La tarde se muestra
generosa en luz y entre
bostezos grises
se estira y estira cada día
un poco más,
como evacuando sombras
para que del hondón del deseo
germine la ansiada
primavera.
En mis huesos, el musgo
articular
pronuncia sentidas elegías
y mira esperanzado
esos brotes verdes e
incipientes
que van transformando los
naranjos en eclosión
de cascada aromática, de
blancor sublime.
El sol, en su declive,
rehúsa de forma lastimera su
claror,
prometiendo regresar mañana;
mientras, en el balcón vecino
del otro lado de la calle,
sangra un geranio:
una profusión de arpegios de
colores.
Avisos fisiológicos y climatológicos de que el ciclo natural se va a renovar otro año más. Qué ganas tengo de que se vaya el frío y oscurezca tarde.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Con la bajada de las temperaturas y lluvias que se anuncian para hoy, es más un ardiente deseo que una realidad. Gracias, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Querido Paco: ese poema triste, magnífico,lastimado,reflejante de tu mismo me lleva a averiguar esos días que de a plomo nos regaló la vida y que ahora el rojo de una tarde refrendado en un clavel nos traiciona.así es y así debe ser aunque lo difuminemos ellas con siliconas y nosotros con añoranzas. Mi aplauso querido y bien ponderado poeta.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Chema querido, por tan bello comentario.
EliminarUn abrazo.
Hay que estirarnos y evacuar sombras para dar paso a la luz primaveral, que ya se acerca...La vida nos quiere "sangrando" como los geranios, amigo...Buen manojo de metáforas, que nos inspiran y nos elevan, Francisco.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño...Feliz finde.
Muchas gracias, María Jesús, por dejarme tu opinión y siempre tu aliento.
EliminarUn fuerte abrazo.
Aquí se acerca el otoño. Hoy no me alcanza el pecho para tanta tristeza. Pero yo sé que el sol va a regresar mañana. Si, yo sé. Gracias Francisco. Te abrazo.
ResponderEliminarAunque en hemisferios distintos, somos relojes con ligera diferencia horaria que no distorsiona la comunicación y el entendimiento. Gracias, Adriana.
EliminarUn abrazo.
'Que no cuide la lengua el recato, ni importe el arder de mis efímeras alas que el fuego seduce y enciende.
ResponderEliminarPorque no asfixiaré el aliento de mi bien por sentir agrio su fruto, ni renegaré por vergüenza el placer de desangrar mi savia sobre el papel, si es que sólo a mi pretendo complazca lo que ofrezco cuando poesías susurra la caridad de un alma ya reseca por marchita.
Ya desperezo sin reposo al amanecer de una marcha que sin rumbo propone nortes al éxodo de su deriva.
Y así doy paso al primero de los pasos. Y así doy luz de auroras a palabras que pueden acercarme un poco de belleza por miel a los labios.'
Un abrazo, Francisco
Muchas gracias, Merche, por desangrar tu savia en tan lindo comentario.
EliminarUn abrazo.
Por más que cantamos la primavera no logra llegar, ni por acá tampoco. Pasará de largo, parece.
ResponderEliminarUn beso de anís.
El tiempo no deja de cumplir ninguna de sus misiones, por malos tratos que le de el hombre a la Naturaleza. Aunque no la merezcamos, llegará la primavera y eclosionarán los colores.
EliminarBesos anisados.
Todo apunta a que la primavera está asomando
ResponderEliminarMe da en la nariz de que es así, querida Tracy.
EliminarUn abrazo.
La primavera, que bonita y cuanto la deseamos,por estos lares se nos adelantó y creíamos fuera el invierno pero el invierno ha vuelto y con ganas; pero como tú dices volverá en su momento, y lo mismo pasa en nuestra vida, lo cuál es un aliciente para no desmayar esos días que se nos hacen invierno. Gracias y un abrazo.
ResponderEliminarEstamos seguros de que va a llegar, como estamos seguros de que lo necesita nuestro cuerpos como inyección de ánimo. Muchas gracias, katiuska.
EliminarUn fuerte abrazo.
Llegará radiante y cantarina, restaurará los huesos y la piel y nos hará emocionarnos con su efusiva muestra de colores y vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Francisco.
Que llegue, Marinel, que nos deleite con sus canciones livianas y con la efervescencia de sus ayes de amor.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Francisco. La primavera está al llegar. Y seguro con ella se irán o apaciguaran los achaques del invierno y de su frialdad. Bello poema.
ResponderEliminarAbrazos
Y como siempre sucede, Isa, llega con sus altibajos, sus sorpresas y remojones: publico este poema el viernes y vaya aguaceros y frío de este fin de semana.
EliminarDos abrazos, a compartir con Antonio.