13 mayo 2015

ESA MANO



Esa mano siempre extendida,
firme, delicada, frutal y amorosa;
ese agarradero al que asirme con fijeza
en la dulce bonanza y en la ácida bruma;
esa dársena a la que me enclaustro
y medito los pasos pespunteados consecutivo;
ese caminar solapados en paralelo
por los meandros de la vida corriente
hacia el batiente de la desembocadura;
esa ilusión sostenida sobre núbil arpegio
o estadios, y algún que otro desmayo laso;
ese sostén, esa tirante tersa, ese tesón,
esa fe, esa furia, esa fuerza, esa pujanza,
esa cadencia de junco tenaz y dúctil
por el que enroscarme al obelisco
de tu sinuoso delineado talle jacarandoso,
donde el otoño sigue siendo floral
banquete a degustar candeal pan y generoso vino.
Esa mano con la que te injertaste en mi vida
y nos hicimos recíprocos sin darnos cuenta…

Esa mano, esa mano, esa mano tuya.

11 mayo 2015

BOSTEZO DE LUNA



Una exhalación de cristal,
un relámpago traslúcido
como jaspe marmóreo
y adherencias de destellos granates
o perlas en suspensión aérea
y aguamarinas que se derraman
─enagua abajo─
barajando con ónices y topacios
y esmeraldas con sospechas apagadas;
por el indiviso, ágatas pautadas
y zafiros predominantes en un todo
con vocación de amatistas:
una luna que bosteza,
un todo armónico que une lo celeste
con los tesoros arcanos del alma.

04 mayo 2015

SOBRE LA ESPUMA



Sobre la espuma, tu voz;
como subrayando
el diapasón de las olas,
el vaivén marino azuleado
y salobre
o armonía de caracola
que se agita, como yo
en tu presencia…

Y encrestada sobre la música marina,
tu eco primaveral
en mi otoñal oído,
haciendo arpegios este atardecer
en el que nos vamos columpiando
como sucedáneo suceso
del decantar de los días.

01 mayo 2015

QUISIERA SER



Agua quisiera ser, para lavar tu piel,
para derramarme en el suelo a tu paso
y doblegarme manso ante tu beldad,
y humillar mi ego soterrándose al tuyo
e hilvanar nuestro amor en la envoltura.

Aire quisiera ser, y atusar tus cabellos
como peina de plata subrayando tus bucles,
y modelar tu figura con mi tacto prudente
y envolver mi deseo enroscándose a tu talle
de junco flexible, y verde, y dúctil, y elástico.

Fuego quisiera ser, para cobijar tu frío
en mis brazos y atemperar el estremecimiento
del que te has desabrochado inoportunamente;
fuego tibio para tu destemplanza aguda
y fuego llameante con el que mimarte sin riesgo.

Tierra quisiera ser, para laborear tu vida
enraizada a mí en plenitud de reciprocidad,
y ser fermento, y ser hospedaje del uno en el otro;
tierra donde penetres las raigambres de tu ser
en pro de una cosecha pródiga de fruto otoñal.