31 agosto 2010

ENCUENTRO EN EL AGUA

Después de la rentrée, la normalidad. Suelo ir tres días por semana a la piscina por prescripción facultativa. Al despertar me apetecía seguir remoloneando, pero la disciplina es la forja idónea contra las tentaciones. ¡Arriba! Traté de justificarme conmigo mismo dejarlo para el día primero de mes, pero no fui capaz de convencerme; la bolsa estaba pertrecha de todos lo necesario y cargué con ella. A la llegada fui recibido con vítores y bromas: “¡Menudas vacaciones!” Es una de las pequeñas licencias de la edad.

En los ejercicios previos, mis músculos y articulaciones se acordaban de las vacaciones y chirriaban con llagadas voces de protesta. Me he esforzado más que nunca, aunque las agujetas y el cansancio están llamando a mi puerta. El agua deliciosamente tibia, cristalina y mansa. “¡Calle tres!” Descendí con pulcritud y esmero por los peldaños de acero y me sumergí bajo el agua hasta la calle señalada. “¡Diez largos!” ¿No son ocho? “¡Diez largos!” Los dos primeros me resultaron interminables,  las brazadas agotadoras y las piernas como de plomo; tuve intención de rendirme, pero reflexioné y me di cuenta de que trabajaba por y para mí. ¡Adelante! -me dije-, y continué yendo y viniendo de extremo a extremo como soldado que marcha con marcialidad por el puesto de guardia. “¡Ahora seis a espalda doble!” No rechistes  -me dije-, esta chica con cara de ángel parece haberse tragado un demonio. Si llegué a contar bien tantas vueltas, debí hacer 850 m. ¡Ay de mí!

La báscula me habla de sobrepeso, la cinturilla del pantalón de estrecheces, mi mujer me sirve la comida en plato de postre, mi amigo Antonio me aguarda con una cervecita y vuelta a las andadas, pero en el agua me siento liviano como una libélula. Durante julio y agosto me he zambullido casi a diario en el Mediterráneo, pero el verdadero encuentro físico con el agua se produce en la piscina y con una monitora que desde arriba ordena con voz de sargento de hierro.

30 agosto 2010

ENTRE OLIVOS




Se llenó de luz exótica
-como el espejo-
tomando entidad ajena.

Se asomó entre los olivo
-como la lechuza-
inundando de magia la sobremesa.

Noche cálida y luminiscente
-como cada agosto-
noche de luna como ninguna.

29 agosto 2010

LA RENTRÉE

Dos meses después, Sevilla nos ha hecho una cálida acogida de más de cuarenta grados centígrados y el centro acotado para el comienzo de La Vuelta. ¡Cómo es posible tanto equipaje, tanto cachivache tras habernos pasado el verano semidesnudos! Con paciencia y sudores, todo encuentra su sitio y las maletas su espacio en el trastero hasta una nueva ocasión. Mis primos han debido pensar que los mercados hispalenses están desabastecidos y me pusieron media huerta en el maletero: el coche hizo sus rezongones por el peso y el frigorífico se abrió de brazos como diciendo ¡No hay más, es todo lo que soy!

El ocaso se llevó en su retirada unos diez grados, pero no eran pocos lo que quedaron fijados al asfalto. Salimos a buscar la brisa fresca y el Guadalquivir tenía muy poco que ofrecernos en su plácido fluir hacia Sanlúcar. Por Torneo y la Barqueta era grande la animación y los ciclistas pasaban, por equipos,  como una exhalación irreconocibles haciendo calentamiento -calentamiento en una noche tan calurosa, ¡Dios mío!-  La ciudad parecía deshabitada, salvo la muchedumbre que jaleaba el rodar esforzado de los ciclistas y nos regresamos a ver La Vuelta en la tele.

Esta mañana, como es costumbre, me he levantado a recibir la aurora y ésta se ha asomado distinta y distante de la que dejé en Marbella. La luz va llegando a poquitos, como en todos los lugares, pero aquí se me oculta entre edificios y no me deja ver la trayectoria que solía contemplar en las amanecidas marbellíes. Es domingo, los trasnochadores de la Alameda y entorno pasan vociferando sus impudicias despertando a los que duermen y enturbiando el silencio de los que gozamos la placidez de la dormición de la ciudad. Nada ha cambiado. Las manos mágicas de Lourdes se han ejercitado en el orden que le gusta y ahora hay cosas que no aparecen, salvo los libros, éstos me aguardan y me urgen.

Un correo de mi virtual y entrañable amiga vascocatalana me habla de que hace planes con su marido para venir a conocer Sevilla; tiemblo de emoción sintiéndome anticipadamente su cicerone y la oportunidad de ratificar a la persona que ya conozco sin habernos visto jamás; el AVE ha acortado la distancia antes enorme con Barcelona y la Red nos ha presentado y familiarizado paso a paso. ¡Cuántas cosas tenemos que agradecer a las nuevas tecnologías!

Como suele suceder cada rentrée, todo igual, todo nuevo. La báscula del baño me acusa de las cervecitas y los aperitivos, del pisto delicioso de María Isabel, de los gozos del patio de Encarni, y me urge a la dieta postvacacional. En las tardes, imaginaré el sol poniéndose por encima del Arroyo de los Columpios; a cualquier hora del día o de la noche la invitación al encuentro de Paco y Magdalena…     me aguarda Antonio con una Cruzcampo muy fría y los amigos de Jesús reclaman mi presencia y mis desvelos. Todo igual, todo nuevo, como cada rentrée.

28 agosto 2010

¡Supercampeón!


¡Enhorabuena Supercampeones!

PARA CUANDO ME VAYA

Para cuando me vaya, en el postrer día,
me pido un espíritu sereno, total certeza
de mi conducta, arrepentimiento sincero
de mis errores y tiempo para pedir limpio
y humilde perdón, y ofrecerlo, a quienes
he ofendido y a quienes me ofendieron.
Nada más; nada menos.

27 agosto 2010

ESCRIBE

Aunque pienses que no estás dotado para ello, escribe. La escritura lleva a la reflexión y el ordenamiento de las ideas, resultando un ejercicio fundamental para la mente. Muy a menudo hablamos lo que no debemos y silenciamos lo que debiéramos haber escupido y continúa haciéndonos daño. Escribe; la escritura ayuda a planificar el pensamiento, a hilvanar los hechos de manera coherente y en suma a poner cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa.

Pocas personas tienen el don de la oratoria, pero todos podemos asumir el papel de contar alguna historia. Ya, ya sé por experiencia que no es fácil, pero sí posible. El vértigo de la página en blanco se vence con la primera tachadura y si tienes la curiosidad y la ocasión de ver el original de cualquier laureado escritor, verás que son muy numerosos los tachones y las frases intercaladas. Escribe, no hace falta tener grandes conocimientos retóricos; el estilo, como el cuerpo atlético, llega con la práctica. Arriesga a conocerte a ti mismo y descubre cuán dificultoso es expresar aquello que quieres contar y cómo te libera del corsé que podría constreñirte; no importa si alguien llega a leer lo que querías mantener oculto y en consecuencia a conocerte más profundamente: escribir es similar a desnudar el alma, pero también la práctica te hace asumir el papel aséptico de hablar por boca de tus personajes.

La palabra es poderosa; la palabra escrita tiene ese mismo poder en estado de hibernación y vuelve a tomar vida cada vez que se lee. Escribe; no todas las personas tenemos la oportunidad de dejar las huellas de nuestro paso por la vida. Escribe, te querrás más y mejor.

26 agosto 2010

COHERENCIA

- Maestro, eso que dice no es coherente con lo que ha venido diciendo, ¿no le parece?
- Es posible.
- Con todos mis respetos, maestro, posible no, incoherente.
- ¿Sabes lo qué es rotundamente incoherente? La vida es evolución, renovación, cambio, mutación de una cosa para dar origen a otra; en suma, la vida es adaptación. Lo incoherente es no adaptarse al curso de la vida.
- ¿No nos está usted hablando de un cambio de chaqueta?
- No, eso sería someterse a la moda o bailar al son de intereses espurios. ¿Qué significa para usted la coherencia?
- Pues, como dice el diccionario, conexión, relación o unión de unas cosas con otras; actitud lógica y consecuente con una posición anterior.
- ¡Bien dicho, lógica y consecuente! En cambio lo que al parecer le agrada es instalarse en una opinión y mantenerla y no enmendarla, a pesar de las circunstancias y del paso del tiempo; ¿cree que es coherente que los militares usen siempre el mismo uniforme?
- ¡Evidente, maestro!
- Lo evidente es que el ejército se mantiene uniformado, pero ha adaptando el mismo a las realidades sociales y estratégicas del momento, ¿o acaso tienen que estar confeccionados con el mismo paño con el que vistió su bisabuelo? Hoy los ejércitos están compuestos de tecnócratas, no de carne de cañón. Aún tiene usted pocos años, pero se sorprenderá cuando pasen tres décadas y observe las nuevas perspectivas que le ofrece la vida. Si hemos llegado hasta aquí no es como consecuencia de una inmutable coherencia esquistada en el inmovilismo, sino en la evolución, en el aprovechamiento que la ciencia y la tecnología pone a nuestro alcance, ¿o acaso tendríamos que habernos quedado en la palanca y el polipasto?
- ¡Me refería a las ideas, maestro!
- Las ideas son el germen de la ciencia y la tecnología, sin ellas no habría transformación. Gracias a la genialidad de unos pocos avanza el mundo; gracias a la rueda aparecieron los carruajes y se transformaron en automóviles.
- ¡Visto así…!
- Despierte cada mañana tratando de averiguar lo que le depara la vida, casi siempre un don por el que no ha hecho esfuerzo alguno. Viva con alegría el progreso de su entorno y agradezca los muchos regalos que le ofrece la naturaleza, así como el trabajo de aquellos que le permiten a usted vivir fuera de las cavernas. No olvide que la vida mejora por la iniciativa de unos locos que, a contracorriente, abren puertas que siguen los inteligentes y ponen al servicio de todos. Disfrute de la aurora o el ocaso, cada día distintos, pero coherentes con lo que vienen haciendo desde la noche de los tiempos. ¡Déjese abrazar por la vida; comprenda que como el sol, cada día tendrá usted que trazar un recorrido levemente distinto.

25 agosto 2010

TESTAMENTO

Siempre había sido un hombre huraño, esquivo, apegado únicamente al trabajo y a engrandecer su patrimonio, cada día más engrosado y considerable. Casi nunca se le veía en fiestas y cuando lo hacía era muy moderado en el gasto. Sus hijos fueron educados en grandes colegios, pero jamás tuvieron abundancia en el bolsillo. “Hay que aprender a ganarlo; a gastar se aprende pronto”, era la machacona respuesta a las peticiones de sus hijos. No frecuentaba restaurantes, salvo lo estrictamente ineludible por los negocios, salvo en las bodas de sus tres hijos. Su descanso era el trabajo y su anhelo incrementar su capital. Renegaba de las comidas de trabajo porque decía que no se puede estar en misa y repicando, y su vestuario era formal y severo, como todo en su vida.

La muerte de su esposa vino a acentuar aún más su cicatería, pero habrían pasado sólo seis meses cuando lo encontré sonriente y divertido brindando con espumoso, tras haber dado cuenta de una suculenta cena. Estaba acompañado de media docena de sus fieles y sin poder contenerme le dije: ¡Usted, don Julián! “¡Cosas veredes, amigo Sancho! -me respondió mientras elevaba su copa iniciando un brindis- Esta mañana estuve en el notario para hacer testamento; he repartido todo lo mío dejando a mis hijos lo suficiente para que puedan vivir para siempre con el mismo nivel del que ahora disfrutan, he seguido el consejo de mi esposa y he asignado un monto considerable para obras de beneficencia, he creado una fundación con mi nombre para que los hijos y nietos de los que fielmente han trabajado codo a codo conmigo pueda recibir una buena educación, también otras pequeñas donaciones puntuales que callo por prudencia; en fin, amigo, que me he dado cuenta que ya nada me pertenece y me lo estoy gastando con alegría”.

24 agosto 2010

LOS ESTIGMAS DE LA CRISIS

Se quejan los libreros de que las ventas de libros han descendido un 20% desde el inicio del verano, pero es de suponer que habrán tenido en cuenta que es tiempo de playa, de chanclas y camiseta, de tinto de verano, de cervezas y moragas, y de largas tendidas al sol vuelta y vuelta; tampoco habrán dejado de contemplar que el insomnio tiene otras dedicaciones más lúdicas y sociales que el aislamiento bajo un flexo y que las mañanas estivales son plácidas de dormir. De lo que no estoy tan seguro es que hayan contemplado o no las descargas de libros enteros por la red, los e-books, los iPod y el mucho tiempo que resta a la lectura la escucha de música, el chat, los SMS y la virtualidad de las redes sociales.

Lo cierto es que lo mismo que suele ocurrir cuando se viaja en los transportes públicos, los escasos lectores que me he topado en la playa han sido casi siempre mujeres; una mayoría que recuerda lo mismo que sucede con las aulas universitarias, donde las mujeres están por encima del 60% y con mejores calificaciones que los hombres.

Otros de los estigmas de la crisis es la venta de tabaco. Los fumadores deben sentirse cada vez más acosados: se prohíbe fumar en los espacios públicos, son mirados con repudio cuando lo hacen en la calle, y reducidos a cubículos infames cuando están en el aeropuerto u otros espacios a cubierto; eso ha llevado a muchos fumadores a abandonar el hábito, sobre todo por consejo severo de sus médicos, y a los recalcitrantes, empujados por la crisis económica, a volver a los tiempos de antaño y liar sus propios cigarrillos. Dicen los estanqueros que el tabaco de liar ha subido sus ventas un 80% en detrimento de los cigarrillos, asfixiados los fumadores por el humo de los impuestos.

También en el fumar la mujer está tomando la delantera al hombre: una pérfida manera de reivindicar su personalidad y el viejo sometimiento del género. Dicen los muy avispados que, la ventaja que tiene liar el cigarrillo es que puedes poner dentro picadura y otras yerbas.

23 agosto 2010

SUBIDA AL PICO DE JUANAR

A escasa distancia de Marbella, pero a 1.182 metros de altitud, se encuentra el Pico de Juanar. Este monte forma parte de la Sierra Blanca, la atalaya y escudo que proporcionan a la ciudad un microclima especial tanto en invierno como en verano. El Pico de Juanar está en término municipal de Ojén y ha sido y sigue siendo atractivo de excursionistas y montañeros. Mi situación física no me permite revivir lo que hiciera en mi juventud, pero mi hijo Carlos ha subido en estos días estivales y me ha hecho entrega de las fotografías.

Cuenta la leyenda que, encontrándose unos marineros en peligro extremo, en medio de una tormenta, como quiera que divisaron a los lejos el Pico de Juanar, prometieron poner una cruz en lo más alto si salían con vida de la tempestad. Desde entonces, cada 3 de mayo, Festividad de la Cruz, suben peregrinos desde Ojén y Marbella.

La última fotografía nos ofrece una vista de Marbella desde lo alto del Pico de Juanar.









RENACER

Cuando creía que la vida me había dado la espalda abandonándome en la postración, comencé a ser más minucioso y a buscarle con ahínco, a apreciar mucho más los pequeños detalles y a agradecer con deleite las cosas inmateriales y simples que antes me pasaban desapercibidas. Observé cómo el sol se hace dorado o de plata antes de su defunción de cada anochecida y cómo renace cada amanecer; reparé en el crecimiento paulatino de las plantas, en su diversidad y colorido, en la gama casi infinita de nubes distintas de cada uno de los días encapotados, en la agitación y velocidad con la que se desenvuelven las personas; entonces decidí acoplarme al ritmo de la vida y renacer de forma radiante cada mañana al alba como una nueva criatura. Él me esperaba, y le dedico la primera media hora de cada amanecida, un diálogo con el que trato de meditar mi vida: pido por las necesidades de conocidos y desconocidos y pongo las mías en sus manos. Y como si de un milagro se tratase, se ilumina mi existencia y renazco tras la muerte transitoria y reparadora de cada noche, para cargar las pilas y vivir el ahora como quien dispone de una ocasión única, un renacer que, como la aurora, es nuevo y genuino cada día.

22 agosto 2010

MEDIOCRES

El mediocre se halla en la mediatriz entre el imbécil y el genio, en puro ejercicio de equilibrio inestable y oscilante en dicho vano, a pesar de que él, por lo general, lo desconoce. Dependiendo de los recursos usados en cada momento, puede aproximarse a uno u otro extremo en un ir y venir que tiene mucho más que ver con el azar que con su propia decisión. Se caracteriza por ser una persona tibia en el horizonte de los conocimientos ilimitados que los genios alcanzan con tesón y esfuerzo, por sumarse a la opinión de los líderes y de los medios de comunicación –manejados éstos por intereses económicos- creyéndose original, por carecer de iniciativas o ser éstas muy secundarias o banales, por aplaudir a quien se encumbra sin merecimiento como si se viera reflejada su personalidad en el encumbrado, por consumir siendo conducido por la publicidad a la que dice no hacer ni caso, por viajar a los lugares y en las fechas en las que todos lo hacen… Sus manifestaciones, a falta de criterios rigurosos, se inclinan por la imitación y los tópicos.

Mientras que los genios son muy pocos y los imbéciles numerosos, los mediocres, si volaran, serían capaces de provocar un eclipse de sol. Por hallarse los mediocres en el tramo de ese columpio que equidista de dos extremos, existe una amplia gama de mediocres que va desde la estulticia a la vecindad de la sabiduría, cuya consecuencia es que algunos mediocres se crean merecedores del laurel de los elegidos y se les hinche el pecho de arrogancia.

Sé que no me encuentro en el extremo excelso, que no soy merecedor del Olimpo de los selectos, y espero no estarlo en el otro extremo; luego, cuando hablo de mediocres, hablo de mí mismo.

21 agosto 2010

LA CONTUNDENCIA DE LAS ARMAS

El hombre se asombró de la contundencia y eficacia de lanzar una piedra contra su adversario, salvaguardando su integridad física del anterior cuerpo a cuerpo, y descubrió las armas sin saberlo; seguidamente inventó la honda para hacerlo con más fuerza y a mayor distancia; prolongó la capacidad hiriente de su brazo a la espada, e hirió de muerte a su enemigo; alargó el brazo aún más y ensartó al contrario con la lanza o la pica, incluso desde el caballo; descubrió la pólvora y fabricó arcabuces que luego fueron fusiles y terminaron siendo automáticos con barrido de ametralladora; los cañones acabaron con el refugio de quienes se protegían y los obuses sorteaban los obstáculos en busca del objetivo; los tanques abrieron los caminos y los anfibios resultaron ser magníficos vadeadores; los aviones le permitieron al hombre ni tan siquiera mancharse los pies de barro… Después vendrían las minas, las bombas lapa, la guerra nuclear, la bomba de neutrones, la guerra química, las bombas de racimo… y el hombre sigue con saña inventando elementos que le ayuden a acabar con su adversario; pero ningún arma es tan destructiva y contundente como la calumnia, pues ésta mata con la lengua y se extiende de forma imparable como nube fétida, como un veneno inoculado en las arterias de la sociedad, que acaba con el difamado desde el corazón.

20 agosto 2010

FERIA DE MÁLAGA 2010

Ayer jueves estuve en la Feria de Málaga -en la Fería del Centro- en compañía de unos amigos. De la forma más resumida posible, dejo unas imágenes a modo de testimonio del bullicio y la fiesta en la calle, al alcance de todos y con la participación de todos. En las afueras de la ciudad existe un recinto ferial específico y efímero, con casetas y atracciones, pero Málaga tiene la tradición de celebrar también las mañanas de feria en el corazón de la ciudad.



Son muy frecuentes las charangas que animan las calles del centro.



Tanto charangas de mujeres como de hombres, así como espectáculos de flamenco y Pandas de Verdiales.





Las dos últimas imágenes corresponden a dos personajes netamente malagueños: el cenachero o vendedor de chanquetes voceados por las calles -personaje ya extinguido-, y el biznaguero o vendedor de biznagas de jazmines.

19 agosto 2010

PASO A PASO

Mi abuelo solía contarme una pequeña historia  -ficticia o no, nunca no supe-  cada vez que quería enseñarme algo. Cierto día me contó que su padre había desbrozado  de malezas el sotillo y sembrado de castaños; no lejos de sus lindes, el tío Eufrasio también sembró de castaños su soto y los fue labrando, regando y abonando con periodicidad y frecuencia, mientras que mi bisabuelo se desentendió de los árboles después de haber hecho la plantación. Las consecuencias no tardaron en llegar: mientras que la arboleda del vecino crecía frondosa y rápidamente, la de nuestra familia parecía estar estancada sin desarrollarse, lo que hizo que el tío Eufrasio de pavoneara descaradamente ante el bisabuelo, quien con bastante sorna le respondía: “paso a paso”.

Pasaron tres años y el sotillo del bisabuelo seguía siendo un proyecto que no terminaba de arrancar, mientras que el del tío Eufrasio no dejaba de crecer y engrosar. Pero cierto día tuvo lugar una tormenta fortísima, de esas que figuran en los anales de la meteorología, y la mayor parte de los árboles del vecino fueron descarnados y arrancados por la fuerza del viento y la erosión de las agua; mientras que los castaños raquíticos del bisabuelo permanecieron firmes ante la tempestad. “¿Cómo puede ser?”  -se preguntaba el tío Eufrasio-, a lo que encontró la misma respuesta de siempre: “paso a paso”. Resultó  -me explicaba mi abuelo-  que mientras los árboles del vecino crecían a lo alto, ayudados por sus cuidados, los de su padre no tuvieron más remedio que buscar el agua y los nutrientes que no les daba en las profundidades de la tierra, lo que hizo que se desarrollaran sus raíces y no sus troncos; para después de la tormenta ya estaban en condiciones de crecer a lo alto con firmeza y a su ritmo.

Todavía no hace un año  -el pasado mes de octubre inicié este blog de forma timorata-  y ya son 28 los seguidores. Paso a paso, creciendo hacia mis propios adentros, como los castaños del bisabuelo, y así espero seguir desarrollando esta página sin prisas y consolidando a cada uno de los que me siguen hasta la fidelidad. Hace unos días, con la ayuda de mi hijo Carlos, he instalado un analizador de visitas que me habla de todos los que me leen, de sus procedencias, del tiempo que le dedican, de los posts más leídos…   no de sus rostros anónimos.  Es muy alentador saber que este goteo de seguidores  -paso a paso-  y los comentarios, son la punta de iceberg de los que leen este blog. A todos ellos quiero manifestarles hoy mi agradecimiento, especialmente a los que se han señalado como seguidores y a los que rubrican la lectura con comentarios. A todos y cada uno de ustedes, reciban mi cálido abrazo.

18 agosto 2010

EL GRANO Y LA PAJA

Emilio había sobrepasado los cuarenta años y tenía la sensación de que su vida era un puro fracaso. Perseguía la perfección y se desmoralizaba cada vez que en alguno de sus proyectos afloraban los inconvenientes. Le habían hablado de un sabio que se había apartado del mundo y vivía como ermitaño en la cima escarpada de la montaña.

Empujado por la inquietud que le amargaba sus días, subió al monte y se presentó en la puerta de la cueva diciendo: Maestro, ¿qué  puedo hacer para evitar en todos mis proyectos los efectos no deseados? El anciano guardó silencio por unos instantes, luego lo miró, salió hasta la puerta de la cueva donde Emilio se encontraba y dijo: Hace una mañana muy fresca, ¿no sientes frío? ¡Sí, maestro! –dijo frotándose las manos y las orejas- Pues pasa y caliéntate, voy a encender fuego para ti. Emilio entró en la cueva, observó la carencia de enseres, el rústico catre y se acercó a la lumbre, pero al poco se retiró frotándose los ojos y renegando del humo. Joven, -le dijo el anciano- has venido hasta aquí buscando consejo y para ello has tenido que hacer el pago del esfuerzo en subir hasta esta altura; luego te has acercado al fuego para calentarte y protestas del humo. ¿No sabes que a poco de haberse encendido el fuego el humo desaparece, las llamas lo iluminan todo, y luego el rescoldo nos sigue dando calor y sosiego propicios para la contemplación? Imagino que si te invitara a comer el fruto del castaño protestarías de las púas que lo protegen y la camisa que lo envuelve; pues como el grano de trigo tiene que ser trillado en la era y aventado para separar la paja del grano, con la ayuda de la brisa suave, así cada una de las actividades de la vida tienen su grano y su paja. Emilio se marchó cabizbajo y enfiló el sendero de vuelta cavilando en las palabras del maestro.

17 agosto 2010

VIVIR EN EL FUTURO

Somos dados a sufrir en el presente por los padecimientos que todavía no sucedieron y que probablemente jamás lleguen a suceder. Mientras los nostálgicos viven hoy pensando en el ayer, a los catastrofistas les sucede que tampoco bien el presente, instalados en un futuro siempre calamitoso.

Era noche cerrada cuando aquel hombre avanzaba con su auto por una carretera secundaria bastante desierta; el cielo estaba tan cubierto que ni siquiera dejaba asomarse los mundos celestes sobre la bóveda del cielo. La radio no conseguía buena sintonía y decidió meter un CD de su predilección. De repente un estruendo y el desgobierno inmediato del volante hasta que logró hacerse con el control del vehículo y detenerlo: la rueda trasera derecha había reventado y la de repuesto le había sido sustraída en algún momento del que nunca tuvo noción. Después de maldecir una y otra vez decidió usar el móvil, pero no había cobertura. ¡Maldita sea! Entre los insulto vio a lo lejos  una luz mortecina de una vivienda no demasiado lejana y hacia allá se dirigió en busca de auxilio.

Mientras caminaba, con la esperanza y la certeza de que tendrían teléfono en aquel lugar tan inhóspito, supuso que se aprovecharían tratando de sacarle beneficio a su desgracia. ¡Estos son capaces de cobrarme cinco euros por llamar a la grúa! Y mientras caminaba seguía con sus cavilaciones. ¡Qué digo cinco, seguro que me piden diez euros por llamar a asistencia en carretera! La calzada hacía un poco de repecho y una curva a la izquierda, pero seguía viendo la luz eléctrica de la casa, ahora con mayor nitidez. ¡Capaces son de cobrarme veinte euros por llamar a la compañía de seguros! ¡Cómo pueden abusar de esta forma de mi indefensión! Ya se acercaba a la casa cuando pensó que serían unos usureros y le pedirían cincuenta o cien euros por hacer la llamada. Cuando estuvo a la puerta oyó música en su interior sin poder concretar si se trataría de un aparato de radio o del televisor. Llamó con contundencia y a poco se interrumpió la música. ¡Qué digo cien, son capaces de pedirme quinientos euros por una simple llamada! Cuando abrió la puerta el anciano y antes de que éste le saludara, le espetó el viajero: ¡Váyase al diablo usted y su teléfono!

16 agosto 2010

ENTRE LA OBSESIÓN Y EL ABANDONO

Hace algún tiempo, el lema de la campaña de previsión de salud visual, auspiciada por los colegios oftálmicos, decía: ¡Dos ojos para toda una vida! Desconozco la repercusión económica que dicha campaña reportara, pero fue ostensible la mayor atención que el público en general prestó desde entonces al cuidado de la vista.

Con frecuencia se nos olvida que a diferencias de los coches, los electrodomésticos y tanto mecanismos como utilizamos en la vida diaria, las personas no disponemos de pizas de recambio ni almacén alguno en el que se nos dispensen los órganos que dejaron de funcionar. Por tanto, me parece oportuno recordar, y recordarme, que el lema que fue y sigue siendo válido para los ojos es extrapolable al resto de la anatomía. Algunos órganos, como el de la vista o los riñones, los tenemos por duplicado, por lo que el fallo de uno, aun siendo grave, no es el fin; pero ¿qué ocurre con otros más exclusivos como el corazón o el hígado?

Hay muchas personas que viven obsesionadas por la salud física, lo que suele tener consecuencias psicológicas nada agradable; personas que se obstinan y persiguen una talla imposible o esquelética, rayana a lo enfermizo, y otras que no hacen nada por mantenerse dentro de un peso que su esqueleto pueda seguir cargando. Hay personas que pasan olímpicamente el listón de los factores de riesgo, que condimentan y salan a discreción, que trasiegan alcoholes como si sus cuerpos fueran alambiques o damajuanas, y otras que desconocen el buqué de una copa de buen vino.

Para todas las cosas existe un punto de equilibrio, un fiel de la balanza en el que tradicionalmente se dice que está la virtud. Entre la obsesión y el abandono, entre pasarse y no llegar, entre la gula y el ayuno, está ese punto de encuentro en el que aparece la vida placentera y plena de salud.

15 agosto 2010

DEL PEDAZO GRANDE

Cuenta mi tía María que le contaron  -así es la tradición oral-,  que el viajero, antes de abandonar su hogar, recibió el consejo y la bendición de su padre:

Hijo, toma estas tres manzanas; cuando alguien te acompañe en el camino, toma una de ellas y divídela en dos trozos desiguales, luego se los ofrece a tu acompañante para que él elija; si acaso cogiera el trozo mayor, apártate de él cuanto antes, ya que no eres tú, sino tus bienes los que le interesan; si por el contrario cogiera para él el trozo más pequeño, estás con una persona de fiar, porque eres tú el centro de su interés, no tu hacienda.

Como le había recomendado su padre, cuando se presentó la ocasión ofreció a su compañero de viaje que cogiera uno de los trozos de manzana con la que refrescar el cansancio del camino, y al comprobar que agarraba el pedazo mayor procuraba apartarse de él con alguna escusa, para reemprender de nuevo la marcha más tarde en solitario. Esto sucedió en un par de ocasiones, mas cuando el tercer viajero tomó para sí el trozo pequeño, se dejó acompañar y guiar por él, sabiendo que en ello encontraría la fortuna que buscaba.

Por eso los hijos de mi tía María, aleccionados por su madre y la tradición oral, cuando observan en su camino algún lobo hambriento ávido de hincar el diente en lo ajeno, se dicen uno al otro: ¡Hermano, este es del pedazo grande!

14 agosto 2010

LLORO

Lloro de alegría, cuando la brisa suave es abanico para mi sofoco
y perfuma con gotas de angostura mis llagas.
Lloro de pena, y trago saliva, cuando la noche no trae sábanas
con las que arropar tanto quebranto en casa de los sin-casa.
Lloro de alegría, cuando el llanto de un niño desahoga su pena,
de repente, como con un resorte, y ríe como quien salda una deuda.
Lloro de pena, ante el despilfarro de tanta abundancia desaprovechada,
sin reparar en que lo que tiramos no nos pertenece.
Lloro de alegría, cuando saludo en la calle a un desconocido
y éste me responde con la cara iluminada.
Lloro de pena, cuando urge el claxon impaciente al anciano
que torpemente quiere cruzar al otro lado de la calle.
Lloro de alegría, cuando mi mano derecha se desprende
y la izquierda -sorda y ciega-  no se entera de nada.
Lloro de pena, cuando escamoteo el encuentro de quien no viene a dar
y me siento perdido en el laberinto del egoísmo.
Lloro de alegría, cuando el bombo orondo de una gestante
es el reposadero de las manos que dan vida con su vida.
Lloro de pena, cuando esbozo una sonrisa y halla la mueca ácida
del desprecio como respuesta.
Lloro de alegría, porque sé que Tú esperas a mi puerta a que te abra,
para entrar y cenar conmigo, cosa que suelo aparcar en el olvido.
Lloro de pena, cuando repaso las horas vividas y sólo encuentro
borrones y tachaduras que nunca pasé a limpio.
Lloro de alegría y lloro de pena, porque de óptimo y pésimo,
de cal y de arena, es la argamasa con la que he sido constituido
para bien o para mal, y en esa tesitura me debato.

13 agosto 2010

ESPERADME EN EL CIELO

Hace unos días, el amigo Tajafuerte no se atrevía a recomendar a voz en grito el libro que acababa de leer y le había interesado tanto; posiblemente yo sea más intrépido, por lo que propongo cambiar unas horas de letargo estival por la lectura de Esperadme en el cielo, una novela de mi vecina  -nuestra vecina-  de blog, Maruja Torres: http://www.marujatorres.com/.

La protagonista de esta novela vive la virtualidad de un encuentro en el Más Allá con sus finados amigos Terenci y Manolo –cualquier parecido con la realidad de Moix y Vázquez Montalbán no es casual, apunto yo-  La tercera de los escritores nacidos en el Raval barcelonés, con las mismas vivencias de la extrema dureza de los años de postguerra y el amor por el cine y la literatura, se pasea de forma etérea, en compañía de sus dos amigos, fallecidos con anterioridad, entre Barcelona, Madrid, Beirut, Egipto, Alejandría, todo ello bajo la pantalla panorámica de Hollywood y las páginas de los libros propios y ajenos y la mordacidad de una vida intensamente vivida. ¿Saben ustedes que los rizos de Maruja son retazos de celuloide ensortijados con palabras?

Una novela ágil como su autora, que se lee de corrido cambiando la lectura por el sopor de la siesta, y que se saborea y diluye entre las manos y el paladar con la rapidez, la dulzura y el deleite de un algodón de azúcar.

ELOGIO DE LA PALABRA

Acabo de regresar del Concierto  en la Muralla de esta apacible noche marbellí. Traigo el paladar ahíto de dicción y musicalidad, de sonidos y de palabras. Ha sido hora y media de Elogio de la Palabra con Amancio Prada, J. Carlos Maestre, poeta, y Carlos Cardale, violonchelista.

Como testimonio, les dejo un enlace a la canción a la que le hemos forzado en el bis: Libre te quiero.

12 agosto 2010

CONCIERTOS EN LA MURALLA

Posiblemente el día de ayer haya sido el más caluroso del verano marbellí, un atractivo añadido para asistir a la Plaza de la Iglesia y ver el espectáculo al aire libre. El escenario se encuentra en el muro sur del castillo, el mismo lugar donde cumplí los dieciséis años, en aquel alojamiento que tenía la empresa de mi primer empleo, unas viviendas adosadas a la muralla que más adelante fueron derribadas.

Con aire de bolero, es el nombre del espectáculo, cuyo único intérprete, Juan Dima, ha desgranado con voz potente y melodiosa –a veces nasal- , acompañado al piano y otras a la guitarra por Pedro Gordillo. Noche de abanicos, noche de encuentro con el bolero total, con los sentimientos y las nostalgias, el desamor y los desencuentros, la pasión sin frenos, los celos y los amores imposibles. Un amplio repertorio que ha hecho vibrar al público heterodoxo que abarrotaba la plaza -con bastantes personas de pie-, en uno de cuyos rincones está el restaurante donde cenó la Sra. Obama hace unos días. Un repertorio como el collar de perlas de las mejores partituras del género: Amar y vivir, Cenizas, La barca, Noche de ronda, Bésame mucho, Dos gardenias, Solamente una vez, Celoso, Nuestro juramento, Perfidia, El reloj, Piensa en mí, Quiéreme mucho, Fallaste corazón, Bolero de amor, Nosotros, Usted, Verdad amarga.

Noche con música de ayer y de siempre, maravillosamente interpretada, de la que remueve los sentimientos e invitan al amor. Entre el público, la cantante Maruja Lozano, residente en Marbella, y su hija, la presentadora Ana García Lozano; detrás de mi asiento, alguien habla de la casa que le enamora y por la que ha ofrecido un millón seiscientos mil euros, aunque la propiedad insiste en los dos millones; a mi alrededor gente sencilla, otras de medio pelo y algunas estupendas. Grandes aplausos, un bis muy sentido y emocionado, y a la salida deseos de emular a Juan Dimas, cantándole boleros a la que va y siempre fue de mi brazo.

11 agosto 2010

ROCHILES

Cuando llegas al campo y el labriego suelta la azada, se olvida de las malas hierbas y te ofrece su compañía sudorosa y el abandono de sus muchas tareas, es señal de la calidez de su acogida. Caía la tarde cuando llegamos a Rochiles, el sol ya no azotaba el porche de la vivienda sino que se había ocultado detrás de la Cañada de los Columpios. Mi primo Juan no quiso darnos los besos y abrazos de costumbre porque llegó sudoroso, pero sí nos obsequió con el sudor de su esfuerzo: pimientos, berenjenas, higos, aguacates, lechugas… “este año los tomates no sé qué pasa con ellos que están muy retrasados, tampoco hay higos chumbos”. Habíamos llegado en busca del encuentro, pero es difícil llegar allí y no volver a casa y comprobar la pequeñez de nuestro frigorífico.

Como siempre que se produce, revivimos el anecdotario familiar, el coraje y tesón de la abuela, las vivencias de la niñez y la vuelta al pasado con la ayuda de tres cajas atiborradas de fotografías en blanco y negro. Fue muy emotivo el encuentro con los seres queridos que ya no están, y divertido contemplar el paso del tiempo y sus estragos por aquellos otros que permanecemos. Risas, emociones, cerveza fría y limonada, hilvanando anécdotas con recuerdos que vienen a reafirmar quienes somos, aunque no sepamos muy bien adónde vamos. De repente la noche y el silencio sepulcral del campo, las chicharras dormidas y el leve murmullo de la brisa entre las hojas de los árboles. Huele la dama de noche y las salamanquesas comienzan su festín junto a los apliques de luz del porche, mientras nosotros seguimos hablando sin parar y dando cuenta de la cena.

Fueron unas horas siempre soñadas en las que para ellos todo había quedado aplazado, salvo agasajarnos y conversar largamente, unas horas con las que uno nutre las añoranzas de la distancia, desde el mismo instante en el que damos por finalizadas las vacaciones. Con demasiada frecuencia nos empeñamos en vivir solos, pero lo cierto es que somos seres de encuentro, de convivencia, y nos necesitamos unos a otros para seguir existiendo. Gracias, María Isabel, por tu sonrisa franca y tu hospitalidad.

10 agosto 2010

LA DUREZA DEL CAMINO

Imaginas qué pasaría si nos pusiéramos a contar los sueños irrealizados, los proyectos que duermen para siempre en el cajón del olvido, las empresas iniciadas y no concluidas, las ideas que no pasaron de la categoría de ideas sin que en ningún momento hayan tomado forma… Pues de todas esas cosas está hecha nuestra vida: sueños, proyectos, aciertos y fracasos.

Es un error pensar que son los aciertos los que nos han traído hasta aquí, aquellos que después de haber sido planificados han terminado en éxito, porque inclusive el más perfecto de cuantos sueños o proyectos hayamos tenido en nuestra vida se han ido modelando con ligeras o no tan ligeras modificaciones. El éxito suele producir una borrachera que sólo deja resaca; mientras que son los fracasos los que nos dan las lecciones más provechosas.

En cierta ocasión -hace ya algunos años- dije que uno se hace viejo cuando deja de tener proyectos. Que no sean los fracasos los que nos arrinconen en el varadero de ver pasar los días con los brazos caídos, porque esa es la actitud que espera la Pérfida Guadaña para segar la mies. Por tanto, un ejercicio muy recomendable es sopesar los fracasos como licenciatura de la vida y poner ahínco en seguir soñando, proyectando con toda las ilusiones; eso sí, acompasando los pasos a las facultades físicas, que esas son capítulo aparte.

09 agosto 2010

CONCIERTO

Pasear por el centro de Marbella es una caja de sorpresas, lo mismo te cruzas con unos desaliñados medio desnudos que pasan sin decoro, como con personas de alto standing,finas maneras y color avellanado por filtros solares y cosméticos. El paseo marítimo, igualmente variopinto, tiene restaurantes lujosos y otros con menús al alcance de los bolsillos más frágiles. Han desaparecido los tenderetes de antaño, pero no así los senegaleses y su mercadeo de imitaciones que dan el pego.

A la caída de la tarde, cuando el sol se acuesta detrás de Estepona e incluso más allá de Tarifa, nos encontramos con la feria de la tapa en la Avenida del Mar, donde Dalí se asoma permanentemente en una docena de sus estatuas. El gentío es enorme y se cruzan pueblerinos con normandos, eslavos con yanquis, y todo dentro de la mayor normalidad que uno pueda imaginarse.

En la Alameda, la Banda Municipal de Música deshila su repertorio: Churumbelería, La leyenda del beso, Temas andaluces, Concierto de amores, Júpiter dios de la alegría, Katiuska, Siln Festival y Suspiros de España, para rematar con el Himno Nacional fuertemente aplaudido.

A las espalda del quiosco de la música, la feria del libro; unos ejemplares a módicos precios, más paseo, olor a fritura de pescado -chanquetes servidos con sigilo- y un hervidero de gente en la plaza Altamirano; un helado en La Flor Valenciana y mutis por el foro. Un programa familiar, apacible, discreto, pero con sabor especialísimo. Seguramente será apreciación mía o tal vez la compañía.

08 agosto 2010

XXXVI FESTIVAL FLAMENCO “CASTILLO DEL CANTE”


Ya sabemos que no hay nada eterno, pero algo que viene sucediendo ininterrumpidamente durante 36 años no es baladí. Anoche, sábado 7 de agosto, tuvo lugar en mi Ojén (Málaga) natal, un año más, uno de los encuentros flamencos de más prestigio de toda Andalucía. Como desde el comienzo, presentado por Salvador de la Peña, fueron pasando por el escenario cada uno de los intérpretes haciendo las delicias de un público que abarrotaba el aforo. Si durante muchos años fue Camarón la cabecera del cartel, en esta ocasión ha sido Miguel Poveda, un catalán de nacimiento y andaluz de vocación que no sólo no defraudó, sino que se metió al público en el bolsillo desde el primero de los cantes.

Sé que muchos de los que acceden a esta página no tendrán interés alguno por un arte tan de minorías, pero no siempre tiene uno ocasión de hablar de su pueblo y no estoy dispuesto a dejarla pasar de largo. En cuanto sonó el primer rasgueo de guitarra me sentí transportado a aquel rincón de la taberna de mi abuela Isabel, donde se desgranaban los cantes en una vieja gramola a la que había que hacer girar el manubrio de tanto en tanto antes de que la voz languideciera. Anterior a la radio, los sonidos de mi infancia tienen mucho que ver con aquellos discos de pizarra y 78 revoluciones que milagrosamente encerraban las voces de Vallejo, Caracol, El Pena, La Niña de los Peines, Marchena, Palanca, El Niño de la Huerta… Decía León Felipe: me acunaron con cuentos; en cambio yo me considero acunado por cantes: los de aquella vieja y querida gramola, y los de los clientes que trasegaban los chatos de vino.

Volviendo al presente, anoche la XXXVI edición del Castillo del Cante fue un éxito total con un rasgo común de calidad en todos los intérpretes que hablan de la larga trayectoria de dicho festival. Actuó en primer lugar Jesús Corbacho, una joven promesa de cantar melodioso y afinado que abrió la noche con malagueña rematada por verdial; El Pibri de Álora desgranó sus cantes de estilo libre con casi todas las facetas de los cantes malagueños y fandangos según voces que le precedieron, con especial gusto en los cantes del Piyayo y una agradable y dulce bulería con la letra de Ojos Verdes; le siguió La Cañeta de Málaga poniendo la gracia, el duende y el compás a sus muchos años y muchas tablas; finalmente cerró la primera parte del espectáculo Miguel Poveda, quien merece capítulo aparte. Tras el descanso, se abrió paso el baile de la esbelta y firme figura de Sergio Aranda, un mimbre de piernas poderosas y rabia controlada, especialmente en la soleá; continuó la bellísima Marina Heredia, con su voz de címbalo ligeramente quebrado y aromas del Albaicín; cerró la noche el joven onubense Guillermo Cano, el cual tiene la virtud de hacer lo clásico y sonar distinto, a nuevo, a personalísimo, a poderoso.

Cuando Miguel Poveda se plantó en el escenario lo hizo en silencio, y se mantuvo estatuario, sentado con porte juvenil y estampa antigua. Se masticaba el silencio, aguantó hasta que todo el público quedó expectante y rompió con un cante sin acompañamiento a modo de tarjeta de presentación, como credencial de que él es la figura indiscutible del momento. Continuó por alegrías, malagueña rematada por fandango de Lucena por bulerías, siguió con una soleá cantada como si la invitación imposible a Mairena y Marchena se hubieran hecho presentes en el escenario, luego vinieron los tangos, los cantes de Levante y las bulerías. Si en todos los cantes dejó maestría inigualable de su cátedra, en las bulerías destapó el tarro de las esencias dejando regusto de martinete, cartagenera, alegrías, soleá, fandango, seguiriyas… ¡La apoteosis! La totalidad del público puesto en pie le obligó a un bis solicitadísimo en el que nos ofreció el paladeo de una copla que podría ser un nuevo palo flamenco.

Una noche inolvidable que acabó pasadas las seis de la mañana, con un público que jaleó e hizo compás cuando la ocasión lo permitía, removidos de excitación en sus asientos. Un espectáculo total que confirma la larga tradición de este festival de Ojén y de su prestigio.

07 agosto 2010

DESCENSO DEL RÍO SELLA

Me enamoré del río Sella antes de conocerlo. Fue un amor por correspondencia que nunca fue correspondido. Hablo de los tiempos del NODO, cuyas imágenes sembraron en mí las ganas no satisfechas de descender el Sella en piragua desde Arriondas hasta Ribadesella, esos 20 kilómetros de naturaleza, fiesta y aventura con el que nuca dejé de soñar.

Jamás he subido a una piragua y mi escasa experiencia como remero se limita a algunas tardes de recreo y chapuzones en el Mediterráneo marbellí, mucho antes de que el paso del tiempo hubiera hecho estragos en mi físico. Por eso mi añoranza, cada mes de agosto, no es tanto por la competición deportiva internacional -para la que nunca estuve preparado-, luchando contra el crono, las adversidades, los rápidos, los pedreros, los meandros y las pozas, ni tratando de superar a los otros competidores, sino revivir en protagonista el viejo sueño e integrarme en el paisaje y paisanaje entre cánticos, brindis de sidrina, entre el silencio con rumor de aguas y el bullicio festivo.

Como suele sucederme con otras actividades deportivas, me sueño como el laureado héroe desde aquellas añejas imágenes en blanco y negro que precedieron a la televisión y que mostraban casi siempre un mundo idílico e inalcanzable.

06 agosto 2010

HIROSHIMA

Hoy hace 65 años que Hiroshima fue pulverizada por los efectos del hongo aniquilador de la primera bomba atómica. Desde que Caín utilizó la quijada de un burro para acabar con la vida de su hermano, el hombre sigue empeñado en hacer burrada tras burrada, y la evolución armamentista y su poder destructor ha seguido una estela imparable de progresión geométrica.

En Hiroshima quedó demostrado cómo acabar con todo vestigio de vida, -humana, animal, vegetal- dejando tras de sí sólo un erial irreconocible de cascotes y muerte. Desde entonces -según cuentan- los arsenales encierran un potencial suficiente como para exterminar varias veces a la humanidad entera, si acaso, como los gatos, tuviéramos más de una vida. Sólo el equilibrio inestable de los furrieles de tanto polvorín, y la misericordia del Creador -quien no está por la labor de que le destruyan su obra-, nos concede seguir contándolo.

05 agosto 2010

LA CASA DE LOS CASCOQUES

Antonio se admiraba y no comprendía por qué tantas personas se interesaban por conocer su casa. Tenía conciencia de que era una casa singular, distinta de las del resto de su pueblo, todas ellas enjalbegadas de blanco. La suya era muy peculiar y diferente a todas, especialmente por la policromía de su fachada.

Su origen humilde y sus trabajos, siempre temporales, no le habían permitido acceder como el resto de sus vecinos a una vivienda normalizada. Había heredado de sus padres un viejo aprisco en lo más alto del pueblo, donde con unos palos, una lona y algo de brezo y juncos se hizo una cabaña donde vivía muy modestamente del fruto de sus manos. Más tarde, cuando su novia rechazó casarse para vivir en una choza, Antonio comenzó con ahínco a levantar unos muros de piedra en los días de paro y en cada uno de sus ratos libres. Aún no se hablaba en el pueblo de reciclaje, pero sus escasos medios no le permitían acceder a la tienda de materiales de construcción, sino más bien a las escombreras, y de allí sacaba cuanto le parecía aprovechable. Anchos muros de piedra y encaramada en lo más alto del pueblo, su peculiaridad más destacada era que estaba revestida con trozos de azulejos de los más variados colores, como si de un mosaico se tratara. Antonio le había puesto a la casa todo su esfuerzo y el muchísimo tiempo que no dedicó al descanso, lo que le había permitido crear su propia familia y vivir felizmente en paz.

Ya jubilado, y con ocasión del aniversario de boda, sus hijos le obsequiaron con un viaje a Barcelona. Cuando paseó por el Parque Güell, La Pedrera y otros edificios de Gaudí, se sintió más o menos identificado y comprendió cómo la casa que él había construido a base de piedras y cascotes se había convertido en el más grande atractivo de su pueblo.

04 agosto 2010

TRÍADA

En las primeras luces
del amanecer,
el día viene preñado de futuro.

En la acústica audible
del silencio buscado,
Él me habla al oído.

No temas perderte:
la soledad es el espacio
donde encontrarte contigo.

Calor y frío;
día y noche:
valores relativos.

Detrás de un monte, otro monte;
detrás de la noche, el día:
secuencias ilimitadas.

La espera desespera;
en la desesperación
se diluyen las esperanzas.

Detrás del horizonte, más añil;
detrás de mí, más vidas:
así infinitamente.

Fe es creer en lo que no se ve;
los sentidos engañan:
la fe no tiene intermediarios.

Con el ocaso
se apagan las candilejas
y se abre el telón de las incógnitas.

03 agosto 2010

ANVERSO Y REVERSO

Si la visita de Michelle Obama y familia a Marbella ya ha tenido consecuencias positivas en el booking hotelero, dado que su estancia agosteña ha despertado el interés de curiosos, imitadores y medios de comunicación, la cara opuesta, y de igual procedencia, es la alerta que el Departamento de Estado, de los EEUU, -al cambio, Ministerio de Asuntos Exteriores- que dirige Hillary Clinton, hace llegar a los turistas americanos los problemas que pueden originarles su estancia en España por supuestos prejuicios racistas. Todo ello tiene que ver con presuntas detenciones o identificaciones arbitrarias que lleva a cabo la policía española sobre los extranjeros en persecución de inmigrantes sin papeles.

Un juez ha anulado la ley que criminalizaba a los inmigrantes ilegales en Arizonas, ley que había sido mundialmente criticada, por la catalogación de delito; mientras que la ley española castiga a los inmigrantes ilegales con una infracción administrativa. Lo cierto es que los pobres molestan siempre y en todo lugar; así, mientras que un musulmán rico es para nosotros un jeque árabe, uno pobre es un moro de mierda.

Lo dicho, que la Sra. Obama está resultando un espaldarazo para la maltrecha hostelería de la Costa del Sol que recibe esta inyección con mucho optimismo, pero que donde las dan las toman, cuya consecuencia lógica es una de cal y otra de arena: dos caras de la misma moneda, anverso y reverso.

02 agosto 2010

TERCIO DE QUITES

Como las guerras no se ganan con el éxito de una sola batalla, imagino que los amantes de los animales sentirán la satisfacción de haber logrado la prohibición de las corridas de toros en Cataluña, pero estarán soñando y maquinando la estrategia más adecuada para acabar con los encierros, los toros embolaos, los ensogaos y otras muchas variables con la que la gente se divierte en la multitud de fiestas locales a lo largo de la geografía española. Es cierto que en esta ocasión han encontrado un aliado idóneo, ya que dos vectores que ejercen sus fuerzas en una misma dirección son sumando de una misma suma, o como dice el refrán: “de perilla le han venido a los hombres los sombreros, unos se tapan la calva y otros se tapan los cuernos”.

Si de verdad queremos proteger a los animales de las animaladas del hombre, esto sólo debe ser la punta del iceberg. Los toristas dicen bien que la raza del toro bravo se extinguiría si no existieran las corridas de toros, pero ¿acaso existirían los pollos de Simago si no los enjaularan hacinados como sardinas en lata, les hicieran las noches días y les alimentaran con piensos compuestos de vaya usted a saber qué, para luego sacrificarlos –menos mal que no nos enteramos- vaya usted a saber cómo?

Hasta que no se generalizaron los frigoríficos todo era menos pulcro a la vista de lo que es hoy en día. El ama de casa compraba los animales vivos y los sacrificaba ella misma, por lo que la muerte vivía en cercana vecindad con todos nosotros. ¿Alguien se imagina hoy que en lugar de comprar el pollo descuartizado tiene que sacrificarlo y desplumarlo antes de cocinarlo? ¿Acaso es natural cebar animales estabulados, o en piscifactorías, donde ni son necesarias las redes para pescarlos?

Muchos de nuestros refinados usos gastronómicos debieran hacernos pensar en nuestro comportamiento hacia los animales. ¿Alguien sabe que el sabrosísimo foie se logra atrofiando el hígado de la oca, alimentándola en exceso mediante un embudo y en contra de su voluntad? Todos sabemos que para que podamos disfrutar de un sabroso lechal al horno hubo previamente que sacrificar al inocente cordero, pero hemos sacado el sacrificio de nuestras viejas cocinas y ahora nos centramos sólo en el deleite de la buena mesa, olvidándonos de sus tiernas yugulares. ¿Y en el caso de los mariscos? Tanto crustáceos como moluscos -langostas, cigalas, langostinos, gambas, cangrejos, almejas, coquinas, navajas, etc.- son más apreciados cuando son elaborados vivos.

En el momento de la creación, Dios dice al hombre: “…henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves del cielo y en todo animal…” (Gn 1, 28) Todo lo creado lo sometió el Creador al hombre. Y así como para que éste se coma una nuez o una castaña no tiene más remedio que pelarla, alimentarse de pescado o carne lleva implícito el sacrificio, si bien no la crueldad, y no me dirán que no es cruel meter un bogavante en un puchero hirviendo. Si los defensores de los animales quieren acabar con toda clase de tortura animal, la tarea que tienen por delante es inmensa y tan vieja como la propia existencia del hombre.

SETAS DE LA ENCARNACIÓN

¿Alguien sabría explicarme si estas setas son o no comestibles? ¿Quién será el faraón que ha orquestado esta sinfonía micóloga indigerible e inacabada? ¿Serán letales? ¿Tal vez un túmulo funerario?

Para quienes no conocen Sevilla, les diré que se construyen en la Plaza de la Encarnación, zona de los primeros asentamientos humanos de la ciudad, con vestigios romanos estudiados, catalogados y sepultados. Se supone que en ese lugar irá, entre otras cosas, -desconozco el resto- un mercado de abastos, tal y como allí mismo existiera 30 años atrás y que desde entonces duerme la espera en la provisionalidad de unas planchas de uralita.



01 agosto 2010

EL CANON

Se nos olvida que tan sólo hace escasamente una centuria la única forma de escuchar música era el directo. Todavía en los años sesenta del siglo pasado, lo primero que sonaba antes de una representación de género musical era la afinación de los instrumentos; luego vendrían los avances tecnológicos y las grabaciones -antes se vendieron discos de pizarra, como precursores del vinilo- y las emisoras de radio dejaron en el paro al pianista echando mano de los enlatados. Se multiplicó la música. Todos salimos ganando, salvo los intérpretes de la música; los autores -algunos- encontraron el filón de la multiplicación en la SGAE y, de la mediocridad económica, se instalaron en la opulencia.

Como las ciencias avanzan y no paran -ya lo decía don Hilarión- las nuevas tecnologías nos han traído otros soportes más fáciles de copiar, dando al traste con la mena de la mina melómana. Como resulta imposible ponerle puertas al campo, la SGAE revive los fielatos y se nos hace pagar por los soportes de grabación un canon, sin distinguir si éstos serán utilizados o no para otros fines. Algo así como si nos hicieran pagar en la factura del hotel los servicios ofertados y no utilizados, con el argumento de que los teníamos disponibles; o como si se nos exigiera, al comprar una escopeta de caza, el pago de un posible crimen porque la historia criminal recoge en sus anales el uso no deportivo de las escopetas.

Los autores, como los abogados, tendrán que minutar por el trabajo creativo de hoy y no de forma sistemática por lo que hicieron anteayer. ¿Podríamos imaginar al que escapa de la cárcel pagando semanalmente a su abogado por la hábil reducción de pena? Así como las aguas pasadas no mueven molino, el trabajo de hoy no puede traer el pan debajo del brazo para siempre. Cuando uso un DVD para guardar las fotografías que saturan mi ordenador o el borrador de una novela que jamás será publicada, pero que escribí pensando en la noche de Santa Teresa, ¿por qué tengo que pagar un canon?