Aunque pienses que no estás dotado para ello, escribe. La escritura lleva a la reflexión y el ordenamiento de las ideas, resultando un ejercicio fundamental para la mente. Muy a menudo hablamos lo que no debemos y silenciamos lo que debiéramos haber escupido y continúa haciéndonos daño. Escribe; la escritura ayuda a planificar el pensamiento, a hilvanar los hechos de manera coherente y en suma a poner cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa.
Pocas personas tienen el don de la oratoria, pero todos podemos asumir el papel de contar alguna historia. Ya, ya sé por experiencia que no es fácil, pero sí posible. El vértigo de la página en blanco se vence con la primera tachadura y si tienes la curiosidad y la ocasión de ver el original de cualquier laureado escritor, verás que son muy numerosos los tachones y las frases intercaladas. Escribe, no hace falta tener grandes conocimientos retóricos; el estilo, como el cuerpo atlético, llega con la práctica. Arriesga a conocerte a ti mismo y descubre cuán dificultoso es expresar aquello que quieres contar y cómo te libera del corsé que podría constreñirte; no importa si alguien llega a leer lo que querías mantener oculto y en consecuencia a conocerte más profundamente: escribir es similar a desnudar el alma, pero también la práctica te hace asumir el papel aséptico de hablar por boca de tus personajes.
La palabra es poderosa; la palabra escrita tiene ese mismo poder en estado de hibernación y vuelve a tomar vida cada vez que se lee. Escribe; no todas las personas tenemos la oportunidad de dejar las huellas de nuestro paso por la vida. Escribe, te querrás más y mejor.
Solo se obtienen cosas nuevas, haciendo cosas nuevas. Yo que hace unas semanas me siento como bloqueada, es lo que tendría que hacer, escribir y escribir, pero, no se si será el calor o el hastío la cuestión es que no adelanto.Espero poder solucionarlo pronto. De momento, leerte siempre es un placer y me alimento con tus letras.
ResponderEliminarUn fuerte y cálido abrazo
Seguiré tu consejo...
ResponderEliminarUn abrazo agradecido.
Muy bien Paco, llevas toda la razón. ES MUY FÁCIL. Sólo hay que ponerse y comenzar, salen las palabras igual o mejor que cuando se habla. Mejor, digo, pues nadie te interrumpe salvo tus pensamientos... en todo caso, a veces me pasa (yo escribo casi siempre sin guión, sin borrador y nunca en plan "diario", ni mucho menos) a veces me pasa que me desvío de la idea, pero no importa siempre se recupera. Repito, es muy fácil.
ResponderEliminarNerin, es que hay días que no se nos ocurre nada. Creo y deseo que a tí se te pase pronto.
ResponderEliminarLa verdad es que a los que, como yo, no tenemos costumbre se nos hace un poco difícil, pero lo seguiremos intentando.
Francisco, de momento este no es tu problema. tu naturalidad y frescura al escribir es una gozada y es un placer leerte.
He facilitado tu post a algunas personas a ver si se animan.
Saludos.
Francisco, adscribo cien por ciento a tu invitación, una bella invitación que, como bien dices, siempre es sanadora porque reporta aprendizaje, desarrolla habilidades y, también, porque sea cual sea el género, el contenido o la forma, la escritura nos abre accesos al Ser personal y al Ser del mundo. Sí, la palabra es poderosa, lo que no se verbaliza, no existe.
ResponderEliminarAgradezco tus ¡palabras!en mi blog y espero mantengamos un contacto enriquecedor para ambos.
Te dejo un saludo fraterno desde el confín austral!