31 julio 2018

SIERRA BLANCA





Verano.
El campo se estremece de sed
y la sombra del algarrobo
es un oasis sin agua
desde donde escuchar la sintonía monótona
de los grillos en su cárcel de sol.

El romero perdió su flor, mas no su aroma
en competencia con el cantueso,
para ofrecer un festival al roce con ellas
mientras la perdiz canta sus salmos guturales.

El tomillo invita al festín
y el orégano, granado, a la recolección,
ahora prohibida.
Sobre el pinsapo, un búho sestea
la vigilia nocturna
y un macho montés luciendo cornamenta
se enseñorea sobre un pedestal de roca
y marca su dominio territorial
con su sola presencia.

Sol justiciero aliviado con la brisa
y allá abajo, en el horizonte azul,
donde se trasparenta el Atlas,
un sinfín de vidas humanas buscando
el frunce festivo de sus vacaciones.

En plena sierra, la vida transcurre,
como hace miles de años,
oteada por una primilla
con el leve planeo de sus alas.

Muchas cotas, y en cada nivel
un mundo diferente. Y todos ellos juntos,
la maravilla de la naturaleza que me vio nacer
y que recrea estos días de encuentro y júbilo.

30 julio 2018

SE ME HA OLVIDADO EL TIEMPO





Se me ha olvidado el tiempo
ido. Sí, recuerdo retazos deslavazados
de un tiempo que no ha de volver
con su impaciencia a urgirme
agitándome con sus prisas.

No recuerdo todos los nombres,
pero sí los gestos
y los tics de aquellos con los que
la vida me emparejó
en el trabajo o en el uso coincidente
del mismo medio de transporte
a horas intempestivas.

Uno puede que se sienta solo,
pero somos sumandos diluidos
en la soledad,
engarzados por lo imprevisible
de un medio común que es la ciudad,
boca feroz cuyo cuño es el anonimato.

En la urbe uno se protege
con la ignorancia de quien nos mira;
en cambio en la corta distancia
del medio rural,
hasta los rasgos familiares
son pretextos para devanar
la madeja genealógica:
¿No eres tú…?
He mirado con atención a quien me interroga
y me parece verle
en el reflejo del estanque de la mirada de su padre,
su abuelo o alguno de sus primos.

Mis recuerdos son esa foto movida
y mal enfocada, que desvirtúa lo real
y subraya, no sin intención,
aquello que en verdad me place.

29 julio 2018

EN BUSCA DE UN LECTOR





La calle.
Ajeno a ella, el tráfico rodado y ese ruido
de neumáticos que se consumen,
hierros que chirrían
al tiempo que se quema un combustible
cada vez más caro, cada vez más escaso.

Busco un asiento, un asiento a la sombra,
donde reservarme de este sol de julio justiciero
que se ofrece a todos sin distingos encendiendo los ánimos.

Un asiento, un poyete, un asiento que no veo
pero me grita urgencias desde el imaginado
confort del escaño.

Un bloc y un lapicero donde bosquejar palabras
que sueñan con ser poema
y acabar rubricado con aplausos
para luego entrar en la formación ordinal
de la estantería de una biblioteca.

¿Acaso puede el poeta solo hacer un poema?
¿Puede un vientre de mujer concebir vida a solas?
Este torpe garabateo,
en esta improvisada sombra,
en medio de la agitación que es el pulso de la ciudad,
no será un poema en tanto
no sea leído e interpretado por otra mirada
que desde su frío o su ardor
se emocione con este balbuceo.

Primero traté de buscar acomodo a la sombra.
Localicé un asiento al borde del camino y rotulé palabras
en busca de un lector que certifique.

28 julio 2018

ERA LA EDAD





Era la edad donde el enamoramiento
se hace fiebre repentina,
con sus arreboles de timidez
en ambas mejillas.

Desde los primero pasos de acercamiento
la receptividad era pancarta
no enarbolada ni rotulada,
que acababa en el conocimiento
de todo el vecindario.

Así era el paseo en mi lejana juventud,
el mismo camino eterno
y unos prolegómenos marcados,
hechos rito por una sociedad
donde las formas eran parte
del proceder de las personas:
“fulanito y menganita se gustan”

Ella era una flor recién abierta,
cuyo aroma subía como torrente
hasta inundar mi contenido deseo;
su rostro, un óvalo perfecto;
la melena, recogida en una trenza,
oscilaba a capricho de un lado al otro
como péndulo para mi contemplación;
en sus ojos, la trasparente inocencia
y en sus labios el candor
de una fresa entreabierta y en sazón.

A la hora de la despedida,
apenas un roce fortuito
y en su rostro la lividez
de una serpentina descolorida
que se desplomaba de melancolía.

27 julio 2018

A VOSOTROS, MIS HIJOS





A vosotros, mis hijos,
os entrego en herencia lo que soy,
no lo que tengo,
que apenas es nada.
Os entrego este sol y este río,
y esta fuente cristalina
y este sonrisa agradecida a Dios
por haberlo permitido.
Os entrego este horizonte
que iluminó en mis ojos mil aventuras,
que me hizo soñar con ultramar
y con el inicio occidental de la vida inteligente,
fuente del saber.
Os entrego esta sed por apagar ignorancias
y estos olivos
que fueron unción de todo alimento,
base piramidal, junto al cereal y la parra.
Os entrego la piedra donde tropecé
para que aprendáis a eludirla.
Os entrego mi fidelidad
y también mis errores…
Si pudiera, si yo pudiera, abriría caminos,
rellenaría baches,
enderezaría los recodos
para que vuestro pie no tropezara jamás;
pero la vida es un camino individual
que nadie puede andar
en los zapatos de otros.
Y os entrego mi amor, como joya de la corona
de todas mis posesiones. Ese que arde
y no se consume, ese que por siempre perdura
y no se gasta con la mucha dación.

26 julio 2018

AYER AMANECIÓ SÁBADO





Ayer amaneció sábado
y en sábado traspuso el día
por en el desfiladero donde cada ocaso
se despeña el sol
dejándonos a oscuras.
Se echó el viento
al unísono de la tarde
y reinó la bonanza teñida de azabache;
tan sólo la espuma de las olas
delineaban guirnaldas al estrellarse en la arena,
mientras el arpa del mar
hacía coro a un espectáculo casi invisible.
Ayer amaneció sábado,
pero ya era casi domingo
cuando un corro de estrellas
salieron en estampida unas tras otras en pos
y crearon una coreografía inusitada
en la bóveda del cielo,
como danzarinas que corretean rígidas instrucciones.
Ayer fue sábado,
pero no un sábado más,
pues las Leónidas estaban convocadas
a la media noche
y la Luna, casi llena, pasó a un modesto
segundo plano.

25 julio 2018

EL PUNTO FINAL DE TU RELATO





Atrás quedaron los días violentos,
la metralla y la actitud
de en prevengan.
Ahora,
el silencio ha tomado su cota más alta
cuando inicias el viaje vertical y te eternizas.
Toda una vida de desencuentro
contigo mismo y con el medio;
─con cercanos y lejanos─
despojado de todo y de todos
en el imperio de tu mundo interior.
Ahora eres reserva en la alacena
del frío, helada espera
de la rendición.
Te faltó redaños para manejar
el bólido de tu vida
y saliste por el arcén y la mediana
en un centenar largo de tumbos
que te llevaron otras tantas
al límite de tu capacidad de resistencia.
Cuando te habías familiarizado
con techo y horario,
con las cadencias que otros manejan,
─aunque con reticencias─
es tu organismo el que se indisciplina
y escribes en tu diario
puntos suspensivos imprevisibles
que serían a la postre
el punto final de tu relato.

24 julio 2018

VENDRÁN OTROS DÍAS





Vendrán otros días
y serán bien distintos a este
presidido por el sol veraniego
que desnuda los cuerpos,
tiñe a los prudentes y quema al resto.
Días de encuentro con la niñez
y la ardiente aventura de entonces,
cuando todo cambiaba vertiginosamente,
sin tregua para la sorpresa
y lo asimilaba a tragos.
En el recuerdo que me provoca
esta Marbella transfigurada,
otras músicas, otros compases,
otros motivos que me trajeron
hasta este presente,
del que me evado
en el refugio de los recuerdos.
En el cuerpo, pesa el presente;
pero en el ánimo
aquella ingesta de conocimiento que buscaba llenarse.
Vendrán otros días
y serán el culmen de toda una vida
con sus altibajos, y así
hasta la entrega.

23 julio 2018

PASA EL BARRENDERO





Pasa el barrendero
con su escoba mellada,
─un cepillo apaisado─
cambiando las hojas de un lugar
al siguiente,
como mendrugo en dentadura desportillada
que envuelve y engulle,
donde el milagro es un incisivo sano.
Son hilvanes al aire
por el acerado y por el parterre;
de cuando en vez,
un remolino que esparce
lo que acaba de barrer.
No hay afán,
sólo tiempo parsimonioso que pasa
sobre la jornada laboral;
en breve, la hora del bocadillo
acortará la peonada
y el barrido, como despeinado,
va quedando en poco menos que nada.

22 julio 2018

MIENTRAS TU MIRADA





Mientras tu mirada
me busque en la multitud
o en la penuria de esta soledad
que me turba y enturbia,
mientras bombee tu corazón
pronunciando acompasado mi nombre
como agua para oasis,
mientras yo sea para ti
llama en la oscuridad de tu noche
o en el escalofrío
de tu destemplanza,
mientras mi boca sea para ti brocal
y mis brazos trinchera donde ponerte a salvo,
se estará escribiendo
en letras doradas
el aleteo sublime de este paraninfo
que nos envuelve.

21 julio 2018

GAVIOTAS DESORIENTADAS




Las gaviotas se adentran por tierra,
han hecho permuta,
y ahora compiten a las palomas
las chuches que se escapan
de las menudas manos infantiles.
El hamaquero vocifera en la playa
y extiende su mercancía
por el acotado espacio concedido
con pliego y póliza,
sin consulta previa a las larus marinas.
Se adentran en el poblado como yumbos,
como cuatrimotores bélicos
en escuadrilla amenazante
buscando dónde engullir con éxito.
Si las ves en formación,
lanzándose en picado sobre los veladores,
sal de inmediato de su campo de tiro,
pues son camicaces
en busca de un pan que ya no da la mar
y prefieren cambiar de dieta
a verse relegadas a no abrir el pico.

20 julio 2018

EL AMANECER

Fotografía de Álvaro Caputto Ruíz




El amanecer es una linterna
que bosteza por el Este
a la alborada.
Tímida,
apenas un ascua mortecina
que soplada por la brisa
va tomando impulso,
al tiempo que se encarama
desde el orto al cénit.

Este mismo milagro lo he visto
un día y otro,
a veces disimulado
entre el cortinaje nuboso
de una escena que,
─siempre la misma─
siempre es novedosa.

19 julio 2018

UN PERRO LADRA AUSENCIAS





Un perro ladra ausencias
y un bebé llora las pesadillas
de la noche
ensartadas de silencios lúgubres.
En la madrugada,
todos los sonidos son lastimeros
y los goznes de las puertas
más chirriantes que durante el día.
Silencio.
Se ha callado el bebé
y también el perro.
En el silencio se magnifican
los miedos y se amodorra el reloj
haciendo los minutos elásticos.
El duermevela es la zarza
de frutos verdes e indigestos
con púas aceradas
que se clavan a lo largo del cuerpo.
La mañana, aun distante,
se hace esperar y el sueño espeso
se ha elevado como humo de cigarrillo
por el husillo de las pérdidas.

18 julio 2018

UNA MADRE PIDE PAN





Una madre pide pan.

Hay un nido entre el ramaje
de un árbol fornido:
cuatro picos como cuatro postigos
abiertos de par en par,
un sonoro piar de hambruna
y de frío;
una larga espera
que el sueño no ha vencido.

Una madre pide pan.

Estoy recién comido
y fastidia la insistencia
de la del brazo extendido:
tristeza opaca en su cara,
también en sus ojos sin brillo.

Una madre pide pan.

Una cantinela constante,
insistente como una plegaria,
como de un mal cerrado grifo.

17 julio 2018

TE MODELO




Te modelo,
te sueño entre mis manos
con el capricho de tus curvaturas,
con el libre albedrío
de un creador novato
que emborrona
desde la memoria
y vuelve a la pella,
para mejor trazar
el pálpito de tu cuerpo
en mis manos.
Ahora te siento,
Ahora mis dedos dicen sí
a la virtualidad
de mis huellas en las tuyas.