Verbo esquivo, como dúctiles manos
que acarician los entornos áridos
para soslayar la opinión límpida;
escurridizo cual pompa de jabón
tornasolada de perfiles vagos
que eluden o lidian en lo perspicuo.
¿Y qué hay de la viga en el mío?
Verbo que quiere aplomarse rehuyendo,
atrincherado en manos que quieren ser
blancas, mas cargadas de cobardía
por evitar el cuerpo a cuerpo y huir
con bálsamos de contentación sosa
que acaso sólo a algunos satisface.
¿Y qué hay de la viga en el mío?
Verbo esquivo, mentiroso y falaz
de formas sutiles y amaneradas,
que se oculta en la tangente vidriosa
como parapeto que quiere ser
indemne, sin llegar por ello a agradar
sus edulcoradas formas vacías.
¿Y qué hay de la viga en el mío?
Querido Paco, te propongo un tema "sin esquivar".
ResponderEliminarMe refiero al asunto de considerar -o no- lo de enviar militares/as a AFGANISTÁN en "misión de paz".
¿Es misión de paz matar civiles colateralmente ? ¿Con la "crisis oficial" que padecemos es razonable este inmenso gasto de dinero público?.
De eufemismos y vericuetos lingüísticos está el mundo lleno.
ResponderEliminarOtra entrada que me perdí en su día.
Abrazos, Paco.
Eufemismos en la literatura es un recurso más para subrayar aquello que se quiere decir; en cambio en la vida social y política, los eufemismos son una canallada con las que desvirtuar la verdad de las cosas.
EliminarSólo porque tú rescates las antiguallas perdidas, merece la pena volver a reproducirlas, Cayetano.
Un abrazo.