He salido a la calle camino de la
farmacia para buscar nuevos suministros y preparado para el repago. En el
camino me he topado con un pobre andrajoso, sucio y maloliente, de cabellera
abundante y pastosa, cuyo atuendo hace tiempo que no se ha cambiado y por sus
roturas se le ven parte de sus intimidades. Le he dado los buenos días y me ha
respondido:
- - Es más feliz quien menos tiene.
Le he preguntado que dónde duerme
y me ha dicho: “por ahí”, pero sin molestarse en señalar siquiera. Le he
ofrecido unas monedas con la recomendación de que se tome un café y una tostada y me ha contestado:
- - ¡Mejor vino! El café me quita el sueño.
A la vuelta de la farmacia, daba en
silencio gracias a Dios por tener un techo, un servicio médico que me atiende y
suficiente para el repago. Para ese momento, José —así me ha dicho que se llama— ya estaba
bebiendo vino peleón de un cartón tetrabrik.
Su cara seguía luciendo una incomprensible felicidad.
Aunque nos cueste trabajo entenderlo, es posible que él se sienta feliz viviendo así. Tú sabes bien que hay personas en esa situación que rechazan vivir en una residencia o que se van de ella pasados unos días. Es más, solo buscan cobijo para dormir en las noches más frías y es entonces cuando los albergues están saturados.
ResponderEliminarNo me cabe duda de que es feliz ejerciendo su libertad, pero tampoco tengo dudas de que una persona en esas circunstancias no está en todo el uso de la razón para saber lo que más le conviene.
EliminarUn abrazo.
¡Pobre hombre ! A veces se dan estos casos. y duelen mucho. No tienen remedio. Aún así hay que echar mano de la compasión que estremece , la que yo siempre pido para mí, la que sé que tú tienes.
ResponderEliminarClero que uno agradece y valora lo que tiene pero por un rato será con un gusto amargo.
¡¡APAPACHOS !!
Algunos llegan a la calle porque han perdido la razón; los que llegan por otros motivos, terminan perdiéndola. Son pobres víctimas dignos de misericordia.
EliminarApapachos.
Ya sabes que en esta vida todo es relativo, nosotros tenemos techo, comida, medicinas, agua caliente y calefacción, y eso que estamos en crisis.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
El año pasado le oí decir a un misionero que, lo que nosotros consideramos como primeras necesidades, en África son lujos. Tenemos muchos motivos para dar gracias, entre otras no haber perdido la dignidad de personas.
EliminarCreo que no es cierto que sea más feliz el que menos tiene, como tampoco el que tiene más.Quizá sea la conformidad con lo que cada uno tiene lo que la proporcione. Nos solemos consolar diciendo que el dinero no da la felicidad, pero...¡ayuda tanto! Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEn mi opinión, y no es frase original mía, pero sí la he constatado a lo largo de mi vida, es más feliz quien menos necesita. Eso explica la infelicidad de grandes afortunados en capital por la voracidad insaciable del más y más.
EliminarUn fuerte abrazo.
La felicidad es un estado del alma...quizá su felicidad consista en encontrarse cada día con un par de personas como tú.
ResponderEliminarEsta semana, en el parque frente a mi trabajo, ví a un hombre de unos cuarentaytantos años lavando su ropa en la fuente pública donde los paseantes se paran para beber. La extendía sobre el cesped y restregaba con un calcetín... casualmente, llevaba una bolsa con ropa masculina para deshechar (me niego a tirarla al contenedor y me alegré de tenerla aún el coche), volví a mi auto y tomé la bolsa. Llegué de nuevo al parque y se la ofrecí. Me miró extrañado pero tomó lo que le daba. Sólo intercambiamos dos frases.
"Tenga, llevaba esto para reciclar y quizá le venga bien a usted. Es ropa de mi marido y está limpia. Creo que no le quedará demasiado grande"
"Gracias señora, que sea grande no es problema"
"De nada"...
y me continué mi camino, pensando lo mismo que tú. Que tenemos mucha suerte Francisco. Y que la vida da tantas vueltas que nunca sabemos si al doblar una esquina, nos encontraremos nosotros mismos lavando nuestra ropa en una fuente pública y quemados por el sol.
Buen fin de semana!!
La felicidad de esas personas está en dos cosas: primero en amanecer nuevamente y no haber sucumbido a la intemperie, y en segundo lugar en la confianza puesta en un alma generosa que le de unas monedas para salir adelante o una muda con la que cambiarse. Sin dudas somos grandes afortunados los que no nos encontramos en esa situación, sobre todo si somos conscientes de ello. No en la misma situación de las personas que tú y yo hablamos, ya son, según Cáritas, 12 millones de españoles bajo el umbral de la pobreza.
EliminarUn beso
Es que la felicidad no consiste en tener, sino en saber disfrutar de lo que se tiene.
ResponderEliminarDisfrutar del resto del día.
Muy bien sintetizado, Paloma.
EliminarUn beso.
Francisco, no dejas de asombrarme y eso es tan placentero, describes tan fielmente lo que acontece a tu alrededor, siempre con mensajes implicitos.
ResponderEliminarMe enseñas a reflexionar no solo de lo que dices, también de cuanto vivo.
Besos muchos ♥♥♥
No imaginas lo mucho que me satisface lo que me respondes. En la cabecera de mi blog hablo de tiempo remansado y el título del mismo no por azar se llama "días de aplomo". Me interesa lo que pasa a mi alrededor, las cosas cotidianas y sencillas; en cuanto a las personas, también prefiero hablar de los últimos que de aquellos otros que se piensan que son los primeros.
EliminarUn beso agradecido.
Cada uno construye su propia felicidad, habría que ver porque llego a vivir como lo hace, como saber si no fue por decisión propia. Aquí conocí un caso de un profesional que al morir la mujer regalo todas las propiedades y dinero que tenia para vivir en la calle, de hecho no hace mucho lo encontraron muerto en una vereda y fue noticia pues era una persona muy conocida. En fin, el ser humano es difícil de entender.
ResponderEliminarCariños.....
Es muy difícil que una persona desee llegar a esa situación, salvo que sea una demencia la que le haya llevado a la calle. Dicen las estadísticas que, las personas que pasan años en la calle llegan a un deterioro cognitivo tan significativo que se hacen prácticamente irrecuperables.
EliminarUn beso.
Hace tiempo llegué a la conclusión que la felicidad es un estado de ánimo y de la aceptación. Mi vida ha pasado por distintos estadios (Apatrida, emigrante , cartillas de racionamiento, hambre) y siempre encontré motivos para estar feliz .
ResponderEliminarLas bienaventuranzas también dicen "Dichos los pobres, porque ellos serán saciados"
La pobreza no la puede solucionar una persona, ni dos.
Hoy estaban en mi super los de Cruz Roja recogiendo comida para los niños desfavorecidos. No pasó nadie sin dar algo. A las 11 de la mañana había comida para aburrir. ¿Cuanto iban a solucionar? muy poco.
Todo esto había que regularizarlo desde los estamentos y desde los gobiernos, solo así sería justo y equitativo. Y no vale darle vueltas. Compasión y solidaridad si, pero s¡esto no arregla el hambre, es solo un parche y conozco el tema bastante.
Bss
Bienaventurada la persona que sabe sentirse feliz al margen de la situación por la que atraviese. Estoy de acuerdo contigo en que todo esto habría que regularizarlo, pero estoy en condiciones de darte un dato: los servicios sociales están derivando a las personas para que sean ayudadas por Cáritas. ¡Toma del frasco!
EliminarUn beso.
Bueno, Un abrazo.
ResponderEliminarEste tema es muy complejo...
Los temas complejos son los más apasionates de tratar. Yo aprendo mucho con los comentarios que me hacen mis lectores.
EliminarUn beso azul.
La pobreza es triste pero mucho más es la pobreza de espíritu.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Sin lugar a dudas, porque con frecuencia la segunda lleva a la primera.
EliminarUn beso.
Depende del prisma, lo que a unos les haría inmensamente felices o desgraciados, a otros no. No todos medimos por el mismo rasero.
ResponderEliminarUna bonita historia, Francisco, donde dejas asomar tu corazón.
Un abrazo
Es obvio que no todos tenemos el mismo rasero, pero casi todos aspiramos a contar con algo para el día que suponemos que vamos a amanecer de nuevo. Estas criaturas no cuentan ni siquiera con un techo.
EliminarUn beso
Estuve el jueves en la presentación del libro de relatos y fotografía con motivo del concurso organizado por EAPN y Fuentetaja con tema la pobreza y la exclusión social. Es impactante las cifras que se manejan en España. Son seres invisibles por los que pasamos de largo. Ellos se contentan con su vino de tetrabrick porque la sociedad no les ofrece la mínima oportunidad para reenganchar sus vidas. Una de las fotografías, me impactó muchísimo ... un hombre que pedía para comprarse el Ferrari y el chalet en Marbella.... EXISTE, está en Madrid, se llama Fernando. ¡Ironía desde la posición más desesperante que te puedas encontrar en la vida....!
ResponderEliminarAyyyy...¡cuánta pobreza! ....y que poco hacemos para solucionarlo.
QUE TODO EL MUNDO SEPA QUE EN SU DECLARACION DE LA RENTA PUEDE MARCAR DOS CRUCES SI ASI LO DESEA. NO SON EXCLUYENTES. UNA PARA LA IGLESIA Y OTRA PARA "OTROS FINES" (ONGS, CARITAS, CRUZ ROJA....) ES NECESARIO SABERLO Y NO CONFUNDIRNOS. :)
Besos Francisco, como siempre ...tocas en el punto flaco de todos los que te leemos asiduamente.
Seres invisibles. A diez metros escasos de donde estaba José, a quien vi, había una terraza con un buen número de mesas y bastantes personas desayunando. Algunos tenían sus tabletas o portátiles sobre la mesa aprovechando que el local tiene wifi. Esa es la cruda realidad: no son invisibles, pero no queremos verlos. Gracias por tu comentario, Laura. Mis mejores deseos para tu trayectoria narrativa.
EliminarUn beso.
"Los pájaros no siembran ni recogen..."Y vuelan libres en la naturaleza, tienen comida y todo lo que necesitan...Pero, cuando nos encontramos con estos "pájaros libres"sentimos una honda tristeza y hasta nos sentimos un poco culpables...Quizá ellos mismos han elegido así su vida y nadie tiene culpa de ello...El misterio de la vida nos lleva al destino y a la libertad del hombre, que va "marcando día a día su camino...El era feliz con el vino...Y mientras tanto...tú sufrías por él...Paradojas de la vida, Francisco.
ResponderEliminarMi gratitud por compartir y mi abrazo inmenso por hacernos reflexionar.
Feliz fin de semana.
M.Jesús
Es verdad que todos deberíamos tener mayor confianza en que Dios provee, pero estos seres son como lírios del campo, como pájaros que ni tejen ni hilan y todo se lo juegan a la providencia.
EliminarUn beso.
Porque la felicidad no se compra con dinero, sino que se consigue valorando lo poco que tenemos, y disfrutarlo en su intensidad de cada momento con las personas a quiénes queremos.
ResponderEliminarMe alegra volver a leerte después de mi breve ausencia.
Un beso.
Es verdad, María, pero para hacer esa valoración necesitamos tener una mente en condiciones, algo que casi siempre falla en estas personas; bien por el deterioro previo, bien por el deterioro devenido.
EliminarUn beso
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Tu compañía no sólo es grata, sino que te has molestado hasta en hacerme un dibujo para el que me siento incapaz.
EliminarUn beso.
Filosofía de la calle, válida y aplicable para cualquier palacio. Cuanto más se posee más infelicidad, algunos se empeñan con su egoísmo en llegar al no va más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es así, José. Tú te has fijado en el otro extremo, en el de la avaricia, que es igualmente insatisfactorio.
EliminarUn abrazo.
Yo también pienso que los que no tienen nada valoran más las cosas, por lo tanto son más felices, pero... no quiero vivir en la calle, espero no encontrarme así nunca. Un besazo.
ResponderEliminarSin lugar a dudas que sí, Tamara, que lo valoran mucho más. Ya sé que hay muchas personas que no quieren dejarse ayudar, pero ese deterioro es una responsabilidad colectiva de esta sociedad tan egocentrista en la que sólo nos interesamos por yo, mí, me, conmigo.
EliminarUn beso
Es curioso pero la mayoría de estos indigentes tienen la misma filosofía de vida, que por otra parte debería también ser la nuestra. El ir por la vida ligero de equipaje facilita mucho las determinaciones que se toman.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco.
Llegas, creo, al quid de la cuestión, Tracy: la ligereza de equipaje; en cambio algunos parece que nos vamos llevar a la laguna Estigia nuestros bienes y sólo pensamos en atesorar.
EliminarUn beso.
Yo creo más en esta Frase " No es más rico el que más tiene , sino el que menos necesita" y estoy totalmente de acuerdo con ella , mientras menos necesitemos para vivir , más rico seremos , estoy segura . Tenemos que sentirnos afortunados de tener un techo dónde cobijarnos, comida y poder pagar nuestras Facturas , quizá este hombre se sentía feliz con su Brik de vino en la mano y nosotros no seamos capaces de entender esa felicidad , Francisco .
ResponderEliminarUn abrazo grande
En total concordancia contigo, Charo. No sólo en la primera frase, sino en el bien que nos hace contemplar a estas personas para poder medir los muchos bienes que tenemos y cómo no tenemos derecho a quejarnos, a pesar de la crisis y los recortes.
EliminarUn beso.
Ya sabes aquello de "Cuentan de un sabio que un día... etc."
ResponderEliminarFeliz domingo.
Es verdad, Cayetano, también entre ellos hay diferencias y muy malos tratos de los unos con los otros. Hasta se roban sus escasas pertenencias.
EliminarUn abrazo.
Sí...debemos dar gracias por tener para repagos,techo y comida...
ResponderEliminarCasi es-imagino-lo que dirán los políticos...
Pero qué decimos de las ilusiones, de la libertad de no tener que dar gracias, de la esperanza que se diluye a marchas forzadas como arena entre los dedos, de ese pasado no tan remoto en que el miedo a ser un factible José, era un pensamiento descabellado?
Perdóname, Francisco, pero es que me parece todo tan terrible!
Besos.
En el fondo, Marinel, de eso que comentas es de lo que he pretendido hablar; pero adrede me he ceñido a los hechos vividos para que sean mis lectores los que mediten la situación y no ha podido ser más fructífera.
EliminarUn beso
Debe ser muy dura la vida de la calle. Una vez estuve a punto de dormir sin techo por circunstancias atípicas, menos mal que un amigo me ofreció su casa. Dada la coyuntura que atravesamos cada vez hay más gente sin recursos. Pero mal de muchos consuelo de tontos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo primero que pierde el que termina en la calle son los familiares y amigos. No imagino esa situación en mi mente, pero ese debe ser el explosivo que desequilibre sus mentes.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, triste realidad la que nos presentas pero que hoy en día cada vez se va mas entre nosotros y nuestras calles, como tu dices aun debemos dar gracias y estar como estamos, mejor o peor pero aun tenemos un techo que nos cobije, muy triste la expectativa que se nos presenta.
ResponderEliminarBesos.
Lo que he pretendido, Piruja, no es tanto que nos demos por satisfechos con nuestra situación, sino hacer visibles a estas criaturas que no lo son para la mayoría de las personas.
EliminarUn beso
Hola Francisco, comprendo perfectamente a su mendigo José, a la fuerza han desarrollado la manera de ser felices y creo que lo son, por la experiencia que he recibido de muchos de ellos. Nosotros , aún con los recortes vamos tirando y hemos de dar gracias a Dios, porque cuesta dormir en un banco o no tener para comer ni tener a una familia que no les falte lo necesario.
ResponderEliminarGracias por su aportación.
Un abrazo.
Sor.Cecilia
Usted sabe, Sor Cecilia, lo mucho que nos cuesta a los creyentes terminar de creernos las palabras de Lc, 12, 22-34. En cambio ellos es en eso en donde apoyan sus vidas. ¿Acaso son un testimonio?
EliminarUn abrazo
Gracias Francisco, mis recomendaciones a veces no les sirve a esos jóvenes de hoy y tengo que idear otras maneras de llagar a ellos. No es fácil, Francisco, no creen en Dios, pero son buenos, y vamos trabajando.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sor.Cecilia
Yo no niego a mis lectores mi condición de creyente, pero no trato de imponer nada a ninguno. Entre mis lectores y amigos, cuento con un buen número que simplemente me respetan como yo a ellos. Como el maestro, no hago acepción de personas y seguro que muchos de ellos son mejores personas que yo.
EliminarUn abrazo
La codicia es la que hace que no se tenga Felicidad y eso va precisamente unida a los que poseen grandes capitales....el afán de atesorar dinero no le hace disfrutar de las pequeñas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo.
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Y no sólo eso. Los bienes de la tierra son limitados, para que una personas pueda atesorar, ha tenido que quedarse con lo que debería disfrutar otro. En este primer mundo, donde muchos pasan necesidad, tiramos al día toneladas de comida. Los países ricos van a explotar los bienes de la naturaleza de los países pobres, enriquecen a los caciques y dejan al pueblo en la miseria. Este es un tema interminable. Muchas gracias.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, que duro es tener que estar en la calle a merced de lo que al vida quiera regarnos, mejor dicho regalarles. Aunque nadie tendría que mendigar si los que más tienen más pagasen y se distribuyera mejor la riqueza. Qué duro es que esta persona tenga que beber para olvidar quien sabe cuantas historias que le han hecho daño, y estar en esta situación. Y lo peor es que cualquiera de nosotros según está el país no podemos ver abocados a esta situación.
ResponderEliminarSomos afortunados de tener un techo, calor humano, y sobre todo amor de nuestras familias y amigos.
Saludos y besos
Somos las personas las que debemos poner los medios para que esto no ocurra, pero al parecer cada uno vamos a lo nuestro.
EliminarUn beso.
Dijo mi jefe el otro día ,hablando de un artista callejero.."Cómo pueden esta gente vivir así"...y díjole yo ..."ellos se preguntan lo mismo de nosotros..."
ResponderEliminarbesos,querido Paco.
Te deseo un dulce otoño.
Lo cierto,, Reyes, es que creamos una frontera infranqueable entre ellos y nosotros; luego nos refugiamos diciendo que ellos no quieren salir de esa situación y que se les ofrece un albergue y no quieren. ¿Nos preguntamos, a caso, qué les ha llevado a esa situación?
EliminarUn beso y un dulce otoño también para ti.
Sinceramente sera feliz, pero no seria mejor el cafe y la tostada que el vino? hay que que no entiendo, lo siento. un abrazo
ResponderEliminarOrgánicamente sí le vendría mejor el café y la tostada, pero en su situación nadie puede pasar sin el "abrigo" de un cartón de vino.
EliminarUn beso.
Si el tipo de vida es elegido libremente, todos son respetables. A mí, estas situaciones, por desgracia tan comunes últimamente, me llevan también a agradecer y valorar lo que me ha tocado vivir.
ResponderEliminarUn beso
Creo que la reflexión que has hecho es la más común a todos: gracias por ser y estar como estoy. Pero hay algo que pongo en duda, que una persona decida por sí mismo estar en esa situación. Más bien pienso que es una situación devenida por un sin fin de posibles causas.
EliminarUn beso.
Se me había pasado esta entrada y como no soy de los que dan por muertas las entradas antiguas -y eso que no ando muy sobrado de tiempo- la he leído con mucho interés. También sus comentarios. No sé si llegarás a leerla. He leído en uno de los comentarios que quizás este hombre sea así feliz. La felicidad es un estado de paz interior. No diré pues, que este hombre a fuerza de costumbre, y puesto que la felicidad no consiste en tener sino en ser, lo sea. Eso sólo lo sabrá él, pero lo que sí sé, y estoy casi seguro de ello es que no hay nada de voluntarismo en su situación. Sus circunstancias de miseria no habrán sido buscadas, sino encontradas contra su voluntad. Y una vez encontrada una cuesta abajo es tan fácil caer por ella y cada vez a mayor velocidad; y tan difícil detenerse, dar la vuelta y subirla, sobre todo sin ayuda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra mucho tu comentario, además, estoy radicalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.