31 agosto 2014

ICONO



Un sueño mitológico,
una diosa con trenzas de sol
y talle de luna menguante,
una valquiria escandinava
arribada no sabemos
por qué insomne corriente;
blonda, espigada
como centeno en mayo
y la mirada de horizonte
azur, firme y serena;
tez de porcelana
y labios delineados
que modulaban decires
ininteligibles.
Ella era un regalo visual,
su mirada un espejo azul
donde refrendar
mi estado hipnótico.
No era una sirena, era sí,
una diosa de sol subacuático
cuando salía del agua
y sus vestidos eran vitrina
de sus generosas bondades.
Creí interpretar sus gestos
y hasta deletreé
cada una de sus sonrisas
dándole textura gramatical
en traducción instantánea.
Era un icono arrastrado a la orilla,
una perla entre un millón
de millones de conchas marinas.

30 agosto 2014

VISIONES

Fotografía de Juan Ramón Galán


Al caer la tarde,
cada minuto es un fragmento
desteñido del paisaje
que, en su caída,
la oscuridad se va apropiando.

Al alba,
cada instante, cada segundo,
es una despigmentación
de la noche que agoniza.

Amanece,
aflora el sol expandiéndose,
como si se derramase
cima abajo de los montes,
de donde  parece surgir
todo el universo;
en cambio,
cuando se ve amanecer
en el mar, el día da a luz
desde el infinito lejanísimo.

29 agosto 2014

ATARDECE



El murmullo del agua,
el aroma salobre
que penetra los sentidos,
son anticipos del disfrute del mar,
apenas una muestra gentil
del ágape que se aproxima.

El sol ya está tocado
de debilidad hacia el poniente
y la bruma es un tul
que todo lo arropa
hasta envolverlo en nebulosa
que desdibuja la línea
del consabido azul del horizonte:
cielo y mar
una misma amalgama,
un todo confuso
que sin ser tiniebla
ya es día que agoniza.

La arena templada
y la brisa acaricia;
el día se despide con añoranza
y los últimos bañistas
ya sueñan un nuevo amanecer
que se hace caracola
en las mentes juguetonas
y los oídos audaces.

El sol declina hasta
entregar su vida,
arrullado por el rumor del mar
y el ronroneo de su muerte,
de la que nacerá un nuevo día.

28 agosto 2014

MAR TEMPESTUOSO



La inmensa masa azul
ha desvaído el color intenso
y ha virado a gris
con imprecaciones espumeantes
de superficie nacarada.

El viento es generador
de esta agitación tempestuosa
donde un mercante es cáscara de nuez,
hoja otoñal demacrada y triste,
al pairo de las olas,
como danzarín enloquecido
cuya música ha trocado acordes
por clave de lo estruendoso.

Cordilleras de agua encrespada,
vientos atravesados y contrarios
las más veces;
el horizonte está oculto
tras montañas encadenadas de agua,
que son luto cuando no toda
la marinería está en puerto.

El mar, es la mar de bravo,
mucho más de lo imaginable.

27 agosto 2014

NOCHE DE SAN JUAN



Esta fiesta es un alga enredada
en la memoria pagana
que quiere saldar sus deudas
echando al fuego cosas
y no modos y conductas,
trastos y no nuestra trastienda.

Los vetustos holocaustos
ofrecían sacrificios animales
por las culpas propias;
la noche del fuego
—quemando cosas viejas—
pretende hacer del hombre
un ser nuevo
brincando por encima de las llamas
para fortalecer las debilidades.

A la mañana siguiente,
tizones y cenizas
y los mismos propósitos de ayer.

26 agosto 2014

SERENIDAD



El pastor de los vientos
ha debido echar la siesta
y ni la brisa ondea
la enseña de los barcos,
al cálido y seguro abrigo
donde las amarras
están flácidas y sin tensión
que imprima el menor ondular.

La tripulación duerme,
el capitán ya rubricó el diario;
mañana será un día ajetreado
por la briega de las provisiones,
pero esta noche, hasta la guardia
pasa por el sopor de la quietud
que la serenidad del mar
traslada a la marinería
e inmortaliza Monet
con trazos maestros.

25 agosto 2014

HORIZONTE



A ti te digo, lector,
¿nunca te embrujó
una hipnótica mirada?
Fue mi mirada o la suya, pero
no lo creí y repetí de nuevo
frotándome de asombro.

Tengo entendido que sólo
los ángeles son translúcidos,
pero ella lo ocupaba todo
y no obstaculizaba nada.
En su línea de flotación,
esa intimidad que siempre
se reserva con escasez,
allí mismo se nivelaba
el azul de los azures del horizonte
con el más atractivo
de los encantos marinos.

Uno está leyendo o echado
y cuando mira siempre
encuentra algo opaco
que se convierte en muro
frustrante. No es su caso.
Ella era una medusa
no gelatinosa, pero maleable
a la imaginación,
que tantas veces nos desorienta
y con frecuencia nos nubla
como en posesión
del síndrome de Stendhal.

24 agosto 2014

ESPETOS



Lo más sencillo, lo más
abundante de la mar,
ensartadas en una caña
y al rescoldo cálido
de las brasas,
han convertido su humildad
en soberbio plato típico
a lo largo de la costa malagueña.

Ya no son sardinas;
cuando están en su punto
son plata dorada
que el orfebre espetero
hace a la vista de todo
y sirve como estrella numerosa
de la gastronomía playera.

Las estrellas de Michelin
no aprecian la vulgaridad
de este suculento plato,
pero las estrellas del cielo
se relamen y hacen la ola
cuando les llega el aroma
y centellean por no poder
catarlas.

Si en lo sencillo
se encierra lo más grande,
en el espeto se concentra
toda la grandeza del mar.

23 agosto 2014

CAÑAS Y BARRO

Foto de Juan Ramón Galán


Caían chuzos de punta
como si el pantano celestial
se hubiera desbordado
y los fornidos muros
fueran flácida arena;
la tierra, ahíta de agua,
no podía beber más
y los arroyos justificaron
sus nombres resecos
arrollando cuanto encontraban al paso.

Cayó la noche
y el estrepitoso repiqueteo del agua
no callaba un instante.
Quizás no durmiera nadie
esa ronca madrugada;
no pude conciliar el sueño,
mas, en algún momento,
cesó la música celeste
y se empezaron a oír
los lamentos de los damnificados.

Como la misma vida,
que va a dar a la mar
y es el morir,
todo el estropicio acabó
en los salados brazos
de los dominios de Poseidón.

Tras la tormenta, todo era
desolación y recuento
de las desposesiones;
en la mar, el agua turbia
demacró su azul en barrizal
por la estruendosa agitación:
cañas y barro,
como quien hace borrón
y cuenta nueva.

Los hombres más osados
invaden los arroyos y ramblas,
pero la naturaleza tiene memoria
y, como los elefantes,
saben dónde encontrar su fin.

22 agosto 2014

NUNCA LO SUPO



Era un tierno polluelo
níveo como el alba,
resultaba extraño en la colonia,
pero lo arracimaron
entre más de un centenar
de gritonas gaviotas
y acabó siendo
—a vista de pájaro—
uno más de los pescadores aéreos.

Creció y creció como crece
el viento a la caída de la tarde
al llegar el otoño;
meses después dobló
y hasta cuadriplicó en envergadura
a todas las gaviotas,
pero nunca lo supo
y jamás se sintió un extraño;
tampoco le explicó nadie
que su familia no es mediterránea,
sino que vive en el Atlántico Sur:
nunca lo supo.

21 agosto 2014

CABALLITO DE MAR



Te tuve en mi mente:
cabalgadas de aguas
de mis fantasías y aventuras,
tanto en días tormentosos
como en noches de estío,
eras un plumón alado,
mi amado pegaso acuático,
ese sueño recurrente,
esa nube subacuática
que recorre los mares
a lomos de las mareas;
Hipopez de las cabriolas
elegantes y sutiles,
al trote disciplinado
de la Escuela Ecuestre
de la Atlántida;
sin ti los mares serían
igualmente salados,
pero menos elegantes
y nadie sabría cómo bailan
los caballitos marítimos.

20 agosto 2014

PUERTO PESQUERO



En el puerto pesquero,
un olor característico se expande
hasta penetrarlo todo
y hacerse cobijo
en el subconsciente.
No es podredumbre,
no es almagre,
sino amargo sudor de brega
que se amalgama
con el salitre revenido,
el trasiego de redes que se tintan
y se remiendan,
los cebos en salmuera,
el esfuerzo extenuante
nocturno y húmedo,
la encrucijada de vientos
y sus presagios,
las angustiosas plegarias,
el recuerdo imborrable
de cada naufragio y quienes se quedaron
a vivir para siempre
en los fondos marinos.
En el puerto pesquero
huele a sudor y desvelos,
a sal añeja, bríos, pena y miedos.

19 agosto 2014

A LOS DIEZ AÑOS



A los diez años,
Marbella dilató mi mundo conocido
y el mar derribó las fronteras
pasando por mi mente imágenes de
Tartessos, Roma, Grecia,
las Américas...    todo aquello
de lo que hablaban los textos
de Geografía e Historia.

La gente de la mar
me enseñó a hablarle al mar
en femenino,
porque así es la madre:
abierta, generosa, abundante,
a veces brava y tempesteada,
pero siempre rumbosa,
pronta a la caricia, a estrecharte
en su seno de madre
a cantarte monótonas melodías
que acunan rítmicamente.

A los diez años,
palpé el azul que antes
veía a lo lejos desde Ojén
y comprendí la redondez del mundo,
la indefinición del horizonte
como efecto visual
y lo lejos que está una madre
a ocho kilómetros de distancia.

18 agosto 2014

DECLINAR



La mirada suspendida
en el curso decreciente del sol
en su ocaso,
esperando no sólo el declinar
del astro sol,
sino el espectáculo lumínico
con el que sorprenderá
dorando o incendiando nubes
o el destintar la escala de grises
que oscurece al paso incesante
del sol en su recorrido.

La mirada suspendida
en el barco, rayano horizonte,
mínimo en la distancia
y empequeñecido según se alejaba
con rumbo al Estrecho,
donde el mar se hace Atlántico
y extremadamente anchuroso.

La mirada suspendida
en la placidez del agua,
de los aconteceres,
de la luz, de las perspectivas
y la luminosa estrella que alumbra mi vida.

17 agosto 2014

HIDROPEDAL



Bicicleta acuática,
—más bien tándem—
donde dos pedalean y todos pelean
como colosos de los mares
por divertirse
a cierta distancia de la playa:
toda una hora de aventuras,
de justiprecio,
de exhibición intrépida
donde no ser empequeñecido
por el coro de amigos
más o menos uniformados
por los pocos años
y los deseos audaces
con el que obtener
el laurel de los valientes
o en su defecto,
el más sagaz y diestro,
también el más divertido.

16 agosto 2014

LA CALA



La cala, abrazo salado
de agua mansa,
en tonalidades de azules diversos
—según el día—
y arena fina
con textura semisólida,
como entreno e invitación
a la intimación de agua salina
que una voz interior vocea
en difícil resistencia.

Descongestión, freno a las prisas,
ni siquiera el mar
hace el gesto furioso frecuente
de la playa abierta.

La cala, cala hasta el alma
su diminuto ser de arcada
como extendiendo sus brazos
en los que abrocharte
e intimar contigo
o propiciar el acercamiento
a ese otro cuerpo
en el que el deseo
planta la semilla
que abarca la proximidad.

La cala, abrazo de mar,
playa mínima,
máximo océano soñado
en un espacio recoleto,
que se asemeja al mapa
mental de la serenidad.

15 agosto 2014

ME LLAMA



Me llama,
el mar me llama
y me ama, y me clama;
el amor en mí inflama
desde enero a diciembre,
—mas por san Bernabé—
se hace ardor esa llama
que enciende el deseo
en su flama;
un ayer que quiere ser hoy...

Me llama,
el mar me llama
de manera imprudente
y de forma tan ardiente
que mi memoria reclama...

Me llama,
el mar me llama.