26 febrero 2010

PERTINAZ SEQUÍA; LLUVIA PERTINAZ

A los Joaquines que me siguen y me leen con fidelidad

Que el hombre le ha perdido el respeto a la naturaleza es bastante evidente, como también lo es que somos una sociedad inspirada en el movimiento pendular de los extremos. Con nuestras escasas anchuras de miras se nos ha olvidado que los procesos vitales son cíclicos, que detrás de un monte hay otro monte y que las olas tienen secuencias y compases musicales, que los años de abundancia serán seguidos por años de escasez (Gn 41, 2ss), que los cauces secos de los arroyos son el aliviadero natural de los montes, y que la energía potencial del agua es más fuerte y poderosa que nuestro engreído endiosamiento de dominadores del medio. Y así, en la ceguera de la suficiencia humana, hemos construido en propiedad ajena, hasta que la naturaleza que tiene memoria de elefante y cédula en el registro universal de la propiedad dice esto me pertenece. Y de aquellos atropellos estas inundaciones.

Hace unos meses, a regañadientes, se trasvasaron unos hectómetros de agua a las Tablas de Daimiel ante lo irreversible de la situación, aunque hoy rebosan abundancia; los escuálidos pantanos de anteayer, de todas las cuencas, están desembalsando ante el peligro de que salten por los aires las presas; hemos pasado de la Visa Oro a la proliferación de las tiendas de chinos con el mismo visto y no visto con el que los bancos daban créditos hipotecarios por encima del cien por cien de la tasación del inmueble y ahora han tenido que ser ellos apuntalados por el erario público. Hemos pasado del boom de la construcción al ladrillazo, de ser país de emigrantes a receptor de ellos y de paso que sean los venidos de fuera quienes paguen nuestras pensiones, y quienes aumenten el índice de natalidad de los que antes éramos familias muy numerosas; de exigir la pertenencia al G8 por derecho propio, a mendigar algo de prestigio en el concierto internacional para que el dinero no trate de huir de incertidumbres. Hemos cerrado temporalmente El Bulli, pero cada día abren nuevos comedores de la misericordia.

Esperemos que algún día aprendamos que lo mucho es vecino de lo poco, como la tormenta de la calma. ¿Comprenderemos alguna vez el ritmo de los tiempos? ¿Aprenderemos de una vez por todas la media aritmética?

1 comentario:

  1. Hombre Paco, me alegra que toques este asunto con tu habitual buen estilo.
    Me alegro porque está muy relacionado con uno de los que yo te iba a proponer: El que llaman "CAMBIO CLIMÁTICO".
    Como mi estilo es más bruto lo comento directamentre:
    ¿No te suena un poco rollo, no te suena como lo de la Gripe A sin ir más lejos? ¿Es que hay que tragárselo aceptándolo como un dogma? Te has fijado qué calladitos están desde hace meses(desde que llueve y nieva etc. con normalidad) los del cambio climático con sus nefastos augures del fin del mundo y catástrofes innumerables?... Nadie se acuerda de los ciclos de la NATURALEZA, habituales a lo largo de los siglos.
    ¿No huele a un interés económico inmenso por los grandes manipuladores de la humanidad, grandes empresas, grandes financieras, multinacionales... y los políticos (todos de cualquier signo y en todos los países) que les hacen el juego? ¿Y qué me dices de los medios de colaboración, perdón quería decir los medios de comunicación?

    P.S. tengo otros temas en cartera, esta era uno de ellos.

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