11 agosto 2016

UNA ATINADA ANOMALÍA



En el vocabulario del amor,
la rosa, la primavera y la noche
gozan del prestigio indiscutible
que, a fuer de repetitivo,
evocan al amor como el olor
a tierra mojada pronuncia “lluvia”
sin poder ni querer callarlo.

Te conocí a pleno día y en septiembre,
y como todo esto dista de los cánones,
se está haciendo tan duradero en el tiempo;
tú y yo, tan abrochados el uno al otro,
que no sé si esto es amor o tal vez,
¡quien sabe! una atinada anomalía.

2 comentarios:

  1. Francisco, siempre decimos que nada es casual, que todo tiene su razón interna y su sentido...Esos hilos del universo nos mueven a todos y también nos conmueven.
    Mi abrazo y feliz semana, amigo.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  2. Lo de la primavera y las flores es para los señoritos que se quedaron en los libros dulzones de Corín Tellado, tú eres más de Bécquer y Neruda. Verdaderos románticos. Donde esté una buena tempestad...
    Un abrazo, Paco.

    ResponderEliminar