Pintura de Montserrat Gaudiol |
Una mancha desparramada
que quiere ocupar el absoluto,
una masa amorfa, deslindada
de cualquier fidelidad
puntillosa
o contorno delineado;
una confusión de tu cuerpo
y mi cuerpo,
de tu exuberancia y mi
poquedad,
que un día se avecindaron
cuando nos miramos
y nos desintegramos
recalando como destino en el
infinito.
Una mácula de rojo
incandescente
en el derroche azul de tus
volantes,
una ola lila en la
ensambladura,
una libélula violeta
que revolotea y vislumbra
tu rostro sobre el mío.
Dos manos. Sólo dos
de las cuatro que fueron
antes de que nos devoráramos
en los pigmentos
de tu piel y mi piel
hasta hacernos unicidad.
¡Maravilloso!
ResponderEliminarMe complace que te haya gustado, Tracy.
EliminarUn fuerte abrazo.
No sé cómo será la canción , no la conozco. Claro que sé cómo es el violeta y también sé que tus versos hoy le cantan al amor apasionada. También lo conozco.
ResponderEliminarUna preciosura !
Apapachos !
La canción es esta y ya la has conocido. No tiene música porque es para susurrarla al oído. Gracias por tu opinión siempre favorable a cuento escribo.
EliminarApapachos.