Ábreme el cuenco de
tu mano,
recoge sobre sí las
ramas de tus dedos
como tejiendo los torzales
de mimbres,
para que pueda
posar en el cesto
la lumbre de mis
besos o suspiros
y que se hagan
candil de mis silencios.
Ábreme el pretil de
tu boca,
el pozo grana o
charco traslúcido
en el que sofocar
mi desierto;
deja que me oville
a tu esfinge
tallando tu talle
en el taller
silente de tu hálito
en mi aliento.
Ábreme;
llamo para
incendiarme
en la llama de tu
tronco,
para vivir este
otoño incierto
al abrigo del
echarpe encorchetado
de tus brazos que
abrasan…
Ábreme; quiero
perderme encontrándote.
Hola Paco, un deleite leer y repasar tu poema, es sublime.
ResponderEliminarUn gran abrazo de anís.
Muchísimas gracias, Sara. Tus palabras llegan siempre anisadas de afecto.
EliminarBesos.
Has tardado unos días en abrir las hojas de tu blog, lo hacia de menos.
ResponderEliminarSaludos
Gracias, amigo Emilio. Ha sido un tiempo físicamente difícil, del que aún no he salido, pero que tengo que hacer por remontar.
EliminarUn abrazo.
¿Quien no te abriría con esas palabras?
ResponderEliminarGracias, Tracy, muchas gracias. En todo caso, ya sabes que sólo llamo a una puerta.
EliminarUn beso.
Un precioso poema,mi querido Francisco.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias, Sor Cecilia, y feliz cuaresma.
EliminarUn abrazo.
¡Ay! Paco, qué pena. No ser yo mujer para corresponderte...
ResponderEliminarUn abrazo desde Gran Canaria (hoy, con sol) para todos. Ángel
No es imprescindible ser mujer para tal, Ángel, pero ambos somos vetustos en nuestro usos y costumbres.
EliminarUn fuerte abrazo.
Apasionado y preciosísimo poema. ¡Te encantan las aliteraciones!
ResponderEliminarPaso a darte las gracias por tus palabras hacia mi poema en el blog de Mª Carmen
Un fuerte abrazo con muchas Bendiciones :)
Muchas gracias por tu comentario, Volarela, gracias infinitas. Suelo huir de las rimas, pero es cierto que me gusta el sonido de las aliteraciones y los juegos vocálicos si los consiguiera.
EliminarAtesoro ese abrazo y te recojo en el mío.
¡Guauuu !! qué divinura ! has vuelto con más ímpetu.si es que se puede.Como siempre tus versos son impecables y de una belleza sin igual.Por supuesto, se va a mi cuaderno de los tesoros.Lo leí en mi celular temprano , pero no me es fácil responder desde el .
ResponderEliminarComo ya no nos falta más nada , cayó un satélite no sé dónde, y estuvimos sin sistema, sin teléfono, sin nada, hasta este momento en que volvimos a la normalidad.
"Abreme el cuenco de tu mano"... ¿quién no le abriría las manos a este ser luminoso que tengo la dicha de conocer ?...
Apapachos.
Gracias, María del Carmen. Cuando te llevas algo mío a tu cuaderno, lo recibo como el más grande piropo.
EliminarApapachos.
Con esas palabras el amor tiene que abrir sus puertas, seguro. Precioso Francisco. Un fuerte abrazo. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarMuchas gracias, Pepe, por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Hoy hemos coincidido ablando de perderse...
ResponderEliminarY nada como hacerlo en el tiempo del amor, al cobijo de sus manos.
Precioso poema.
Besos.
Para mí es un honor coincidir contigo, no imitarte, pero ir de tu mano.
EliminarBesos.
Quien no abriría sus manos para estrechar las tuyas ante tan hermosoas palabras!
ResponderEliminarBesos
Gracias, mil gracias por leerme de forma tan favorable.
EliminarUn beso.
Se tiene que amar o haber amado mucho para parir estas letras.
ResponderEliminarEstoy seguro que ese registro de palabras nunca se ha escrito en uno de esos wasap de las narices.
Además, de escribirse, al trasto se le fundirían los circuitos.
Recibe mi siempre, aunque a veces esporádico abrazo, querido Francisco..
Gracias, José Luis, por esas palabras tuyas que tanto me enardecen.
EliminarUn abrazo.
Perderse en el ser amado. Muy de don Vicente, el paisano. También me recuerda a don Luis, cuando decía eso de "libertad no conozco, sino la de estar preso en alguien". Como se ve la vena -y la veta- andaluza.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco.
No hay dudas, tú bien lo sabes, que somos producto de nuestros estudios, de nuestras lecturas, de la cultura con la que nos hemos contaminado. A mucha distancia, pero la Generación del 27, la del 36 y la de los 50, han dejado huella en mí.
EliminarUn abrazo.
Esos imperativos(Abreme...) van marcando el poema, conllevan un deseo y una necesidad imperiosa de la persona amada...Vas tejiendo, entrelazando y tallando cada estrofa con apasionadas y expresivas metáforas, que se elevan como llamas líricas en el fuego literario, donde nos convocas a todos...Un poema que va in crescendo en emoción hasta el encuentro final, donde se resume la necesidad y el latido del poeta: "Abreme, quiero perderme encontrándote"
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por la entrega y lirismo, que has puesto en el poema.
M.Jesús
¡Qué bien analizas cada una de mis emociones! Gracias, María Jesús por el esfuerzo, casi un análisis por el que mereces nota. Ya me tienes ganado, así que no hace falta que hagas muchos esfuerzos.
EliminarBesos.
Hola Francisco, bello poema de mandatos racionales. Seguro que tienes todas las puestas abiertas y deseosas de que llames en ellas. Bellos poemas y buen final como colofón: Ábreme; quiero perderme encontrándote. ¡¡Qué bonito!!
ResponderEliminarSaludos y abrazos
Ya sabes, Isa, dile algo así a Antonio; aunque tú no necesitas muchas indicaciones para que beba en tu mano. Muchas gracias.
EliminarBesos
Bello poema, con grata sorpresa por mi parte al encontrarme en tu rincón, que con tu permiso me quedo. No creo que nadie se niegue a abrir.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Musa; tampoco le niego la entrada a nadie que quiera entrar y quedarse. Te quedo muy agradecido.
EliminarBesos.
Difícil es, amigo, caer en los brazos del poema amoroso sin caer en la creación repipi, dulzona, enamoradiza, almibarada y empalagoso. Tú no tropiezas con ninguno de esos obstáculos.
ResponderEliminarUn saludo
¡Eso sí que es un halago para el oído, Carmen! Me alegra que lo leas así.
EliminarUn abrazo y un beso.
Intenso poema Francisco.
ResponderEliminarSaludos.
Francisco: sos impresionante. . . ! Derretida te abrazo desde Buenos Aires.
ResponderEliminarPrecioso poema.
ResponderEliminarSimplemente precioso
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