31 mayo 2021

LO CONOCIDO Y ETERNO

 


 

Me despertó el rumor de las olas,

ese vaivén incesante

con el que la mar juega

a hacer que se sale del plato azul

como si quisiera trasponer

al otro lado de la duna.

 

Esa música siguió acariciando mi oído

durante ese tiempo indefinido

del duermevela,

mientras me desperezaba

y desembarazaba de las sábanas.

Anticipo vivido. Tal vez soñado.

No estoy seguro de ese tiempo incierto

hasta salir de la cama

y restregarme la cara con agua y jabón.

                                  

Ya en la playa, ese repelús

de las primeras luces desperezándose

por entre el cielo y el agua,

premonitoria de un día despejado.

 

En los pies desnudos la caricia del agua

y esa leve resaca que juega y adentra

para desequilibrarte e improvisar el baño.

No hay meta. Andar de frente, hacia el levante,

hasta que los rayos de sol

hieran en los ojos y haya que dar la vuelta.

 

El ocio es siempre caprichoso,

pero si se busca en la naturaleza

y en las cosas sencillas,

es doblemente reconfortante:

ahí está la banda sonora de lo ancestral

y también lo conocido y eterno.

30 mayo 2021

RESIGNACIÓN



En la casa de mi infancia, la escalera,

como las del noventa por ciento

de las calles del pueblo,

era un ensayo de ascensión

a los cielos.

 

Entre muros del grosor de aquel tiempo,

una pendiente tan pronunciada

que parecía una rampa vertical

sensiblemente echada,

cuyos escalones ─losas rojas y blancas─

una especie de prueba atlética

desigual para cada uno de nosotros.

 

Entonces era un niño y recuerdo

subir y bajar a la velocidad de la infancia

y cómo la mesura de mi madre

tomaba cada tranco con otro sosiego.

 

Avanzado el tiempo

y pronunciadas las fragilidades,

ella evitaba hacer vida fuera del bajo

y acabó renunciando a las alturas,

aunque sin mostrar la menor amargura.

 

Ahora siento sobre mis miembros

esa misma fragilidad de mi madre

y tampoco podría subir aquella escalera,

y también lo inevitable con materna resignación,

satisfecho de haber llegado hasta aquí.

29 mayo 2021

PARA IR AL PARQUE


Pandemia. No ha terminado. Ya lo sé,

pero me escapo cada vez que puedo

y me familiarizo con los colores

de la primavera. Todos nuevos.

 

Virginales. Son como un muestrario

de tintorero, con esa gama variada

de tonalidades del claro al oscuro.

Indecisión. Así llamo al que me apresa.

 

Sencillez. En el pasto humilde,

bajo la alfombra que pisan los pies

y apenas si le prestan atención

el resto de los sentidos. Verde.

 

Hojas y pedúnculos. Tréboles de una

o múltiples hojas para un profano,

forraje salpimentado de amarillo

que glosa los sentidos. Colofón.

 

Junto a la mansa acequia,

como goterón de tinta en la plana

que los ángeles rotularon con esmero

y empeño inusitado. Lirios.

 

Atardece. Sombras oblicuas que se deforman

tratando de ocupar todo el espacio;

en el parterre, una concentración

de delicados matices. Bermellón.

 

Declive. Tiempo de regresar,

de volver sobre los pasos dados

y reintegrase en el encierro preceptivo,

a pesar de la vacuna. Precaución.

 

Para ir al parque, le he pedido prestado

un retazo de ilusión a mi nieto Alejandro.

28 mayo 2021

FLORES


Bosteza cabizbaja la mañana

con delicado nombre de mujer:

Alba.

 

Por entre la reja de espinos

se ha incendiado una flor:

Rosa.

 

Al revuelo de aromas se abren

los cielos con visión novedosa:

Azucena.

 

Por el camino, en una mancha verde,

blanquea como un pequeño sol:

Margarita.

 

En el trigal, un rumor carmesí

pone el alegre contrapunto:

Amapola.

 

Desde la maleza, a los pies del romero,

se asoma y curiosea muy ufana:

Azalea.

 

Cuando atardece, ya todo ensombrecido,

vuelve el sopor y se despereza el día:

Dalia.

 

A todas hora, a tiempo y a destiempo,

con motivo o sin él, un nombre de mujer.

27 mayo 2021

PRIMEROS PLANOS

 


 

Dicen que los sentidos nos engañan,

que la realidad dista un tanto

de lo que apreciamos;

pero, ¿qué ha de quedar de la vista

si dudo de la belleza de la flor

y el fruto no es nutriente alimento

que primero entra por la visión

y más tarde sacia?

 

Aprendí a mirar en alzado,

también en planta y perfil

como síntesis o representación visual

de lo que captan los ojos

y se materializa en la mente;

luego acepté la deformación de la perspectiva

y de la rotundidad corpórea

de los primeros planos.

 

Pero un día, cuando fuiste presencia,

cuando me tembló el pulso ante tu cercanía,

cuando tus palabras respondieron

a mi mirada,

cuando finalmente degusté

el jugo de tus labios hasta saciarme,

entonces supe

que lo que la visión sugiere por aproximación

es el paladar quien lo corrobora.

26 mayo 2021

AJEDREZ


Como campo de batalla

cubierto de valles y oteros,

de imaginarias líneas divisorias

que sólo el color del terruño

sabe de sus lindes;

así, toda una división dispuesta

y en orden de combate

a la espera de la voz de mando,

bajo la alternancia del cronómetro

que deja la respuesta en campo contrario

detrás de cada acción.

Alineación perfecta y estructurada

por los escaques de proximidad al enemigo:

al frente, dando el pecho,

un batallón de peones con su escasa resistencia

y ofensiva de poco alcance;

la inquieta caballería,

con su marcado trote titubeante

al amparo de las torres

en sus fornidos desplazamientos

y el oblicuo alfil traza intimidando

una diagonal protectora

por los entornos de palacio.

La ambidiestra reina hace alarde de destreza

y el rey otea desde su trono

la evolución,

en espera de salir indemne y victorioso

sin doblegarse.

25 mayo 2021

Y SI UN DÍA…


Y si un día

me tomaras la delantera

y desaparecieras para siempre,

si se enajenara tu espíritu

y tu cuerpo fuera un fardo pesado,

un peso muerto…

 

Se desplomaría la ciudad,

amarillearía el sol hasta oscurecerse,

dejarían de soplar los vientos

y la brisa sería música fúnebre;

se cegarían los caminos

con portillos intransitables,

amargaría el agua

y se quedarían anulados los visados,

los fielatos y hasta la municipalidad;

entonces, deambularía de un lugar a otro

hasta dar con la puerta de salida

y encontrarnos de nuevo en la luz.

24 mayo 2021

CAMPOSANTO

 


 

Alienación de cipreses,

mármoles, fechas y rótulos

en busca de perpetuarse por encima

de lo perecedero,

de no querer dejar de ser

y encaramarse a lo efímero

para habitar la nada.

 

Un trabalenguas de nombre y apellidos

que se repiten en competición

con el esporádico ingenio

de algún epitafio como burla

y flores que se marchitan

en el desencuentro de la espera.

 

En el jardín del sueño eterno,

una competencia entre los vivos

por la hegemónica apostura de los muertos,

a quienes rotulan promesas imposibles

y afirmaciones que dejan en duda.

 

Como excentricidad fuera de lo común,

algunas obras de arte

que en bronce o piedra

quieren llevar la contraria a la muerte

y que el tiempo se ocupa de derrotar.

 

Entre la arboleda y la piedra tallada,

un silencio sepulcral,

presidido por la dulzura

del Cristo de las Mieles,

subrayando el sinsabor de lo amargo.

23 mayo 2021

CADA DÍA


Insisto cada día en intimar

con las palabras, buscar sus cantos,

perfilar sus significantes y significados,

vislumbrando su acento.

Y de ese trato habitual, vocablo a vocablo,

surge y se fija sobre el papel

un deseo poético que busca su entidad.

 

En el proceso creativo sobrenadan

las lecturas, las emociones y los quebrantos,

las vivencias que quieren enraizarse

y ser por siempre presente en cada nuevo verso,

actividad sin fin que se renueva cada vez.

 

Me gusta paladear cada palabra,

engarzarla a la anterior y a la siguiente

como cuentas de un mismo collar

que habrá de lucir por sí mismo

y en especial en el ornamento lúdico

de cada uno de los lectores.

 

Cada día, según detallo,

una nueva experiencia

como fuente del conocimiento.

22 mayo 2021

MÚSICA CALLEJERA


Las calles están desangeladas,

en especial el centro de la ciudad

empeñado en un luto de lento fluir

desde que se instaló la pandemia

con su ala ensombrecida

y el pavor de una inmensa mayoría.

 

Ese bullicio de otro tiempo

es hoy escasez deslavazada,

de incierto porvenir

y muy ojeroso aspecto.

 

Los escasos viandantes buscan la sombra

y el castigo de un pésimo acordeón

provoca más bostezos que acordes

arrastrando sus tristezas balcánicas

y la palidez de un tiempo tan violáceo

como indefinido y mustio.

 

Algunos músicos callejeros

tienen más de calle que de músicos,

pero ni siquiera ofenden al repertorio,

tan solo muestran sus debilidades

junto a su empeño por agradar

y las claves de sol o fa que el pan exige.

 

Se diluyen las notas calle abajo

con el mismo abandono que se advierte

en el desaliño de su ejecutante,

y un reguero de nostalgia

hace pensar en los numerosos vencejos

que serán multitud en la plaza al caer la tarde,

en sustitución de ese vacío

que hoy por hoy se apropia del comercio.

21 mayo 2021

LOS VIEJOS CONOCIMIENTOS



Con la ayuda de Arquímedes

llegué a comprender la flotabilidad

y ese empuje vertical y hacia arriba,

principio de una estabilidad

que sin su ayuda me era incomprensible.

 

Pero levanto los ojos al cielo y me pregunto,

¿En qué roca, en qué amarras, en qué arnés,

quién sujeta o qué lo articula y sostiene?

¿Cuál es el causante de que se sustente la bóveda del cielo?

 

¿Por qué viales circula cada estrella,

cada cometa, cada planeta?

¿Con qué energía? ¿Dónde repostan

y qué expertos conductores

manejan sin error las autovías del cielo?

 

En la noche de mi ignorancia

no hay corporeidad ni masa que levite,

no hay tendido eléctrico,

no hay consumo ni factura; tan solo equilibrio.

 

Cambian una y otra vez los planes de estudios,

pero a mí todo llega tarde: debe ser cierto

que no se baña uno dos veces en el mismo río.

20 mayo 2021

VUELVE EL PASADO

 


Cenizas, sedimentos de un fuego

que fue incendio apasionado

y ahora es por siempre pasado:

la cicatriz de una lesión bien o mal cerrada

que reaviva la brisa de la memoria.

 

Basta dejarse seducir por los recuerdos

para que de las pavesas

se enrojezcan las evocaciones

y se reproduzcan las secuelas

del ayer tan ansiosas de actualizarse.

 

La negación es un umbral,

no un malecón,

que la insistencia desborda

machaconamente

hasta que baja los brazos a un pasado

que quiere actualizarse.

 

En ti, en tu férrea voluntad,

la negativa a ese pretérito trasnochado

que vuelve una y otra vez

reclamando una primera plana

en contra de toda lógica:

nadie vuelve del pasado sino los fantasmas.

19 mayo 2021

CASI CAÍA LA NOCHE


Casi caía la noche,

era ese tiempo del crepúsculo

cuando las sombras se hacen

más opacas y alargadas,

cuando la proyección en el suelo

es una desfiguración gigantesca

que se desparrama con generosidad

y la vida comienza a recogerse.

 

Estaba hecho un gurruño:

recogidos los pies debajo de su glúteo,

los hombros mirándose vagamente

el uno al otro;

guardaba silencio y tenía la mirada perdida

en algún punto del infinito.

 

Eran pocas sus pertenencias,

si bien, le acompañaba un chucho

de escasas dimensiones

que dormitaba enroscado sobre ellas.

 

Lo miré fijamente

y me devolvió una mirada inexpresiva.

Regresé al instante con un bocadillo

y me lo agradeció con un ensayo de sonrisa,

tras compartirlo con su perro.

 

Casi caía la noche,

seguí mi camino envuelto en mis pensamientos.

Él había encontrado acomodo en las sombras,

cada vez más densas

y nadie le observaba.

18 mayo 2021

DESAPERCIBIDO


Nacer al pie de la sierra,

donde el valle empieza a soñar

en planicie y a ser fértil,

donde el agua es música viva

que canturrea la vida

con ánimos renovados…

 

A medio camino entre el infinito sublime

y el horizonte sin fin,

me ha recompensado con esta medianía,

este arco entre agudos y graves

donde discurren las notas

que pisan mullidamente

para no hacerse notar.

 

Mi alegría y mi contento

no pasa por los extremos

sino por esa masa anónima a informe

donde no habitan los primeros

y tampoco los últimos.

 

Mi gozo es precisamente ese,

el estar perdido entre ese anonimato numeroso

del que nadie espera algo brillante;

tampoco el oscuro acontecer

de lo noticioso por aciago.

 

Pequeño, poca posa,

sin ser notable en nada

ni llamar la atención:

desapercibido.

17 mayo 2021

PRÁCTICA ECOLÓGICA

 


 

Ya que mi cualidad pictórica

sigue dormida

y dudo que llegue a despertar,

he encontrado en la fotografía

el medio de preservar a las flores

sin violentar sus tallos

ni ejecutar sus vidas.

 

En la fotografía hay

todo un medio sostenible

del que tantos hablan

y muy pocos practican.

 

Cierto que no huelen,

pero tampoco lloran marchitas,

ni se pudren, ni las deshoja el viento,

ni envejecen sus pétalos,

ni amarillean sus sépalos de sed,

ni su tallo acaba estéril

y semejante a un palo

por la separación de las raíces.

 

Amo a la naturaleza

en su vigoroso ciclo de vida:

nacimiento, desarrollo, decrepitud y muerte;

también en la utilidad

para hombres y animales.

 

Ni animal entre barrotes,

ni derramamiento inútil

de savia o sangre

que solo alimenta la codicia

o la insensible incomprensión

de esos falsos amos

de una propiedad sin dueño.

16 mayo 2021

¡AY DEL AGUA!



¡Ay del agua! Que ha conocido

el escozor de tus lágrimas,

que se deja embaucar

por la musicalidad de tus sollozos

e impertérrita se despide en silencio de la ciudad

y del espectáculo de sus puentes.

 

¡Ay del agua! Que ha escuchado tu lamento,

pero desconoce la herida que lo provoca

y se enraíza en lo más profundo

de tus sentimientos y la desazón del mío.

 

¡Ay del agua! Que arrastra en la corriente

los girones de tu aciago pasado

y en su caminar cansino no hay un descarte

que ofrecer, ni una caricia que esperar,

ni una mirada cómplice y comprensiva.

 

¡Ay del agua! Tal vez dolida, pero taimada

y adormecida a tu dolor, que es también mío;

solo un rictus, un gesto quimérico

es la duda que duerme en su corriente,

del que abrigar una infundada ilusión.

 

¡Ay del agua! ¡Ay de ti! ¡Ay de mí!

15 mayo 2021

AMANECE

 


Un cierto claror grita amanecida

por entre las rendijas de la persiana,

una luz todavía opaca

como infinitud de puntos suspensivos

o el viejo e indescifrable lenguaje morse,

para mi encriptado.

 

Fuera se debe estar produciendo

una lucha titánica entre luces y sombras

como esas mismas lagunas en las que naufrago

sin saber dónde aferrarme.

 

Llega el día con su parsimonia progresiva

sin demora, recorriendo los vanos

de una madrugada en declive que agoniza.

Los locales de ocio son ya bostezos

y en los hospitales se siguen las pautas

prescritas como mascarón de la vida.

Paso a paso se agitan las actividades de la luz

y el tráfico comienza a ser anticipo

del frenesí que la ciudad espera,

a la que no me acostumbro.                    

                                   

Es tiempo de empaquetar los sueños,

de coordinar la actividad neuronal

con el potencial físico, ahora en punto muerto.

Entra el día sajando el velo de la noche

y el descanso oye la voz de un prevengan

que suena a rutinario,

pero que posiblemente venga salpimentado

con un insospechado acontecer.