31 enero 2013

MESÓN COLINA DORA


El pasado 7 de diciembre hablaba del Lacus Ligustinus, que viene a ser el espacio geográfico del suroeste de España que hoy son las Marismas, una de las reservas naturales más valiosas del continente europeo, nombrado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, cuya mayor extensión está ocupada por el Parque Nacional de Doñana. Bien cerca de la ciudad de Sevilla, pasada La Puebla del Río, lindero con Isla Mayor, y muy cerca de la Cañada de los Pájaros, un número considerable de mesones diseminados por entre la arboleda de la naturaleza donde la comida estrella son los arroces caldosos.

 En plena marisma, adentrándonos hacia Isla Mayor, después de dejar La Puebla del Río, un camino vecinal y de inmediato la Colina Dora y el mesón Casa Maruja. No es la primera vez que estuve allí, pero la ocasión sí fue especialísima. Sin haberlo premeditado con tiempo nos dimos cita allí con mi cuñado Benito y esposa, dos de sus hijos y el nieto único hasta ahora. A mi esposa y a mí nos llevó nuestro sobrino Alberto y su mujer, y allí nos encontramos con nuestro hijo Javier, Lourdes y nuestros dos nietos. Así que de repente, de estar habitualmente solos, nos juntamos con casi la totalidad de la familia y con el propósito especial de disfrutar de una comida familiar y de la chiquillería.

 El día estaba fresco, así que nos tuvimos que ubicar en el interior: un saloncito con una mesa de cuatro comensales más la nuestra que venía a ocupar más de la mitad del espacio. En el rincón un chubesqui —estufa de leña— que a los pocos minutos nos había hecho a quedarnos en camisa. Los niños, centro de atracción de todos, pasearon de brazo en brazos mientras nos tomábamos un aperitivo y luego degustamos tres tipos de arroces a cual más sabroso, todos ellos cremosos. Por consejo del camarero, pedíamos tres raciones para cada cuatro y así: arroz con pollo de campo, arroz con pato y arroz con zorzales.

El pollo era como esos que conocimos los mayores de carnes rojizas, prietas  y sabrosas, criados en semilibertad y alimentados sin piensos sino con productos naturales; algo similar es el caso de los patos, criados en situación semejante a los pollos de campo, pero no de esas muchas especies migratorias que pasan el invierno es esos humedales. Los zorzales o mirlos comunes, los consiguen por medios cinegéticos en la zona. Cuando nos dimos cuenta ya casi caía la noche y era el momento de despedirnos, pero estos son esos momentos que uno atesora para cuando las cosas vienen mal dadas ponerlas en el otro platillo de la balanza y procurar el equilibrio de la vida.

30 enero 2013

SENTENCIAS-6



La honradez es un tesoro libre de impuestos, por eso no necesita de paraísos fiscales.

La honestidad no entiende de fortuna, pero la fortuna hace más dificultosa la honestidad.

Al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor...” ¡Ay, ay de la familia política!

El hombre es bueno por naturaleza, pero hay naturalezas que no encuentran fácilmente la bondad.

Hombres de letras, hombres letrados, hombres con letras...    a veces una palabra cambia totalmente el sentido de una frase.

A las personas no se les conoce cuando vamos o vienen de visita, sino en el fragor del vivir diario.

El hombre se siente inferior cuando copia y superior cuando dicta; el maestro se limita a dar ejemplo mientras crea escuela.

En la brisa está todo el principio de lo creado; en la tempestad el principio de la destrucción.

La sabiduría es la ventana por la que el sabio vislumbra su ignorancia.

El sentido del humor es el sinsentido que pone orden en las contrariedades de la vida.

En cada niño nace el hombre; en cada hombre la humanidad entera.

El necio es tonto y no lo sabe; tratar de convencerle es muy difícil. El pedante es tonto pero cree todo lo contrario; tratar de convencerle es misión imposible.

29 enero 2013

PRIMER CUMPLEAÑOS



De momento sólo dices papá,
pero no tardarás en darme la satisfacción
de llamarme abuelo.
Ya sabes del calor de mis brazos
y yo de la agitación de tenerte en los míos;
aunque eres un chico muy despierto,
Alejandro, no es para ahora cuando te escribo,
sino para cuando yo haya hecho
mutis por el foro
desapareciendo para siempre de tu escena;
quiero que sepas  —como yo lo he sabido—
que eres un ser queridísimo desde el minuto uno.
Fuiste una fiesta, nuestra segunda fiesta,
de una madrugada de enero
pendiente de la megafonía  metálica del hospital.
Me hubiera gustado dejarte un mundo mejor,
pero la inmoralidad bochornosa y la rapiña
no puede ser que te dejen en herencia
un mundo muy propicio ni adecuado.
Si acaso la vida me da tregua,
procuraré enseñarte a conjugar
felicidad, palabra en la que no intervienen
términos económicos, sino amor y compartir.
De momento, Alejandro, es importante,
es muy importante, que sepas y recuerdes
lo mucho que te quiero. Me gustaría transmitirte
—si acaso me da tiempo—
las lecciones que aprendí
y las muchas piedras en las que tropecé,
pero sólo una cosa es importante que no olvides:
ama con la misma gratuidad que eres amado.

28 enero 2013

BARRUNTO



Un conjuro de nubes
violáceas y tenebrosas
le han puesto lindes al cielo
y el sol amanece entre rejas
jugando al escondite;
el Jiraldillo
—como en él es costumbre—
indica el origen del viento
mientras mi cuerpo barrunta
—en el aullido del barómetro interno—
que el verano
sestea a pierna suelta
en el otro hemisferio,
al sur de mis padecimientos.

27 enero 2013

BIENES DE LUJO


Podríamos decir que el mundo está caminando —girando no cuadra con lo que me propongo decir, aunque esa sea la trayectoria— por caminos divergentes: mientras los empobrecidos son cada día más numerosos y sus capacidades de consumo cada vez más escuálidas, un sector considerable de la sociedad no sólo no nota los efectos de la crisis, sino que pescan en ese río revuelto y hasta sacan las redes cada vez más llenas.
Según la compañía suiza Richemont, el sector de los bienes de lujo ha sido uno de los mejores del mercado bursátil en los últimos cinco años. O sea, que aquella vieja intuición de Perogrullo que ya expuse en más de una ocasión de que el dinero, como la energía, ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, ha dejado de ser un axioma para alcanzar la categoría de teorema, y en esta noticia la demostración palmaria que lo certifica. Mientras la economía mundial se decrece, el sector de los bienes de lujo alcanza cotas de crecimiento muy por encima de la media del mercado.

Richemont es una de las compañías más reconocidas mundialmente dentro del sector del lujo, bajo cuya firma se aglutinan marcas en joyería, relojes, productos de cuero y ropa de diseño, con nombres tan sonoros como Baume & Mercier, Montblanc, Chloe, Dunhill, Cartier, Vacheron Constantin, Piaget... Y otras muchas marcas muy sonoras, aunque no para el común de los mortales.
Uno se pregunta cómo es posible que esto sea así cuando Europa y los Estados Unidos están en clara recesión, y el resto del mundo haciendo malabares para la supervivencia. Pero como decía, el dinero no desaparece y aquellos que lo andan acaparando no se conforman con el atesoramiento, sino que necesitan aflorar a la vista lo bien que les van. En los países emergentes donde antes se vivía un régimen comunista, la vida no ha cambiado mucho para la inmensa mayoría de sus ciudadanos, pero quienes se encaraman en la cúspide de la pirámide no se conforman con tesoros que desmerezcan de los del mismísimo Tutankamón. Y en otros espacios donde el enriquecimiento les llega por vías todavía más ilícitas como la corrupción o las mercaderías tóxicas al margen de la ley, ¿qué mejor medio de blanqueo y disfrute que los bienes de lujo? Vivimos, decía, trayectorias divergentes; la única esperanza que nos queda a quienes a duras penas llegamos a fin de mes, es que esa divergencia nos saque de la órbita y pierda para siempre en las distancias de la estratosfera a quienes con saña y sin alma están llevando a la humanidad a la comarca de lo insostenible.

26 enero 2013

ENTRE ESPINAS



Pinchos, púas puntiagudas
desde la flor al tallo,
desfiladero de espinas
como aguerrida formación de hoplitas
protegiendo el sinsentido
de apenas un yerbajo.
En el parque, por entre setos
geométricamente alineados,
la indolencia o la desventura
había permitido
que emergieran unos vulgares cardos,
espinosos abrojos
víctima propiciatoria de la poda
y el desprecio.
Era nuestro aniversario;
había encargado
un generoso ramo para la efemérides;
resultó realmente espléndido,
aunque costoso.
Cuando ella lo puso como centro de mesa
y me lo agradeció con un beso,
recordé la belleza primitiva de aquellos cardos
que tanta similitud tiene con nuestro propio ser:
momentos de felicidad
entre los barrotes de las penalidades
del vivir diario.

25 enero 2013

RAMÓN

Fotografía de Pierre Donnord


No está encogido de hombros por el frío;
Ramón tiene el alma fruncida
como si fuera que la chaqueta le hace
un respingo desde el forro.
¿Desde cuándo?
Tal vez desde siempre, pero ni lo sabe ni le preocupa:
su meta es más inmediata;
nada en él es para luego, sino para el ahora.
No pide, no extiende la mano;
no habla con nadie porque se ha acostumbrado
a ser indiferente, insignificante, invisible…
Le ofrecí un cigarrillo y me dijo con sorna:
la gente malvive en una habitación
de cuatro metros cuadrados;
en mi casa los pasillos son calles,
las luces son farolas
y los descansillos plazas arboladas
—con sus bancos, sus fuentes y sus palomas—;
ni siquiera me preocupo por apagar la luz:
ya lo hace la noche por mí
y me regala la penumbra;
se pelean por llegar el primero
y el contenido del cubo
es más grande que su apetito.
Hoy estoy filósofo  —me dijo—
y me tendió la mano con el cartón
de vino peleón:
olía a resaca ancestral.
Ramón no tiene futuro
y lo sabe,
no espera nada de mañana
porque en él sólo se conjuga el presente.

24 enero 2013

¿POR QUÉ SE ESCRIBE?


“Es asombroso que seas capaz de escribir un precioso poema cada día.
Chelo de la Torre


"Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento efectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas. Pero es una soledad que necesita ser defendida, que es lo mismo que necesitar de justificación. El escritor defiende su soledad, mostrando lo que en ella y únicamente en ella, encuentra."
María Zambrano



Ayer, mi entrañable amiga, Chelo de la Torre, me decía en un comentario: “Es asombroso que seas capaz de escribir un precioso poema cada día.” Eso es algo que no se ajusta plenamente a la verdad por dos motivos: no siempre escribo poemas; no siempre mis poemas son preciosos, o ni tan siquiera buenos. Pero esto que ella dice a mí se me pega como velo de grasa al alma, y que el resto de mis lectores sabrán disculpar al saber que es el afecto y no la razón con la que ella emitió el juicio.

¿Por qué se escribe? Comencé este blog  el 26 de octubre de 2009 y lo hice publicando un par de veces por semana de forma muy heterogénea y así sigo: poemas, reflexiones, relatos, memorias…   hasta que se fue incrementando el ritmo. Desde mediados de julio de 2010, hasta la fecha, he publicado algo cada día. Todo comenzó como un ejercicio autoimpuesto, una confrontación con mi propia capacidad para aparecer a diario como lo hacen los medios de comunicación, si bien con otro ánimo no de actualidad, sino de reflexión del vivir diario, sobre cuyos hombros cargamos la inevitable infancia, los miedos, las emociones y aquellas otras cosas que nos afectan positiva o negativamente de los acontecimientos diarios.

Como consecuencia de ello, he logrado conocer virtualmente a muchas personas y a hacer amistad con un nutrido grupo de ellas a quienes conozco y me conocen tal vez mejor que si frecuentáramos a diario la hora del aperitivo o el café de sobremesa en el bar, donde sobreabundan las banalidades por encima de sesudas especulaciones. Aun así, me sigo preguntando, ¿por qué se escribe? Si en mis propósitos no queda ni cerca ni lejos ninguna editorial, si ni siquiera otorgo a lo propio la calidad suficiente para inmortalizarlo en las matrices de la imprenta, ¿por qué escribo?

Ya ha quedado explicado el por qué hacerlo a diario y me siento muy complacido de haber logrado hasta ahora ese reto que un buen o mal día me propuse como ejercicio de voluntad, pero ahora quiero preguntarme por el por qué de la escritura. En la segunda de las citas que abren este espacio, María Zambrano expone algunos de los motivos que a ella le llevaron a escribir y que comparto hasta el extremo de haberlo tomado como punto de partida. A pesar de vivir felizmente casado y compartir la vida cada día con más dicha, y siendo persona creyente que se ve reflejada en las palabras del Génesis: “por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.”; a pesar de esa unicidad, por encima de ello o de forma paralela, en cada persona hay un espacio de privacidad al que hay que darle salida para ser uno mismo, para sentirse creador sin llegar al grado de soberbia, algo que difícilmente se puede alcanzar sin el ejercicio de ser uno mismo aislado y pensante, sino en el más profundo silencio y soledad en el que uno llega a identificarse consigo mismo, con su estado y su razón de ser.

Lo que digo no es privativo de la escritura, sino de toda actividad creadora donde el individuo, a solas con sus capacidades y con el ejercicio gimnástico de la práctica continuada, es capaz de ser y verse reflejado en todo aquello cuanto con sus medios personales consigue dar vida. Y todo esto, ¿para qué? Para en su momento, tras ese parto silente y apartado que requiere todo acto creativo, comunicarlo y difundirlo cuanto más mejor. Busco, deseo, necesito de mis ratos de soledad y apartamiento del mundanal ruido y de los seres a los que amo, para acabar mostrando lo meditado, el producto de mi obra, algo que únicamente en ese apartamiento voluntario logra encontrar y darle forma.

23 enero 2013

ENERO



Enero:
Nieve en el monte,
frío en el rostro,
economía renqueante y cuesta arriba
de los bolsillos esquilmados;
propósitos de enmiendas
que ni siquiera se iniciaron,
dietas abandonadas
y la misma fragilidad
que me condujo hasta el hoy;
el pudoroso almendro
se ha cubierto de nieve rosácea
y ha quedado preñado de futuro;
yo sigo la deriva
por la senda de la desmemoria
como en la espiral indolente
del curso de los días
de esa inercia,
cuya fuerza centrífuga
terminará por sacarme de la órbita:
ayer, veintiuno de enero,
recibieron sepultura
en la ciudad de Marbella
dos viejos compañeros de instituto
-fuimos niños-.
¡Descansen en paz!

22 enero 2013

DIADEMA



En la aparente muerte transitoria
de la noche,
cuando todo parece
haber pasado a mejor vida,
cuando se magnifica lo insignificante
y las cosas de peso
sobrenadan la angustia
del  duermevela,
una mano incógnita y poderosa
viste a la humilde hierba
con diadema de perlas y brillantes,
para subvertir
el orden y poner las tildes
que la ignorancia humana
no sabe deletrear.
En la muerte transitoria de la noche,
de cada noche,
como un milagro,
surge un espectacular prodigio.

21 enero 2013

ODA A LA GRANADA



A ese árbol espinoso,
ancestral y morisco,
la primavera  lo viste de grana
con botones que florecen
y viste el verde pálido y los aguijones
en dulce esperanza
con brotes que se ceban día a día.
Al final del verano, el fruto en sazón,
guarda en la carcasa
de aguerrido escudo,
como de piel de cabra,
una formación de dientes encarnados
—oasis oculto—
para saciar con cada incisivo
la recompensa de la vehemencia
de quien busca sin desfallecer.
Franqueada la dura piel,
en cada lóbulo,
guarnecido por un velo amargo
a modo de manto protector,
un apiñamiento de gránulo
jugosos y azucarados,
guardando eficazmente
como en celosías
la sorpresa más agradecida
al paladar que se deja sorprender.
En la memoria,
las manos rugosas y tercas
de mi abuela Ana
y la sufrida paciencia
de su amor deleitoso,
desgranando uno a uno,
apartando el verdor ácido
que no enturbie el resultado,
de un plato granulado
de carmesí incitación,
al que hacer frente
—desprovisto de lo acre—
el intenso sabor
tan aguerridamente guardado
como gustosamente apetecido.

19 enero 2013

¿QUIÉNES RECIBIERON SOBRES?



Yo tenía un gran cargo,
matarile, rile, rile.
Yo tenía un gran cargo,
matarile, rile, ron, chimpón.

¿Dónde están los millones?,
matarile, rile, rile.
¿Dónde están los millones?,
matarile, rile, ron, chimpón.

En un paraíso fiscal,
matarile, rile, rile.
En un paraíso fiscal,
matarile, rile, ron, chimpón.

¿Quién me los descubrirá?,
matarile, rile, rile.
¿Quién me los descubrirá?,
matarile, rile, ron, chimpón.

¿Quiénes recibieron sobres?,
matarile, rile, rile.
¿Quiénes recibieron sobres?,
matarile, rile, ron, chimpón.

Nadie dirá una palabra,
matarile, rile, rile.
Madie dirá una palabra,
matarile rile, ron, chimpón.

Todos recibieron uno,
matarile, rile, rile.
Todos recibieron uno,
matarile, rile, ron, chimpón.

Yo tenía un gran cargo,
matarile, rile, rile.
Yo tenía un gran cargo,
matarile, rile, ron, chimpón.

HAMACAS AL ATARDECER



A Chelo y Laura con algo de humor y cariño                                  

A veces, Pepita, escribo
con el producto que se colmata
en mi mente a base de lecturas,
audiciones y confidencias ajenas:
retazos de vidas descompuestas
que pasan sin llamar ni dar los buenos días;
por eso no hablan de ti y de mí,
sino de ese silencio que crece
como crecen las plantas sorbiendo
el néctar del subsuelo, silentemente,
y se hacen flor o pasto incomestible.
Hace uno día, el quince de enero, para ser exacto,
pronuncié un lamento, ¡ay, ay, ay!,
un lamento, digo, por un dolor ajeno;
y una curiosa  —tocada de sombrero—
dedujo que nada tenía que ver contigo;
otra cuentista, alavesa por más señas,
incluso aventuró: “espero que reúnas
en tus versos la solución a tanta impotencia.
Sólo dos ejemplos de sendos fantasmas
que no se conforman con la simple lectura,
sino que incitan, incoan e invitan
a  poder leer en adelante que no es una herida
lo que supura entre tú y yo, ama de mis días,
sino el anhelo de pasear nuestras miradas
con todo el posible aplomo
por el plácido sol, cuando atardece,
como tú y yo nos atardecemos, el uno junto al otro,
hasta que se apague la luz de nuestras miradas
y una ola parda o negra nos lleve en su lomo
hasta la desangelada estación terminus.
Mientras, mi amor, reposa junto a mí,
démonos la mano de una hamaca a la otra;
así, muy cerca, muy juntos, muy uno,
observemos cómo se apaga la tarde
en tanto nuestro relojes den la hora en punto.

18 enero 2013

LETRILLA



Explícamelo, si puedes,
cómo se puede apañar
el político de turno
para driblar con regates
—hablando de calidad—
la escuela estatal o pública
mientras que su hijo está
en una escuela privada
que le cuesta un capital.
¿Es coherente —pregunto—
lo de la amnistía fiscal,
de los que dictan las leyes
y sus capitales duermen,
¡oh extrañeza, oh azar!
fuera de nuestras fronteras
en paraíso fiscal?
El colmo de la insolencia
—hablando de sanidad—
es ponerse enfermo en casa
y a Cuba irse a operar.
Esta letrilla, señores.
—chascarrillos de café—
son cosas insustanciales
que yo no logro entender.
Si alguno es ducho en el tema
y me lo quiere explicar,
vaya mi agradecimiento
que aquí quiero adelantar.

17 enero 2013

CAMBIAR DE VIDA


Para un blanco, tener la negra significa algo así como tener el santo de espaldas o lo que es lo mismo estar acosado por la mala suerte; pero qué lejos están nuestros pensamientos de esas criaturas subsaharianas en este y en otros muchos temas. Me gustaría saber qué piensan ellos de nosotros, de ese primer mundo, ahora venido a menos, que sin duda les habían pintado como el paraíso mismo. A ellos los vemos en los semáforos regalando sonrisas y ofreciendo pañuelos de celulosa, otras veces vendiendo copias de música y películas por entre los veladores de las terrazas o en la playa, donde el negocio se expande a otros productos como bolsos, relojes, gafas de sol, pañuelos y abalorios de marcas falsificadas. Pero y ellas, ¿en qué se ocupan ellas?

Hacía la esquina. Lucía una cabellera muy ensortijada, una blusa escotada y una falda bastante corta. Cuando me aproximaba, ella vio en mí a un cliente y yo en ella una mirada de desgarro como si se le hubiera partido el alma en pedazos, lo que se traslucía en el brillo opaco de sus ojos. Abrió los brazos y me ofreció la mercancía. “¡Hola guapo! ¿Lo hacemos?” Hasta su nombre suena a falsedad: “Me llamo Mirella”. Me costó convencerla de que mi único interés era saber de ella, interesarme por su estado de ánimo y la contradicción entre lo asqueado de su expresión y la mercancía que ofertaba. “¿Es usted policía o misioner?” Ni una cosa ni otra, Mirella, pero me da en la nariz que no estás aquí por tu voluntad. Se le saltaron las lágrimas y me llevó hacia el portal, me pidió que le pagara antes de entrar en aquel cuartucho infecto donde había un rastro de olores a cuerpos que se había desfogado de sus instintos primitivos sin el mínimo asomo de ternura. “Tienes media hora, ¿quieres que te desnude?” En aquel cuartucho olía a humedad rancia. Aunque te cueste entenderlo  —le dije— sólo me mueve la curiosidad por saber de ti. ¿Estás aquí por tu voluntad? “Ahora sí, me dijo, pero…” Mirella o como realmente se llame entornó los ojos en silencio y al cabo dijo:


Vinieron tres años consecutivos de sequía y sólo resistieron los más fuertes. A pesar de la distancia, hasta allá llegan ecos de que España es un paraíso y que merece la pena los esfuerzos para llegar hasta aquí. Mi mamá no se opuso a mi marcha, pero no se sintió con fuerzas para emprender el viaje conmigo; a sus cuarenta años ya estaba bastante maltrecha. En media hora no puedo entrar en muchos detalles, pero las ilusiones de la salida se desvanecieron una y otra vez a lo largo del camino, para de nuevo ilusionarnos con la esperanza de conseguir la meta. Llevaba encima todos los pocos ahorros familiares, pero cuando ya bordeábamos el sur del desierto, comprobamos que aquello era una tarea imposible. Algunos lo intentaron, otro pagaron grandes sumas a los dueños de aquellos jeeps  y mi pasaje se lo cobraron violentando la intimidad de mi cuerpo. Sentí unas horribles nauseas, pero no pude hacer otra cosa que formar parte de aquel cargamento hacinado que nos llevaría hasta la orilla del mar, donde la esperanza ya era visible los días de bonanza.

Como si de un aprisco se tratara, nos recluyeron en un campamento en el que teníamos por suelo la tierra y por cielo las estrellas. En aquel otero, los días claros, veíamos la costa del otro lado y nos aseguraban que aquel era el paraíso. Las pocas personas que había llegado hasta allí con dinero suficiente fueron los primeros en subir a las pateras. Eran como cáscaras de nuez en medio del mar, pero sabíamos que era el medio de alcanzar lo prometido. A esas alturas del viaje, más de un año después de haber salido de mi poblado, no tenía nada mío, sino las pocas prendas de vestir que unos voluntarios me entregaron cuando se acercaron a nuestro emplazamiento. Algunas personas llevaban allí año y medio esperando la oportunidad de subir una de aquellas noches a la patera. Entonces comprendí que nunca me llegaría el turno y me sentí absolutamente abatida. Fue en esas circunstancias cuando me llevaron aparte tres de los cabecillas que controlaban el flujo de pateras y me ofrecieron viajar gratis a cambio de un contrato verbal, como camarera de un restaurante en Barcelona, con cuyos ingresos me comprometía a devolverles el importe del pasaje y la comisión por llegar ya con un trabajo garantizado. Yo exultaba de alegría y ellos lo celebraron mancillando uno tras otro mi cuerpo, mientras lloraba lágrimas de victoria y me refugiaba en la memoria de mi madre. Aquellas lágrimas no fueron de rabia como cuando llegaba a orillas del Sahara, porque a la noche siguiente, por fin, cubriría el último tramo de mi largo viaje.

Ellos se habían quedado con mi pasaporte para tramitar los papeles y no sé que otros asuntos, pero lo cierto es que me enclaustraron en un cuarto con aspecto de penitenciaría. Ya no estaba sola, sino con otra decena de desgraciadas que me instruyeron en el oficio del amor. Me vi convertida en una mercancía de la que no tenía control. Nos hacían desfilar delante de uno o varios hombres sebosos, algunos desdentados otros bebidos, y nos hacían seguir a aquel que nos elegía. Perdí más que la ilusión las ganas de vivir. Odiaba mi cuerpo, convertido ahora en objeto de uso de gentes que me trataban con la punta del pie y solicitaban de mí cosas espantosas. Cuando yacía en la cama, entornaba los ojos y dialogaba en silencio con mi madre mientras era poseída. Miguel venía un día y otro y siempre me elegía a mí. Llegué a comprender que conseguía hacérselo pasar bien. Una noche, mientras se vestía, le rogué que me sacara de allí, que me llevara lejos. Comprendí en su mirada que quería complacerme, pero tenía miedo a la mafia. Por fin, a la semana siguiente, logré salir por la ventana del baño y él me esperaba con el motor del coche arrancado. Viajamos toda la noche y llegamos muy lejos. No he sabido más de Miguel. Ahora ejerzo la calle en esta ciudad, en tanto consigo lo suficiente para cambiar de vida, pero encuentro tantas trabas…

16 enero 2013

HASTA DESPUÉS DE LA MUERTE


El compromiso es una especie de pacto a dos bandas, una obligación contraída en ese intercambio del te doy y me das que los humanos sabemos romper a las primeras de cambio. A veces, ese compromiso está ligado a la firma de un contrato donde lo prometido aparece de forma fehaciente; otras son simples juramentos de amor, tantas veces sujetos a veleidades. No es así cuando el amor es verdadero, cuando los sentimientos conducen al cumplimiento de lo no firmado sino sellado en el corazón. Este es el caso repetido numerosas veces del perro hacia su amo. En muchas ocasiones ha saltado a los medios la noticia de un perro que ha seguido esperando a su dueño eternamente cuando éste ya se había embarcado con Caronte hacia el más allá.


Son innumerables los casos de perros que han velado por mucho tiempo la muerte de sus amos, como si la muerte no fuera justificación suficiente para rescindir ese contrato de fidelidad pactado por el amor. Hace un par de años, en la ciudad de Cádiz, conocimos el caso de un anciano que fue recogido en la calle por los servicios sanitarios e ingresado en el hospital de forma urgente. Su perro llegó hasta donde le estaba permitido y se quedó por el resto de sus días en la puerta de urgencias esperando la salida de su amo, que ya había sido conducido hasta el tanatorio. Días después, el animal, además de triste, estaba famélico y todos se admiraban que ni siquiera se retirara de allí para buscar comida. La gente comenzó a echarle de comer y el perro se quedó en la puerta del hospital esperando la recuperación de su amo para siempre.

No es este el único caso, sino que son numerosos los ejemplos que podemos aportar. Capitán, es otro perro fiel que durmió durante seis años sobre la tumba de su amo en el cementerio de Villa Carlos Paz, en Argentina. Según cuentan, apareció un día solo en el cementerio buscando a su amo, hasta que encontró la tumba donde se dedicó a hacer guardia permanente. El amor eterno que tantos humanos no sabemos cumplir, ese que solemos romper a las primeras de cambio, se convierte en inquebrantable en el ejemplo de estas mascotas que no entienden la despedida repentina de sus amos.

15 enero 2013

LAMENTO



¿Qué velo se ha interpuesto
entre tú y yo,
para dejar de ser nosotros?
Nosotros, ¿recuerdas?
           … Nosotros. Nosotros,
tú y yo hasta la unicidad,
un proyecto en el que nos fundíamos
hasta desaparecer.
¿Qué transparencias vistes
que te hacen opaca
a la ansiedad con la que te indago?
¿Cómo se llama él,
si acaso tiene entidad como malicio?
Por la hondonada de mis sentimientos
reptan las sierpes de mis elucubraciones
y los desgarros de este abandono
y la distancia que más y más me asfixia
cada día, cada minuto, cada instante;
te intuyo en otros brazos
y los míos se desmayan de impotencia.
¿Por qué este muro flácido y fiero,
este abietáceo cortinaje
que fluye entre nosotros
asestándome, con su acero blando,
tan certera cuchillada,
de la que mana este lamento?

14 enero 2013

COMO EL AGUA


Si de alguna forma más o menos acertada se puede definir la corrupción, esa que como el agua encuentra siempre algún resquicio por el que filtrarse, es con las mismas características del agua. Como el agua, se expande por derramamiento; luego siempre parte de arriba, de donde mana, y se va repartiendo en extensión a capas cada vez más alejadas y populares y en menores proporciones; una cascada imposible de detener y cuya fuerza radica en la fortaleza de la cabecera. Es cierto que también existen filtraciones por capilaridad, pero estas, aunque constantes, son de menor cuantía; se trata de aquellas que en camino inverso, parten de los sótanos de los dirigidos para llegar a las capas superiores. Es una humedad que no llega a satisfacer plenamente, un menudeo, pero con la que se justifican las inundaciones que proceden de donde se suele gestar todo. Es esa misma humedad que permite que crezcan juncos y aneas en las riberas del río, de cuyo caudal sólo reciben el beneficio del tráfico camino de la desembocadura.


Como el agua, la corrupción es incolora; no por ausencia de color, sino porque se da en toda la gama de la paleta del arco  —véanse las hemerotecas—  Unos y otros, con más descaro o con menos, derivan las aguas hacia sus labranzas con la mayor desfachatez imaginable. Como el agua es inodora, pues no se entiende de otra forma que no trascienda ni alarme desde los inicios, a pesar de la abundancia con la que se ha generalizado. Y también la corrupción es insípida, aunque este último aspecto no está probado científicamente. Dudo mucho que desde los inicios de un caso hasta su conocimiento público  —de aquellos que llegan a descubrirse—, no de margen de saborear a los distintos eslabones de esa cadena de ocultamiento los saporíferos fluidos de lo ajeno cuando se adentran en lo propio. Todavía es un postulado, pero se trabaja con cierto afán y es muy probable que pronto pueda alcanzar la categoría de tesis; así que desde ya, podemos adelantar que la corrupción es incolora, inodora e insípida, como el agua.

13 enero 2013

JUGUETES ROTOS


A estas fechas, una semana después del día de Reyes, serán innumerables los juguetes abandonados por nuestros niños; unos rotos, otros con las pilas agotadas, otros a los que el niño no le ha captado el punto divertido y ha jugado desde el primer instante con la caja y no con su contenido. A veces los padres traen a sus hijos los juguetes con los que ellos mismos jugar y no aquellos que el niño necesita, de ahí que con tanta frecuencia los niños decidan atar o hacer atar una cuerda al envoltorio y poner en funcionamiento su tierna imaginación en lugar de nuevas pilas. Nunca fue más brioso el corcel que cuando era un trozo de vara o caña y un niño a horcajadas pronunciando con sus labios el galope.


Un niño con un juguete mecánico, por lo general, se aburre, porque el juguete deja de cumplir su función primordial que es el juego. Y es que cuando el juego consiste en accionar un interruptor y ver como el coche o la moto se estrella contra la pared de enfrente, deja de ser un divertimento porque es el juguete quien juega y el niño quien lo contempla. El niño es cómplice del juguete y le pone el alma que éste no posee, el motor que no tiene y hasta el combustible que ni da humos ni contamina, porque es la propia acción del niño la energía que todo lo acciona. En esa tarea, desarrolla la imaginación y se siente colaborador necesario y hasta creador de su propio juego.

Muchos de los juguetes actuales lo son más de adultos que propios de niños, así que no es de extrañar que estemos criando una generación de solitarios que no sólo no juegan con otros niños, sino que ni siquiera juegan ellos mismos. El mejor de los juguetes es aquel en el que el niño forma parte activa del juego y le da al juguete el ánima de la que carece; y el superior de todos los juguetes, aquel que tiene esas características y que se juega en equipo en lugar de en solitario. Hasta a la pelota se puede jugar sin pelota, basta con un poco de papel  o trapo y una cuerda. Posiblemente la crisis económica devuelva a los niños la necesidad de ser creativos en sus juego, aunque de momento lo que está consiguiendo es que varios estén jugando en el mismo lugar en su más intima soledad, cada uno con su maquinita.

12 enero 2013

EL BASTÓN DE PLATA


El autobús iba a hacer su recorrido habitual, lo que significa un trayecto que ya he hecho en múltiples ocasiones, así que, a pesar del día soleado y radiante, en lugar de mirar por la ventanilla saqué un libro del bolsillo y me entregué a la lectura, algo que no duró mucho, ya que en la siguiente parada se subió un señor que portaba un bastón con empuñadura de plata y a quien no le apetecía dejarme enfrascado en el libro. “¿Qué le parece?  —me dijo mostrándome el bastón en cuanto tomó asiento— fue de mi madre y por eso le tengo un cariño especial”. No supe que responderle y simplemente le puse cara de sorpresa. “Es de Lisboa, ¿no ve la madera tan valiosa que tiene? La empuñadura es de plata maciza” Se ve que es bueno —le respondí. Tenía una abolladura por un extremo y a través de ella se dejaba ver su interior blanquecino que delataba que no era maciza, lo que también me hizo dudar que fuera de plata.


“¿Sabe qué?” Usted dirá. “En una ocasión, estando sentado en una lujosa cafetería, tenía frente a mí a una señora que no dejaba de mirarme. Eso sucedió en Granada. Me miraba con tanta insistencia que tuve que mirar hacia otro lado porque me estaba inquietando aquella forma de observarme. Me levanté, fui al servicio, y en cuanto regresé a mi asiento, seguía la señora sin dejar de mirarme con bastante descaro. No pudiendo más con aquella situación, me levanté, me acerqué a ella y le dije: ¿Se puede saber por qué me está mirando usted de esa forma? ¿Es que quiere usted algo conmigo? Era muy guapa, gitana, pero muy guapa; iba muy bien vestida y llevaba unos zarcillos de coral de gran tamaño. “Pues verá usted —me dijo— mi marido es anticuario y me he fijado que lleva usted un bastón muy bonito, ¿no estará usted interesado en vendérmelo? ¿Cuánto pide por él?” Y le contesté a la señora: Pues no está en venta, señora. Este bastón es de Lisboa y perteneció a mi madre, así que no lo vendería por nada; pero de calé a calé, si llegamos a un acuerdo, nos damos la mano y el bastón es suyo. A lo que ella me contestó: ¿No me estará usted proponiendo…? Lo que le propongo —le dije— es cambiarlo por esos zarcillos de coral que usted lleva. “Pero, ¿sabe usted lo mucho que valen estos zarcillos?” ¿Y usted sabe lo que vale este bastón?”

“Yo sé mucho; he sido funcionario y a mí no me la pegan así como así.” No iba mal vestido pero hacía varios días que no se afeitaba y tenía un cierto aspecto de dejadez. “¿Qué le parece, amigo?” Pues que cada uno da el valor que cree oportuno a lo suyo. “No, no me refería al bastón. De mis cinco hijos, tengo dos parados y se me han colado en casa con sus mujeres e hijos”. Pues sí, está la cosa muy mal. “Pero yo he sido funcionario, y en cuanto veo a uno llegar le pregunto: ¿qué me traes, hijo? Y ya no me pide nada. Yo he sido funcionario.”

Así fue saltando de un tema al siguiente como se ensartan en la radio las noticias a la música y la publicidad, sin el menor nexo. No pude hacer en todo el trayecto ademán de sacar el libro del bolsillo y ponerme a leer, pero tampoco creo que en tan corto espacio de tiempo pudiera haber asimilado tantas historias tan fantásticas como inconexas de la novela que había abandonado en el bolsillo.

11 enero 2013

PALABROS EDULCORADOS Y SU TRADUCCIÓN


  
Por muy bonito y poético que queramos decirlo, cuando un barco se acerca tanto a la costa que se queda preso al fondo sin poder reanudar la marcha, podremos decir que ha quedado enamorado de la belleza de la playa, de los cánticos hechiceros de sus bañistas o cuantos eufemismos se nos ocurran, pero lo cierto es que ha encallado.

ERE (expediente de regulación de empleo) = despido.

Procedimiento de ejecución hipotecaria = desahucio.

Desempleo = paro.

Búsqueda activa de empleo = desesperación.

Externalizar la gestión = privatización.

Daños colaterales = víctimas civiles.

Invidente = ciego.

Conflicto laboral = huelga.

Línea de crédito = préstamo.

Apoyo financiero = rescate.

Reformas estructurales necesarias = recortes.

Gravamen adicional = subida del IVA.

Crecimiento negativo = recesión.

Incentivar la tributación de rentas no declaradas = amnistía fiscal.

Titularidad indirecta del Estado = nacionalización.

Flexibilizar el mercado laboral = abaratar el despido.

Desaceleración = crisis.

Banco malo = el peor de los banco, con el que se trata de hacer buenos a los otros.


10 enero 2013

LA LUNA EN EL RÍO

Puente de Triana - Sevilla


Se asoma la luna al río
y descubre la quietud
de las aguas y el gentío;
en las sombras pone luz
y relumbra el caserío
con dorado brillo frío.
Ya duerme la muchedumbre
como suele ser costumbre,
aplazando la inquietud;
se fue adormeciendo el brío,
mientras se baña en el río
ese queso sustancioso
que debe ser tan sabroso
como un manjar untuoso
de caprino o de lanar
tierno, semi  o  curado
bien gustoso de catar.
Su luz se hace de plata
cuando, traviesa se baña
en el silencio nocturno,
como si de una cucaña
en festivo lanzamiento
se escurre sin aspaviento
como mozuela traviesa
que busca divertimento.

09 enero 2013

DE REGRESO AL FRÍO


Llegó como consuelo a la desilusión causada por la lotería; al aterrizar en Málaga, en tan solo unas horas de vuelo, se encontró con 40 grados de diferencia y, despojándose de casi todo, exclamó: “¡A esto llamáis invierno!”. Bromeaba, pero es precisamente aquí donde se ha pillado un resfriado de cierta importancia, del que se marcha ya recuperado.” No es fácil vivir alejada de los hijos”  —dice Pepita—, yo le quito importancia, pero en mi interior se hace confirmación este pensamiento y disimulo la herida. No es cierto que se marchara adonde nace el frío por aventura, pero sí que es venturoso en estos tiempos que corren tener un trabajo, aunque éste esté a más de cinco horas de avión.

Plaza Roja - Moscú

Le he acompañado a la estación del tren. Llevaba poco equipaje y en el talante la incertidumbre que caracteriza a las despedidas. Ni siquiera me bajé del coche, aunque esperé a que se alejara tirando del trolley diligente hacia la entrada. En el camino de regreso a casa ya se había hecho hielo el fuego del adiós. Cuando esté amaneciendo en Moscú y aquí sea la madrugada, llegará un whatsapp avisando de su llegada; tal vez horas más tarde podamos hablar por Skype y verle el semblante: la globalización está haciendo que el Oriente y el Occidente sean barriadas de nuestro entorno; las nuevas tecnologías, el paliativo para tan enormes distancias.

08 enero 2013

ENTRE LA INDIGNIDAD Y LA INDIGNACIÓN


Vivimos un tiempo convulso donde tan justificada parece la indignidad como la indignación. Se discute a los parados que ya no tienen ningún tipo de cobertura los 400€ de supervivencia y salta a los titulares noticias como la recompensa a Rodrigo Rato como consejero asesor de Telefónica. Cierto que el POSE está reclamando esa propina para los que nada tienen, pero da la apariencia de que se trata más de meterle el palo en la rueda a los contrincantes políticos que una operación de justicia social.


Los ejemplos que nos llevan a dudar del interés de los políticos hacia los humildes son los cargos de Felipe González, consejero de Gas Natural, y José María Aznar, consejero de la eléctrica que privatizó, sin que ninguno de ellos haya renunciado a la sustanciosa pensión como ex-presidentes, algo que no podemos hacer los pensionistas comunes, ya que nuestros ingresos son incompatibles con otros ingresos del trabajo. Por si fuera poco, los primeros espadas de los dos grandes partidos están en la nómina de grandes empresas, y también la parentela de éstos ocupando puestos  a dedo,  como recompensa por los servicios prestados; por si fuera poco, los de menor grado están colocados en las Mancomunidades, Diputaciones, Ayuntamientos y empresas desgajadas de la administración, se supone que por fidelidad, más que por méritos.

Numerosas familias se mantienen en la cuerda floja gracias a esos 400€ que el gobierno se resiste a renovar, así como gracias a la solidaridad de la familia y las instituciones de caridad. En los años 60 se decía que España llevaba un retraso con Europa de 50 años; luego nos hicieron creer que nos codeábamos con ellos y hasta le superábamos en servicios sociales y en sanidad, pero en muy breve plazo hemos pasado a ocupar el puesto del que veníamos,  y un número muy considerables de españoles está arrastrando sus vidas casi por la mendicidad, algo rotundamente indigno. Entonces exportábamos mano de obra sin cualificar y ahora exportamos a los más cualificados. Es indignante que la CEOE quiera dar una nueva vuelta de tuerca a la contratación laboral y es indigno e indignante que nos enteremos por el Wall Street Journal que “España ha empeñado en silencio el 90% del fondo de pensiones en comprar bonos”. De seguir así, no será suficiente con indignarse ante tanta indignidad.

07 enero 2013

LIFE IS LIFE

Concurso de Comic,MALAGACREA08, autor y primer premio: Daniel Espada Cerón

Muchos ni siquiera nos preguntamos:
¿qué es la vida?
y esta te lanza a tumba abierta
por un camino que desconoces,
a un ritmo que imprime la masa
y que tal vez
te conduzca al sin sentido
de esa misma bruma que habita tu mente
y te desposee de raíces y razón.
Se ha puesto el reloj en marcha,
te han vestido con la urgencia del camino
y la aceleración es el diapasón de tus horas:
polvo, sudor y lágrimas, pero cabalgas;
cabalgas, siempre cabalgas;
cabalgas a lomos del desconcierto
hacia un destino inopinado e insospechado
al que no sabes por dónde te llevará
ni para qué tanta fatiga, tal vez inútil.
Si acaso puedes,
si el reloj de tu biología funciona y lo percibes,
párate, cuestiónate:
¿Quién soy? Adónde voy?
posiblemente pierdas la noción
y no alcances a deletrear el tramo recorrido,
pero vislumbrarás la meta y será colofón 
para tu entendimiento.

06 enero 2013

UN MISMO FUEGO



Todo comenzó con un encuentro casual;
tu mayor característica,
la lozanía, la exuberante juventud
en cada uno de los poros de tu piel,
en el río manso de tu mirada
que prometía sinfonías de arrullos
y en la pasión atenuada de tus labios
que ofrecían promesas.
Un mismo fuego,
una misma carne
cuarenta años en llamas;
toda una vida en común
con sus día y sus noches,
sus regocijos y sus quebranto,
pero ardiendo al unísono
en una llama que no se extingue
como si una partitura no escrita
dibujara nuestro destino hacia lo eterno.
Renovemos las promesas, Pepita, 
aquí y ahora:
cuarenta años después,
ardamos el uno junto al otro
hasta que el Céfiro, el Poniente
o cualquier viento desabrido
nos lleve a alguno de los dos
en primicia al Jardín del Edén.

05 enero 2013

A LOS REYES MAGOS



Queridos Reyes Magos:

No imaginan sus Majestades la decepción tan profunda que sentí cuando, siendo muy niño, me dijeron que todo era una falsedad, que los Reyes eran los padres. Mis padres eran realmente mis reyes, aquellos que cuidaban de mí, que me facilitaban la vida y daban la suya por hacerme la mía mucho más agradable, pero no sabían hacer prodigios. Eran cariñosos, eso sí, pero también autoritarios y me hacía cumplir con tareas que no me apetecían. Luego, mucho más tarde, supe que los milagros existen y volví a creer en sus Majestades. Por eso, a tan avanzada edad, me atrevo a pediros:

Un mucho de fe, porque sin ella no es posible vislumbrar la esperanza y cuando no quedan esperanzas quiere decir que todo está perdido para siempre. En verdad, esta no es una carta personal. Bueno sí, la escribo yo, pero no pido sólo para mí, sino para todos los habitantes de la tierra  —a estas alturas ya he descubierto que de nada sirve lo mío si no va envuelto y bien atado con el lazo de lo nuestro—; también quiero pediros la Paz, esa paz mayúscula que va mucho más allá de la convivencia y se instala en los corazones; una paz que venga a darnos la vuelta como a un calcetín y que traiga de la mano la justicia y el amor. Ya sé que no es fácil, pero igualmente imposible era que en mi adusta niñez me trajerais un camión o una pelota y siempre había algo sobre mis zapatos. Justicia, Majestades, para que no se sigan produciendo tantas desigualdades entre las criaturas de la tierra: los ricos son cada vez más ricos, pero por el contrario o como consecuencia, los pobres son cada día más pobres. A ver si me explico: no es que pretenda alcanzar la utópica igualdad a la que ya hemos renunciado, pero sí un poco de amor entre las personas, un bastante de solidaridad para que llegue el equilibrio deseado como hacen más o menos tabla rasa los vasos comunicantes. ¿Me entendéis, Majestades? De los cinco millones de parados, casi dos no reciben prestación alguna y viven de la solidaridad de sus familiares y las instituciones de caridad. Pues eso, que con un poco de cordura y un bastante de sobriedad, nos ayudemos los unos a los otros como si verdaderamente nos amaramos.

Por otro lado, tenemos demasiados corruptos. Sí, más de la que sus Majestades se puedan pensar. Eso no nos interesa y me gustaría que usaseis vuestra milagrosa goma de borrar para que desapareciera de las arcas públicas tantas manos impúdicas. Soy de los que dicen que no todos son iguales, algo que se ha instalado entre nosotros como una cantinela; también es cierto que, aunque no son todos, son muchos a los que les gustaría estar donde hay, para meter la mano. Dicen que suman más de trescientos los políticos españoles con alguna causa abierta por corrupción, y nos consta que algunos de los condenados han sido indultados por sus correligionarios en el poder. ¿No tendrán ustedes una especie de cementerio nuclear donde poner a buen recaudo a tanto recaudador de lo propio?

No pretendo cansaros, Majestades, por eso sólo quiero añadir —a modo de recordatorio—, que nos dispenséis un mucho de salud para todos. Sí, de salud. La salud siempre ha sido muy importante, imaginaos ahora que nos imponen el repago, que privatizan los hospitales…  Un maremágnum, Majestades, lo que yo os diga. Bueno, os imagino informados de los muchos desahucios que se están llevando a cabo cada día y cómo esas familias se ven en la calle desesperadas y sin saber qué hacer. Algunos se ven tan confundidos que optan por anticipar el billete sin regreso y se quitan la vida. No consistáis eso nunca más, Majestades. Ahora esas viviendas se las endosan al Banco Malo, pero es el Banco Bueno quien las ejecuta. ¡Qué lío, Majestades, qué lío!  Por último, Majestades, os pido educación. Sí, formación también, pero básicamente educación. Educación para respetarnos los unos a los otros, para conciliar y ponernos de acuerdo en un programa educativo y duradero, donde la igualdad de oportunidades no se palabree con la cuenta corriente.

Seguiría, Majestades, pero creo que estoy abusando de vuestra magnanimidad. Soy consciente que son otros los que deberían abordar la mayor parte de estas cuestiones para que los humanos pudiéramos llevar una vida digna, pero ya que ellos piensan más en sus privilegios que en el bien común y universal, es por lo que me dirijo a sus Majestades, en la confianza de que harán cada uno de los milagros que a sus Majestades demando. 

04 enero 2013

EL ÁRBOL


Fue al campo y encontró un árbol enorme cruzado en el camino. Estaba arrancado de raíz como si lo hubiera removido una fuerza telúrica; tenía las raíces al descubierto y parte de las ramas colgaban por el terraplén. Lo rodeó como pudo para seguir su camino, pero antes de avanzar se quedó meditando sobre el poder de la naturaleza cuando ésta se encrespa y en las posibles aplicaciones y frutos de aquel árbol abatido.


Si yo fuera carbonero, lo trazaría y haría una montaña de carbón; pero qué sentido tiene, si no soy carbonero ni ahora la gente lo usa. Se quedó asombrado del número de raíces y de la magnitud de las mismas. Si tuviera un poco de habilidad con la navaja —se dijo—, de estas raíces podría hacer numerosas pipas y regalar a mis amigos, pero ni sé hacerlo, ni está de moda fumar, sino todo lo contrario. Las ramas eran muy caprichosas y presentaban figuras a las que apenas había que añadir nada para elaborar elementos decorativos, mas tampoco estaba dotado para ello; entonces se fijó en un trozo de rama recta y sin nudos y pensó en lo fácil que sería hacer un instrumento de viento, aunque tampoco se sentía dotado para la música. De repente vio con claridad que lo más adecuado era llevarlo a una aserradora, sacar numerosas tablas de su tronco y que acabara siendo un mueble; tampoco se sentía capaz de realizarlo, pero le agradó la idea de haberle encontrado la utilidad más práctica.

Llegó a casa cansado de la caminata, había caído la noche y tenía el propósito firme de ir al día siguiente de nuevo al monte y transportarlo al aserradero. Cenó frugalmente y se puso a leer un poco antes de marcharse a la cama. En sus manos Vida y obra de Michelangelo Buonarroti”, la biografía del genio del Renacimiento que acabaría iluminándole. A pesar del cansancio, no pudo dormir en toda la noche dándole vueltas en la cabeza a las palabras de Miguel Ángel: él también estaba convencido que en el tronco de aquel árbol, en el de cada árbol, existía un alma, una obra escultórica latente, que tenía que tratar de recuperar. Años más tarde, ya anciano, seguí presidiendo aquel tronco el rincón más noble de su casa, donde continuaba convencido que latía el alma de la figura que él no se había atrevido a esculpir.