Nos tenemos, el uno al otro,
desde que éramos pleno
alborozo,
cuando todavía pensabas en
muñecas
e hicimos de tu sonrisa
himno,
y lo musicalizamos para
hacerlo pegadizo.
Desde entonces,
desde aquella sonrisa,
no hay fiesta sin ti,
que no nazca en ti,
que no viva en ti,
que no se altere por ti…
Desde entonces,
nacemos el uno para el otro
cada día, al esbozar
la primera sonrisa de la
mañana.
qué bello!
ResponderEliminarMuchas gracias, Tracy.
EliminarUn beso.
Toda la vida, entonces.
ResponderEliminarAbrazo!
Así es, Zamarat, toda la vida.
EliminarUn abrazo.
Esa sonrisa es vida e invita a la vida...Muy bello.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño.
M.Jesús
Muchas gracias, queridísima amiga.
EliminarUn abrazo.