar la faiclidad que tienes para expresar todo el ssentimiento que llevas dentro.
ResponderEliminarQue tengas un buen fin de semana, yo lo voy aprovechar para descansar, falta me hace.
Besos
¡Un señor poema, caballero!
ResponderEliminarSímil, paralelismo y metáfora de la propia vida....
Abrazos de una tarde de domingo medio soleada.
;)
Bello poema como siempre. Pero no dejes que el otoño se instale para siempre; recuerda que a lo largo de toda vida hay cuatro estaciones con sus momentos de todo índole y esos momentos son los que muchas veces serán de ayuda para los que vienen detrás y espero les ayuden a ver como su otoño tiene también ventajas. Abrazos
ResponderEliminarHola Francisco!
ResponderEliminarDiversos quehaceres me han mantenido un tanto alejada de la blogosfera así que, aprovechando un ratito libre, paso a saludarte y a leerte.
Abrazo!