29 junio 2015

ESTRELLA



Sobre el tapiz verde,
el mullido verde que sueña azul
al borde del agua;
una estrella estrellada
de soledad amarilla,
una mancha,
una salpicadura de vida
que trastoca lo monótono
en áurea alegría.
Así tu sonrisa,
la que a solas sueño
en medio de una muchedumbre;
el acontecimiento estelar
de tus labios, cuando delinean
en el lienzo de los míos
una marcha carmesí,
entre el hastío de un mar
de gente anónima que ni reconozco
ni me reconoce.
Tú y yo;
la inmensidad en medio de la nada.

21 junio 2015

MARISMAS



Por los humedales de las marismas,
los tallos centellean el grano
y las garzas y ánades
chapotean las aguas cálidas
─refugio invernal de la supervivencia─
y el inclemente sol
va bruñendo de brillo el sudor
de la faena agrícola…
El manso estancamiento
es sacudido por los acordes
de picos diversos y andares reumáticos,
pero diligentes y escurridizos en el agua;
mientras la brisa hace música
por entre los carrizos y los matojos de las riberas.
En la Venta, arroz con pato, en sus variables
de mixturas y sabores,
nutrientes exóticos de un paseo dominical;
el camino por la planicie de la mar de tierra
acaba siendo festín banqueteado
en vez imagen bucólica,
y todo acaba desdibujado en la mente.
Ya no pica la garza, pican los cangrejos
por el exceso de condimento:
inexorablemente, la vida se nutre de muerte.

19 junio 2015

CARCAJ



Llevo en el carcaj
un haz de varas de nardo
con los que herir de muerte
tu desapego yerto.
¡Dame una palabra,
tan sólo una palabra;
es verdad que aspiro a un beso
como sello abrasador
de tu rendición
ante mis aguerridas armas,
pero  ─al menos─
no tapies de umbría el umbral
que da acceso al sequedal
de tu indiferencia.
¡Dispárame, espétame, vomítame…!
Tan sólo una, una sola palabra
que astille el cristal desmayado
de este blindaje
al que me esclavizas;
sólo una palabra…  dos, tal vez;
ábreme tus labios
e hilvanaré uno a uno
todos los nutritivos besos
que fui ensoñado.

15 junio 2015

CANCIÓN DE OTOÑO

Fotografía de Charo Morales


Nuestros brazos se anudan
a los días, como trémulos
vibrantes, como acordes
acodados en nuestra rutina;
ramas leñosas y reumáticas,
apoyadas recíprocamente
en nuestras vivencias compartidas;
un crecimiento no siempre
rectilíneo, no siempre ascendente,
pero saboreando la misma sabia
en su gama variable de sabores:
accidentados o torpes, en el precipicio
entre el dulce y el ácido,
sorteando lo amargo o la sedienta sal…

Empero, en tu piel, lago rosáceo,
torrente imperecedero,
tacto dúctil, dualístico, duradero
que nos ha traído a este otoño,
donde tu cutis sigue siendo virgen
y nuestros corazones atemperados,
serenos y anclados en la firmeza.

13 junio 2015

CANCIÓN VIOLETA

Pintura de Montserrat Gaudiol


Una mancha desparramada
que quiere ocupar el absoluto,
una masa amorfa, deslindada
de cualquier fidelidad puntillosa
o contorno delineado;
una confusión de tu cuerpo
y mi cuerpo,
de tu exuberancia y mi poquedad,
que un día se avecindaron
cuando nos miramos
y nos desintegramos
recalando como destino en el infinito.
Una mácula de rojo incandescente
en el derroche azul de tus volantes,
una ola lila en la ensambladura,
una libélula violeta
que revolotea y vislumbra
tu rostro sobre el mío.
Dos manos. Sólo dos
de las cuatro que fueron
antes de que nos devoráramos
en los pigmentos
de tu piel y mi piel
hasta hacernos unicidad.

07 junio 2015

LA EDUCACIÓN

A todos los profesionales de la educación y, en especial, a María del Carmen Nazer.


Bina el pie del naranjo,
poda sus ramas,
escarda las malas hierbas y abona;
vuelve a binar, riega una y otra vez
para que se colme la copa de renuevos verdes
como peinado cardado en las alturas,
como cabellera de un mundo anaranjado
en la verde esperanza
que primero se aroma de azahar;
traza a su pie una poza donde se detengan los invasores
que tratan de mordisquear el tronco
y espera a que el blanco verdee
para, en sazón, ser fruto jugoso.

Así también la educación:
todo un proceso ininterrumpido
que se vive con esfuerzo constante,
a lo largo de los días y los años
en busca del mejor fruto posible.

05 junio 2015

UNA SETTIMANA

Una settimana,
una breve inmensidad que se desliza
por entre los dedos
como pastilla de jabón
que se escabulle por evitar el roce.
Masa de mirones atentos
que discurren tras el señuelo enhiesto
de un líder que parece saberlo todo,
que por fijación entre el todo y la nada
discurren apiñados y solazados
─no fotos, no vídeos, no flash─
algunas prohibiciones en el laberinto
alocado, sucesorio de sorpresas,
todo amalgamado por el arrullo
de la voz amiga que orienta
y la risa como denominador común
de una fraternidad lubricada en crecida.
Crucificado entre dos palos,
he vivido la magia soñada
en los viejos libros de textos
y en las añejas proyecciones de diapositivas:
curiosidad, hechizo, presencia ensamblada
como desfile de obras de arte, todo adobado
con una surtida suerte de pasta al dente
y un dolor irreverente acusando recibo
sin lograr pasar desapercibido
desde su residencial cronicidad.
En la balanza, el gozo plástico y estético,
la calidez de la amistad, las risas, los desvelos;
en las basas y en los capiteles toscanos,
en los arcos apuntados
y en las nervaduras elevadas,
en los muebles y en las incrustaciones,
en las estatuas, en los cuadros y en los frescos,
en el renacer del trecento al cinquecento
en la nimiedad del yo, a los pies del David,
transida de dolencia el alma ante la suma perfección.

David, de Miguel Angel