Fotografía de María del Pilar Ferrari Díaz |
Por la Puebla;
por la Puebla se desangra
el Guadalquivir manso,
con adioses afónicos
y transcurrir agónico,
para enseñorearse por los
arrozales
de Isla Mínima
y hacerse marismeño.
El sol pelea por asomarse
por entre la pretoriana
melancolía
y se desmadeja rendido
en un leve resplandor.
El tiempo parece interrumpido,
el agua embalsada,
pero discurre dulce
y almibarado
─con el cayado de su
instinto─
hasta ensalinarse en
Sanlúcar.
Metáfora del tiempo que discurre manso hacia su desembocadura serena.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano, por tu leal presencia y constancia.
EliminarUn abrazo.
Aunque no he visitado mucho esa maravillosa zona, la foto y el poema me la ha hecho recrear en la imaginación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese es un gran elogio, Emilio, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
¡Qué maravilla de descripción, Dios mío, qué maravilla!
ResponderEliminar¡Dios mío, qué agradecido; qué agradecido, Dios mío!
EliminarBesos.
Solo conozco el Guadalquivir en su versión sevillana, pero leyéndote dan ganas de salir corriendo a verlo. ¡Precioso!
ResponderEliminarUn abrazo
Mil gracias, Julia. La Puebla del Río es una población sevillana que está aguas abajo, pero cerca de la ciudad.
EliminarUn abrazo.
Supongo que debe ser un lugar bellísimo. Tus versos lo dicen.
ResponderEliminar¡PRECIOSO !
Apapachos.
Esta mañana, mi amiga María del Pilar ha publicado esta foto en su muro y he tomado la foto prestada. Aquí es invierno y amaneció como sin querer desprenderse de las sábanas grises. Se trata del río Guadalquivir camino de la mar. Muchas gracias.
EliminarApapachos.
Debe ser muy bonito el paseo por el río desde Sevilla hasta Sanlúcar, en cierta visita a Sevilla aproveché la ocasión para dar un paseo en barco por sus aguas desde el embarcadero cercano a la Torre del Oro. Precioso el poema que has compuesto y también la fotografía.
ResponderEliminarBesos
Es realmente bonito ese paseo. Gracias por tu comentario, y cuando vuelvas a Sevilla, no dejes de decírmelo y compartir conmigo.
EliminarBesos.
Tu poema inspira tranquilidad.
ResponderEliminarBesos.
Es esa tranquilidad con la que los ríos desembocan para dejar de ser y desintegrarse en el mar y hacerse masa salada, agitada y azul, como cierta Amapola.
EliminarBesos.
¡Qué bonito! La foto es pura poesía y en tu poema se pueden escuchar las aguas.
ResponderEliminarUn beso
Conozco el río a su paso por La Puebla y es mi vecino un poco aguas arriba, pero las letras han nacido contemplando la foto. Muchas gracias, Musa.
EliminarUn beso.
Me ha gustado la ensoñación de estos versos...un coctel de metáforas que embriagan los sentidos...en particular me llevo este para pensar un rato..
ResponderEliminarEl sol pelea por asomarse
por entre la pretoriana melancolía
y se desmadeja rendido
en un leve resplandor....
Asi deberían ser siempre los amaneceres...besos
Muchísimas gracias, Diva, por destacar estos versos; pero sobre todo por entrar a leer.
EliminarBesos.