Primavera en Sevilla:
la tarde le ha dado
un mordisco al sol
y se ha quedado compungida
y desolada;
paraguas en ristre
resopla el desaliento
cuando el gris se hace
protagonista.
Escalofríos de madera
policromada,
de gubias diestras
y recamados de oro
que perfilan lo divino
con el pulso humano
por el sendero que aroman
capirotes anónimos
y promesas no confesadas.
Me imagino que estará habiendo de todo: nubes, sol y lluvia.
ResponderEliminarDisfruta lo que puedas.
La semana ha dado para todo, procesiones y decepciones, bellos cortejos y algún que otro remojón. Yo suelo verlo por la tele local y no en la calle.
EliminarUn abrazo.
Tu poesía muestra lo que una no ve respecto a las acciones de tantos talladores que amorosamente habrán hecho esos trabajos. Nada enturbia el momento, imagino. Abrazo y bendiciones.
ResponderEliminarHe intentado dar una visión panorámica de lo que ha sido la Semana Santa este año.
EliminarUn cálido abrazo.
Tus palabras recogen el sentimiento de tantos sevillanos que se han quedado sin procesiones, menos mal que la lluvia dio tregua a la madrugá.
ResponderEliminarSAludos.
Ciertamente han podido procesionar la inmensa mayoría, aunque el Jueves Santo no pudo hacerlo ninguna.
EliminarUn abrazo.
Un fuerte abrazo. Que por el mundo haya menos promesas no confesados, más arrepentimiento y buenas acciones para resarcir ofensas.
ResponderEliminarSi algún sentido tiene este medio medieval de las procesiones es el de evangelizar.
EliminarUn fuerte abrazo.
Como casi dice el refrán, el año que viene vendrá otra Semana Santa, no es el mismo refrán pero se parece al de "mañana será otro día".
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente, Emilio. Imagino que en Granada ha sido algo parecido.
EliminarUn abrazo.