Tras la catástrofe natural en Nepal este pasado año, fui invitado a colaborar con un par de poemas en una obra colectiva, de la que finalmente también escribí el prólogo. Dejo aquí uno de mis poemas, a modo de aperitivo, y el enlace donde poder comprar el libro, para aquellos que estén interesados. Los beneficios de este libro van para la ONG Creciendo en Nepal, http://creciendoennepal.org
En el seno recóndito de la
oscura tierra,
un estornudo prófugo atesora
soberbia,
ira, saña, cólera de festín mórbido
antes de expeler la furia de
la fiera,
el bramido que precede al
desgarro:
lo firme discurre como
blando,
lo pétreo son partículas de arena
que desliza la brisa huracanada,
y lo apagado fuego
devastador
que enceniza el aire de
muerte.
Alguien ha destapado la olla
de magma
y el aroma sulfuroso de
muerte
se expande como valle regado
de lágrimas.
Lo apagado es fuego, y el fuego
cortina
que emborrona los vestigios
de la Parca,
sembrando las listas de
desaparecidos
con borrones de mal
amanuense.
Un segundo temblor, cientos
de réplicas:
adiós escuelas, templos,
chozas, palacios, vidas…
Katmandú son harapos,
cascotes y luto.
Todo el "ahogo" dejas reflejado, la mente visualiza y el alma se rompe, más yo sigo viviendo y me remueves dejando un grano de arena.
ResponderEliminarSiempre en defensa y ayuda de aquellos desvalidos que en tristeza de nuestra ayuda necesitan.
Besos , mi gran amigo ¡luchador¡
tRamos
Todos necesitamos unos de otros, querida amiga. ¿Te imaginas a un actor sin público, a un autor sin lectores? Si en esta sociedad que vivimos no viviéramos de espaldas unos a otros, si fuésemos capaces de tender la mano a quien lo necesita... No hace falta irse al tercer mundo, en nuestra propia escalera, en nuestra calle, en nuestro barrio, hay alguien que está necesitando un saludo afectuoso, una mano tendida...
EliminarBesos.
Tremendo el poema, soberbio y dantesco. Pobre gente.
ResponderEliminarGracias por el enlace. Un grano no hace granero, pero siempre es una ayuda.
Un abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano, por valorar mi pequeña aportación.
EliminarUn abrazo.
Pedido realizado. Un honor para mí poder contribuir a una noble causa y contar con textos tuyos en esta obra colectiva.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te lo agradezco en el alma, Cayetano. Si publicar aquí este poema tiene algún sentido es precisamente este, tratar de llevarle a los supervivientes una pequeña ayuda.
EliminarUn abrazo.
De aquel terremoto, hoy apenas nadie se acuerda, según mis conocimientos poco se ha avanzado en la mejora de infraestructuras derruidas en su momento. Estas desgracias suelen ocurren en países del tercer mundo y es una pena que se tenga que contar con la caridad de la gente y que no sean los países de la comunidad mundial los que de verdad ayuden a la recuperación y que no solo sea en esos primeros días de la desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Donde no llegan los Estados (porque no les interesa), tratan de llegar algunas personas con miguitas de pan, pero con bastante ilusión y creyendo que granito a granito se hace granero. Los pobres nepalíes bastante hacen con sobrevivir, como para poder afrontar obras de infraestructuras. Si nos olvidamos de ellos, les estaremos negando la vida.
EliminarUn abrazo.
Cada vez con más asiduidad se encuentra uno con estos dramas que desgarran el corazón y las entrañas. ¿Hasta cuándo ?... no pregunto para mí sino para las generaciones venideras que sólo encontrarán escombros y lágrimas, dolor y asco.
ResponderEliminarte felicito porque siempre encuentras la forma de colaborar. Debiéramos sentir la compasión que estremecey hacer lo que esté a nuestro alcance por mínimo que sea para poner nuestro granito de arena.
A veces el hartazgo te da ganas de poner un velo y no mirar, pero a mí no me da.La compasión me gana. Ojalá pudiera hacer más.Mi fuerte es la fe en María , aquélla que supo del dolor más lacerante y que estoy segura anda caminando entre nubes de pólvora, acariciando a sus hijos. Hasta puedo verla. No importa que digan que estoy loca .
Pongamos en nuestro corazón los dolores de este mundo loco y ayudemos...
apapachos.
Una persona no lo puede arreglar todo, pero puede aportar su granito de arena. Cuentan que un amanecer, un joven deportista que corría por la playa, vio a un anciano que se agachaba para lanzar una estrella del mar dentro del agua. Abuelo, ¿qué hace? ¿Acaso no ve que hay millares de estrellas y no podrá salvarlas a todas? El anciano, agachándose, tomó otra estrella en su mano, la lanzó con sus pocas fuerzas al agua y respondió: ¡Esta te salvó!
EliminarCon frecuencia puede parecernos insignificante lo que podemos hacer, pero a quien le llega nuestra ayuda queda salvado. No pierdas la fe y no perdamos la esperanza.
Apapachos.
Tu voz siempre hace de amplificador a todas estas terribles tragedias que suceden.
ResponderEliminarSaben bien de esto los que te proponen colaborar con ellos.
Un abrazo.
Muchas gracias, Tracy, por esa mirada con la que salgo tan favorecido.
EliminarBesos.
Si cada uno de los habitantes de la tierra, que gozamos de una serie de comodidades, nos priváramos de algún pequeño capricho se remediaría mucha de las necesidades que hay en el mundo.
ResponderEliminarBesos
Tienes razón. La solución a tanto desplazamiento humano, a la hambruna de tantos países, está en compartir. Cuando seamos capaces de vivir un poco peor, para que el resto simplemente viva, habremos dado un gran paso en la Humanidad.
EliminarBesos.
Intenso y desgarrado poema que narra en sus versos la desgracía de los hermanos en desgracía por la furía de la naturaleza que de pronto despierta y sacude hasta el alma de los mortales.
ResponderEliminarSaludos un placer visitarle.
Muchas gracias, Azulgenia, por llegar hasta esta humilde casa. Paso por unos días de dificultad física, pero suelo publicar de forma asidua; así que dejo la puerta abierta para cuando quieras franquearla.
EliminarSaludos afectuosos.
Enhorabuena por la expresividad y fuerza de tus palabras. Se palpa el drama de la destrucción en cada estrofa. Enhorabuena. Bss
ResponderEliminarMuchas gracias, Katy, por tan amables palabras.
EliminarUn beso.
Suenan terribles tus palabras bellas en su dolor y desgarro, pero ceryeras como flechas directas al corazón.
ResponderEliminarY es que la naturaleza, parece ensañarse con los más débiles ante la indiferencia de sus congéneres, que es lo peor, por cierto.
Besos
Perdón, quise decir certeras
EliminarMuchas gracias, Marinel, por tus palabras asertivas.
EliminarBesos.