Sol tenue;
habilidad o suerte,
he encontrado un espacio
en un banco al sol
—piedra helada—;
entre tiritones, leo
a Esther Ramón
e incendia mi espíritu
de emoción, salpicada
con sangre de Reses.
Mi nieto salta y brinca
en toboganes gélidos
y yo guardo la ropa
que le sobra:
con el tiempo, la sangre
bombea a velocidades
bien distintas
e inversamente proporcional
a los años.
Bajo un árbol desnudo,
el sol se ha filtrado
por entre el ramaje
y es lámpara que ilumina
esta fría mañana,
mientras tejo
lecturas y desvelos.
no me gusta el frío pero no tuve más remedio que sentirlo en mi piel, tus versos me llevaron a eso. He visto a tu nietito saltando, corriendo, brincando.Siempre digo que la abuelitud es un estado de gracia. No existe otro lazo que se sienta con tanta intensidad..
ResponderEliminarNo sé como explicarlo , como voraz lectora siempre encuentro algo que tiene que ver con lo que pienso. Andaba buscando el por qué de estos sentimientos que no se parecen a ningún otro y leí que tiene que ver con la unión del inicio de la vida y el final.
lo pensé y creo que sí , es eso. Y el final no quiere decir la muerte sino el ocaso de la vida., el atardecer...
¡APAPACHOS ! :)
La "abuelitud", ¡qué palabra tan bella! Estas licencias, este saltar el muro del diccionario es una bella forma de crear, un verdadero estado de gracia.
EliminarEs cierto cuanto dices, María del Carmen, la vida del bebé se asemeja a la del anciano. Mi mi nieto ni yo estamos en esa misma situación, pero sí en su periferia y no deja de ser un encuentro amado en el que las dependencias les van dejando a ellos y nos caen encima como losas a nosotros.
Apapachos.
Nada puede impedir esos hermosos momentos que pasas con un nieto, ni el frío.
ResponderEliminarMuy tierno!!
Cariños.....
La ternura está especialmente en la predisposición, en ese acercamiento que nos complementa.
EliminarUn beso.
uyyyy ue diferiencia, pero los años son asi. un abrazo
ResponderEliminarViene a ser una especie de vasos comunicantes que los iguala el amor, la pertenencia del uno al otro.
EliminarUn beso.
Amigo Francisco, no seas humilde, por tus venas bombea la sangre en forma de poesía, una forma de la que no pueden presumir muchos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, Emilio, pero a menor número de grados que a los de nuestros nietos.
EliminarUn abrazo.
Gélida mañana; pero estás de suerte. En Sevilla, el invierno son dos meses. No veas en la meseta castellana la que está cayendo. Aquí se inventaron lo de las castañeras para que la gente pudiera calentarse las manos. ¡Brrrr!
ResponderEliminarUn saludo.
Mejor no quejarse mucho... En Moscú estamos hoy a -9 ºC... ;)
EliminarY en Oimyakon -39 ºC...
http://globaldiscussion.net/topic/253-oimiakonla-zona-habitada-m%C3%A1s-fr%C3%ADa-del-planeta/
Así que siempre hay quien está peor. ;)
Todos los valores son relativos, como apunta mi hijo Carlos. Cuando el venga en Navidad, si Dios quiere, le parecerá que llega al trópico.
EliminarUn abrazo
Paco, has plasmado con mucha calidez la fría mañana sevillana...he sentido el amor de ése abuelo por su nieto, por la naturaleza decadente del otoño casi invierno y sobretodo, el amor a la VIDA.
ResponderEliminarAy amigo mío! para cuándo una recopilación de estas maravillas?? quiero tenerlas en la cabecera de mi cama, como tengo a Neruda y también a Benedetti...
¡Madre mía, tú también, Asun! Parecen como órdenes militares del alto mando chelero o de su influencia. Todo llegará, querida amiga.
EliminarUn beso.
Un abrazo y bendiciones, como siempre un delirio de emoción al leerte, gracias,
ResponderEliminarMuchas gracias, Montse, te he extrañado mucho.
EliminarUn beso.
Mientras los niños juegan, los demás vigilan y se entretienen como pueden ,verdad, primo? A buscar ese sol que tanto apetece en invierno. Besitos.
ResponderEliminarYo no aguanto mucho de pie, pero el banco estaba tan frío que se hacía insoportable; a él en cambio le sobraba la ropa. ¡Qué bonita es la infancia!
EliminarUn beso
Mientras ellos acalorados sudan por fuera, nosotros, helados, sudamos por dentro.
ResponderEliminarUn beso.
Esa es una pincelada más de cómo se aprecia la vida cuando estamos con los nietos.
EliminarBesos
De ahí que la madre ponga al niño una rebeca cuando ella tiene frío.
ResponderEliminarTu nieto tiene suerte de tenerte a ti para sostenerle el abrigo mientras tejes en tu mente los hilos de un poema.
Un abrazo Fco.
Precisamente eso es lo que pasó, que a él le sobraba todo y yo con todo tenía insuficiente; y entre tiritones y lecturas, surgió esta letrilla.
EliminarUn beso,
Se adivina en tus letras la felicidad de ver crecer a un nieto, de saber que sin abrigo no tiene frío, que está protegido por tu mirada. Dos personas felices. Saltos y brincos
ResponderEliminarGracias, Ester, por tu definición tan bonita.
EliminarBesos.
Son momentos propicios al vagar del pensamiento mientras se observa, se siente, se lee...
ResponderEliminarY el sol intentando iluminar esos instantes, pugnando contra el frío.
Te ha quedado bonito y entrañable.
Besos.
Gracias, Marinel, no es algo extraordinario, pero sí entrañable.
EliminarUn beso.
Hola Francisco, lo que a los jóvenes les sobra nos falta a nosotros verdad amigo?, esas calorías que no hace mucho nos sobraban ahora las buscamos al calorcito del sol, pero lo bueno es que las sigamos buscando y mas en compañía en tu caso de los nietos, precioso como siempre querido amigo:)
ResponderEliminarBesos.
Con los años se escapan las calorías por las rendijas de los años, pero afortunadamente no así la ilusión de vivir.
EliminarUn beso
Hola Francisco. Mando para ti y para todos los que estén pasando frío el calorcito de mi isla: el calor de las playas al sol y el menor calor de la cumbres en las que a veces nieva. Pero sobre todo les mando a todos el calor de los grancanarios de bien que somos la inmensa mayoría.
ResponderEliminarEres muy generoso, Ángel, y se te agradece ese gesto del que nos llega tu intencionalidad.
EliminarUn abrazo
Hola Francisco, te imagino sentado en el banco frío, arrebujadito en tu abrigo bajo las ramas de ese árbol por donde penetran esos rallos de sol cansado, que ya calientan poco. Viendo como tu nieto baja por el tobogán mientras tú le robas unas palabras al libro que tienes entre tus manos.
ResponderEliminarSabia nueva corre por las venas de los más jóvenes. Aceite puro para el candil que ha de brillar como brillan las estrellas nuevas del firmamento. Mientras unas estrellas nos vamos apagando poco a poco, ellos tienen que alumbrar la tierra y el firmamento.
Disfruta de tu nieto en el parque, y abrígate mucho.
Saludos y besos
¡Qué poético te ha salido el comentario, Isa, precioso y muy ajustado a la verdad!
EliminarUn beso
Ummmmmmmmmmm, perdón, rayos que me equivoqué :-)
ResponderEliminarMás besos
Tienes muchos más aciertos que errores y errar es de humanos.
EliminarOtro beso bien merecido.
Da gusto pasear en estos días por el sol, por las tardes doy garndes paseos aprovechando estos deliciosos rayos de sol....tiempo tendremos de hir de él cuando llegue el verano!
ResponderEliminarBesos
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Pasear abrigados es muy agradable, pero sentarse en un banco de piedra... ¡Breee!
EliminarUn beso.
Momentos de alegría al lado de tu nieto, disfrutando del sol y de una agradable lectura. Podría decirse que esta en una perfecta definición de la felicidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Rafael, uno de esos momentos dulces que nutren el alma.
EliminarUn abrazo.
Preciosa poesía, y preciosa estampa la que describes acerca de tu nieto y tu en compañía del sol y los toboganes. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Katiuska, por tu delicada apreciación.
EliminarUn beso.
Un agradable paseo bajo el sol aunque el frío se note en la brisa, pero el entorno se caldea desde las emociones.
ResponderEliminarUn placer leerte, Francisco, en este día festivo.
Un beso.
Efectivamente las emociones nos sobreponen a las contrariedades de la vida, que no son pocas. Muchas gracias.
EliminarUn beso.
Entre la piedra helada de la realidad y ese libro que incendia tu espíritu...Esta tu nieto, que mueve la vida y la manivela de tu ánimo y tu ilusión...Mi gratitud por compartir y mi abrazo grande, poeta y amigo.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias, María Jesús, por tu cercana calidez en los comentarios.
EliminarUn beso.
Seguro que has pasado una mañana estupenda, aunque hayas acabado rendido. Ten cuidado con la cistitis, lo digo por lo del banco de piedra helada. Eso es cuidar a un niño y no como sucede con algunos padres (y madres) que lo hacen con el mando a distancia. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarJajaja. Por eso estuve la mayor parte del tiempo de pie, aunque no es mi mejor estado de equilibrio.
EliminarUn fuerte abrazo.